Capítulo 16 Maratón (1/3)

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Dedicado a: 8824moya

Me encuentro fregando los platos y Abbey a ido a su habitación, he pensado en la recién charla que tuvimos ambas hasta que unos fuertes golpes en la puerta de entrada me sacan de mi tranquilidad.
Abbey llega hasta mí y yo comienzo a hiperventilar.. ¿Y que tal, y son los matones? Me cuestionó mentalmente, tengo miedo.. Mi corazón se a acelerado en demasía, y por mi cabeza han pasado un sin números de pensamientos malignos de lo que nos pueden hacer esos hombres.

—Abbey por lo que más quieras no.. abras... la puerta. —ordeno y Abbey solo me observa extrañada. Corro a mi habitación y tomo mi móvil, el que me ha dado Mikail está tarde, busco su número en la pantalla y llamo..

Dos tonos... Tres tonos.. Y al fin responde.

—No puedes vivir sin mi nena, sabía que algún día llamarías lástima que ya me han robado el corazón está tarde. —se escucha una risita burlesca y continúa  —,Además de que Ancel me cortaría las pelotas si me fijo en ti. —responde juguetón.

—Mikail, alguien está golpeando la puerta muy fuerte ¿Y si son esos hombres y vienen por mi?. No puedo permitir que le pase algo a mi hermana y todo por mi culpa. —digo entre susurros, no quiero que Abbey me escuche. Mi cuerpo tiembla de miedo, es cuando recuerdo las palabras de Ancel, diciéndome que tendría que quedarme en la mansión por mi propia seguridad.

—¡¡Carajo!! Voy en seguida no abras la puerta, no hagan ningún tipo de ruido. Le llamaré a mis hombres que tengo fuera de tu apartamento, para que te auxilien en lo que llego, trata de llamar a Ancel. —ordena y  corta la llamada

Salgo nuevamente a la sala, aterrorizada miro que Abbey está parada sosteniendo la puerta abierta y mi corazón se cae a mis pies. Abbey observa con total atención hacia afuera, y siento mi alma caer hasta mis pies, voltea hasta mí.

—Yana te buscan. —dice y se aleja de la puerta dejándola abierta, a paso lento me acerco hasta el lugar y mis ojos observan a Ancel, viene totalmente ebrio la chaqueta de su traje la trae colocada sobre el hombro, la corbata floja y desaliñada al igual que la camisola blanca arrugada. Al mirarme se le iluminan los ojos..

—¡Mi nena! ¿Sabes cuánto te quiero? No puedo soportar un día más sin verte, saberte molesta conmigo. ¿Sabes que me tienes loco y no puedo dejar de pensar en ti?. La mujer que miraste hoy en la mansión es... sólo una socia, no tiene por qué afectarte su presencia. Comprende que solo te quiero a ti.. —habla demasiado ya que viene pasado de copas se tambalea en su lugar, Abbey me observa curiosa y noto un deje de diversión en su rostro, ya no es la que siempre estaba enfurecida, creo que sí está tratando de cambiar.

—Ancel estas borracho no debiste venir —trato de que no hable más.

—Como no voy a venir.. Si.. si tu me has mandado a la mierda como si no te importara lo que... tenemos nena.. —habla pausado debido a la borrachera que se trae encima. —No sabes lo mucho que me encantas y... lo que me has hipnotizado. —miro a Abbey y ella me observa con el ceño fruncido como que esta analizando las palabras que dirá.

—Hazlo pasar Yana, no pretendas dejarlo afuera sería de muy mala educación, además de que el dueño del edificio se molestará con nosotras y este joven viene hasta atrás de borracho. —se compadece de él Abbey a lo que obedezco su petición. Tomo a Ancel, y paso su mano por mi hombro, Abbey me ayuda y juntas lo colocamos en el sofá. Me pongo de pie para cerrar la puerta y Ancel me toma de la muñeca. Abbey al mirar que el me detiene, va y cierra la puerta ella.

—No me dejes Yana, no huyas de mi nuevamente realmente has robado mi corazón nena, no quiero perderte. ¿Y que tal y comenzamos de nuevo? te propongo hacer citas como la gente normal te regalaré chocolates, rosas y te llevaré a cenas cursis. —Me pregunta y mi alma se me va hasta los pies.. afloja el agarre de mi brazo y se queda dormido.
Abbey sonríe en su lugar, me pongo de pie y voy a la cocina necesito beber agua.
Tomo dos vasos de cristal y sirvo un poco de líquido vital, le pasó un vaso a Abbey y bebo el mío.

Inocencia CorrompidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora