Inocencia Corrompida

Capítulo 28

Despierto dolorida, miro a todos lados las chicas están desmayadas o quizás muertas. Saco ese feo pensamiento de mi cabeza. A como puedo me arrastro entre lo que antes era el techo de la camioneta, voy directo a Abbey su cabeza tiene una herida sangrante. Llego hasta el lugar donde está ella y la tomo entre mis brazos.

─¿Están todas bien? respondan. ─la señora Gretchen abre los ojos y sonríe. ─,Gracias a Dios.─ digo.

─Estoy bien Maya despierta chiquilla. ─ le habla la señora Gretchen dando palmaditas en sus mejillas, mi amiga despierta asustada puedo ver el pánico en su rostro.

─Abbey despierta hermana. ─le digo a lo que ella abre los ojos. 

─Me duele la cabeza. ─susurra y sonrío de alegría de saber que están bien.

─Tienes una herida no la toques. ─ mi hermana sangra ─¿Están todas bien?. ─  

─Si, ¡gracias a Dios! solo me duele el hombro y mi cuello. ─dice Maya lentamente Gretchen le revisa el hombro efectivamente está lesionada mi amiga.

─Parece que te has dislocado el hombro hija no te muevas esperemos que lleguen mis hijos Adler te podrá atender. ─corta un pedazo de su costoso vestido para hacerle un cabestrillo que sujete su brazo y quede inmóvil, Maya se queja del dolor. Los disparos de vuelven a escuchar como puedo me muevo de donde estoy para recoger nuevamente el arma pero en mi pierna siento un escozor, me miro y noto que tengo una herida de unos diez centímetros de largo, ¿pero como pudo pasar con que me lesione? No hay nada que pueda ser cortante.

─Estoy herida Gretchen. ─ella se apresura a venir hasta mi, troza un pedazo de mi vestido de novia para hacer un torniquete. 

─No te muevas va a doler pero tienes que soportar ¿de acuerdo?. ─asiento con la cabeza y lo coloca, me sale un grito de dolor pero soporto lo más que puedo.

─¡Vienen a nosotros personas fuertemente armadas!. ─grita Abbey, no puedo sostener muy bien el arma ya que en la posición que está la camioneta no es para nada cómoda.

─Alertas muchachas esto se pondrá feo. ─los hombres comienzan a disparar contra el auto las balas se estrellan contra los cristales blindados y la carrocería de la camioneta. Solo se escuchan los gritos de las chicas y los míos siento mucho pánico, tengo miedo de lo que pueda pasar después de todo Maya y Abbey no tienen la culpa de lo que está pasando.

─Tranquila chicas mis hijos no tardan en llegar, ellos nos vendrán a salvar ya lo verán, Yana no te alteres hija le puede hacer daño a mi nieto.─ trata de ser muy convincente y de mantener la calma y que por supuesto nosotras estemos tranquilas. ¿pero quién en su sano juicio lo estaría? sabiendo que están una decenas de hombres disparando en contra del vehículo en el cual estamos, tratando de aniquilarnos eso es seguro. 

Puedo mirar entre lágrimas que traen al chófer que momentos antes nos acompañaba, lo apuntan con sus armas en la cabeza él luce tranquilo pero en su mirada noto el pánico que lo carcome por dentro, llegan hasta la camioneta.

─Gretchen lo harán abrir el auto. ─susurro a mi suegra ella con lágrimas en los ojos y el maquillaje escurrido por sus mejillas sujeta el arma y apuntan al lugar por donde pretenden entrar. Puedo sentir el pánico creciendo en mis adentro el rostro de Abbey y Maya es de terror puro. Sostengo el arma en alerta de atacar a esos matones, mi vida pasa por mi mente en milisegundos me es imposible imaginar que no tendré la vida soñada con Ancel. Se que si esos hombres entran es el fin de mi vida y las de las personas que más quiero en este mundo Maya y Gretchen se ganaron un lugar muy importante en mi vida. Mi hermana cuando al fin ya sería libre de su pasado que la mantenía cautiva y hundida, ahora no podrá ser feliz con el hombre del cual se enamoró y todo es por mi culpa.