14. ¿Qué has dicho, Loraine?

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Lo que llaman un amor desastroso.

Capítulo 14: ¿Qué has dicho, Loraine?

—Especial Loraine—

Sabía que al venir aquí, todo se iba a convertir en una locura sin final, pero lo que no pasó por mi cabeza fue que iba a tener a Lía para mí solita en una de las habitaciones. Se mira tan fresca, que puedo saber que piensa que no le haré nada. «Que equivocada estás».

—¿Qué haremos aquí en cinco minutos? Tú no me tocarás, y yo te debo soportar. Que calvario.

Me levanto de la cama, y me acerco a ella. Está de pie, pegada a la puerta.

—¿Quién dijo que no te voy a tocar? —se ríe con descaro, eso me parece tan sensual—. Yo no soy Betsy.

—Gracias a Dios no eres ella.

Me acerco. Levanto sus manos, y suelto los tirantes de su bañador, puedo mirar sus senos bronceados, no puede ser que me excite con solo verla. Lía no hace nada por apartarse, y yo aprovecho para pellizcar sus pezones, logrando que se remueva. —Te deseo tanto.

—Acabemos con esto —termina de hablar, y se pega a mis labios, de manera brusca y sin compasión. Le respondo de la misma manera y me pega a la puerta. Me besa y va separando mis piernas para tocarme. Deseé este momento por mucho tiempo, ahora que la tengo aquí no pienso dejar que sea ella la que tome el control de esto. Separo sus piernas, llevo mi mano a su parte, no meto mis dedos, pero sí hago presión, y siento cómo se prende. La cargo dejando sus piernas envueltas en mi cintura, y hago presión con mi cuerpo para que me sienta. No sabía que Lía era tan fogosa. Estoy por tirarla en la cama y ella se aleja de mí—. Besas bien, te mueves bien, pero se han cumplido los cinco minutos —se acomoda su bañador.

—No me puedes dejar con las ganas —le reprocho.

—Mira cómo lo hago.

Me deja sola en la habitación, y salgo detrás de ella. Quisiera terminar lo que empezamos y la muy estúpida me deja prendida. Esto no se hace, Lía.

Llegamos donde están todos, mirándonos, y verle la cara de enojo a Betsy es mi mayor victoria. Claro que está celosa, y no debería estarlo, porque Lía solo quiere darle una lección. No me quedo con las ganas de molestar a Betsy y me coloco detrás de ella para susurrarle:

—Que rica sabe tu chica —reacciona dándome un golpe en la nariz con su codo. La muy perra me ha jodido la nariz.

—Déjala en paz —la chica que se está quedando con nosotros en la habitación me lanza el balón. Me ha golpeado—. Debemos seguir jugando, así que para tu equipo.

«Así que esta es la nueva conquista de Betsy, ahora entiendo por qué Lía estaba tan irritada y aceptó irse conmigo por unos minutos».

Me voy a mi equipo, para seguir jugando, y así seguir viendo quién sale perdiendo. Me ha tocado con Harry, Zaira, Briandy, Mafe y otros compañeros. No quería estar con ellos porque ya me he dado cuenta de que todos son hipócritas, pero no me iba a ir al equipo contrario cuando están con los que menos me he llevado desde que empezó la carrera. Que prácticamente en dos años ya podemos graduarnos.

(…..)

Me siento tan cansada por todas las horas que duramos jugando y haciendo retos. Estuvo muy bueno todo, lo mejor fue cuando Betsy tuvo que besar a Keisyth por cincos minutos. La cara de Lía ardía del coraje, y eso fue tan bueno. Benditos celos.

Estoy sola en la habitación, bueno, con Keisyth que está leyendo. Las chicas se han ido con sus amigos a caminar y no nos invitaron. Creo que esta es mi mejor oportunidad para ver qué logro con esta chica.

—¿Te gusta Betsy?

Sin rodeos le pregunto.

—Sí, ¿por qué?

Me salió más directa.

—Seré clara contigo. Me gusta Lía, y tu amiga es un estorbo en mi camino, así que te propongo que nos unamos para separarlas.

—¿Y qué gano yo? —deja su libro a un lado.

—Te quedas con Betsy, y yo con Lía. Ellas siempre han estado juntas, pero debemos aprovechar ahora que hay grietas en su amor por todo lo que duraron apartadas.

—Yo no juego sucio. Me encanta Betsy, y si ella quiere estar con Lía, yo no haré nada para separarlas. Betsy siempre me dijo que su amor era de alguien más, no me ocultó nada, y yo no tengo por qué arruinarles la vida. Acepto que me dan celos, pero eso es normal, se me pasará. No tengo por qué destruirlas, aquí la intrusa soy yo, no Lía.

—No sea pendeja, ¿dejarás que te hagan a un lado? Eso es humillante.

—Humillante es que tú queriendo a alguien lo quieras destruir, sabes perfectamente que Lía está enamorada. Y ya me hicieron a un lado, y claro que dolió, pero no tengo tiempo, ni ganas de joderle la vida a dos personas que se quieren como lo hacen ellas dos. No tienes que estorbar donde no te quieren, Loraine.

—Mejor cállate, eres tan tonta que dejas que te bajen a tu chica, porque según tú debes dejarla ser feliz. ¿Quién te crees para decirme que me aleje de ellas?

—Por lo visto no las dejarás en paz.

—Tú le cuentas a ellas lo que te dije, y te destruyo, no tienes idea de lo que puedo hacer si llegas hablar.

—Inténtalo, y veremos quién sale peor —se mira sus uñas como si le valiera lo que le estoy diciendo—. Que no quiera hacerle daño a las chicas, no quiere decir que sea una santa, tú no me conoces, y te aseguro que no te va a gustar hacerlo.

—Niñita estúpida.

¡Arg! Cómo es que esa estúpida se atreve a darme consejos, ni que fuera algo mío para decirme que no me meta en la vida de las chicas. No tiene idea con quién se metió, y haré de estos tres días un desastre para esa chiquilla. Es tan tonta que piensa que le haré caso, si no se lo hago a mis papás que son unos malditos pervertidos, que le voy a hacer caso a una aparecida.

—¿Ahora qué te hicieron? Tienes una cara de querer matar a todos —Harry aparece en mi camino. No soporto verlo después de saber lo que le hizo a Lía—. No me digas que te rechazó el amor.

—¿Y si cierras tu bocota?

—Sí te rechazaron, pero no te pongas así, Lía no tiene ojos para nadie que no sea Betsy. No sé cómo te puede gustar una chica, que asco me da al imaginarlas haciendo sus cosas.

—Y yo no sé cómo es que te puedes tirar a la mamá de Lía —borra su sonrisa—. Eso sí da asco, y más si lo haces para sacarte a Lía de la cabeza.

—Estás loca, yo que voy a estar saliendo con esa señora. Bonita sí está, pero podría ser mi mamá.

—Pero no lo es, y no me creas estúpida, porque yo los he visto besándose.

—Ni una palabra de esto a nadie, o te juro que…

—¿Me vas a matar como lo hiciste con Dayton o me vas a mandar un mensaje diciéndome lo poquito que valgo como hiciste con Carper?

—No sabes lo que dices.

—Claro que sí lo sé —afirmo sin dejarme intimidar—. Sé que tú le mandaste un mensaje a Carper diciéndole que debía matarse por ser gay, y que nadie lo iba a querer, y todo porque no aceptas que tú también eres un marica. Ah, y a Dayton lo mataste por el simple hecho que se enteró de todo lo que has hecho.

—¡Deja de hablar tanta basura!

—¡No es basura! ¡Por tu culpa Carper se suicidó! ¡Tú y Briandy le mandaron el mensaje que lo llevó a eso!

—¿Qué has dicho, Loraine?

Me arrepiento de haber gritado lo de Carper, en cuanto escucho la voz quebrada de Berni. No quería que nadie supiera esto, pero si es hora de hablar, lo haré sin miedo a nada. Tal vez es tiempo que sepan qué pasó con Carper, y por qué acabó con su vida. No me quedaré callada, yo no le temo a Harry, yo no.

Lo que llaman un amor desastroso. [#2] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora