16. Es una promesa

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Lo que llaman un amor desastroso.

Capitulo 16: Es una promesa.

-Lía Sellers-

-Si me disculpas por lo que pasó antes de venir, colócate lo que dejé en la cama, y te espero en el pasillo. -dejo la tarjeta a un lado y abro la caja de regalo que ahí hay. No puedo negar que está muy bonito el regalo, y que Betsy no merece que estemos mal por mis celos.

Dejo las cosas en la cama y me quito mi ropa mientras tarareo una que otra canción. Me adentro al baño, y pego un grito al sentir el agua fría en mi piel. Solo a mí se me ocurre meterme así. Lavo mi cabello sin dejar de cantar, y así termino de bañarme. Envuelvo mi cabello en una toalla, y me seco el cuerpo con otra. Seco mi cabello con mi secador, y después de eso me paso una plancha de ondular cabello, para después atármelo en una coleta. Me aplico máscara de pestañas, polvo compacto, y labial rojo en un tono bajo. Saco el conjunto, ya tengo mi ropa interior puesta, y no debo buscarla.

El conjunto es de color negro. Su blusa queda arriba del ombligo, y lleva unos tirantes blancos, la falda es talle alto, a un lado de mis piernas lleva algunos tirantes sueltos. Es de color negro, y horma a la perfección con mi cuerpo. Me queda arriba de la rodilla, y mis zapatillas le dan el toque mágico. Me miro en el espejo y vaya que me veo muy bien.

Me tomo una foto, y la subo a Instagram, con la frase "eres la culpable de mis malos pensamientos". Me aplico loción, y salgo de la habitación. Puedo escuchar la música desde aquí, y está muy movible.

No veo a Betsy por ningún lado, y supongo que pensó que yo no vendría. Sigo caminando y oigo mi nombre detrás de mí. Giro para verla, y tiene un conjunto idéntico al mío, la única diferencia es que es todo blanco. Su cabello está en una trenza francesa, y debo decir que se ve muy guapa, y que quiero ser yo la que le quite toda la ropa que trae puesta.

-Yo también quiero ser quien te arranque ese conjunto-hago muecas con mi boca para tratar de negar que yo pensaba eso, y solo achica sus ojos como si supiera que sí lo pensé-. Esas manías que estás haciendo solo pasan cuando yo tengo la razón.

-Yo no estaba pensando eso-tomo su mano con la mía, y no dejo nada de distancia entre nosotras cuando la beso. Una de mis manos está en su cintura, y con la otra la sostengo de sus mentón para tener el control del beso. Amo besarla, y sentir que el pecho me sube y baja por lo que me hace sentir. El roce de nuestros labios es tan suave, y tan delicado, que con nadie me he sentido así-. Este beso es para que veas que nadie más te hará sentir como yo, ni siquiera Keisyth-afirmo mis labios en su cuello, y dejo un pequeño rojo-. Eres mía, y nadie tiene que tocarte, nadie.

-Y tú entiende que nadie puede tocarte, ni siquiera Loraine-me pega a su cuerpo y muerde mi oreja-. Te declaré legalmente mía, ¿Lo recuerdas?

-¿Quieres ser mi novia?

Yo no esperé decir eso, pero la situación hace el momento.

-¿Así de simple?-se cruza de brazos y me rio-. ¿Dónde están los mariachis, los globos y la cena romántica?

Me arrodillo y tomo sus manos. Betsy no hace otra cosa que mirarme.

-¿Quieres ser mi pendeja?, bueno, pendeja ya eres, pero quiero que lo estés por mí.

-En serio que no eres romántica.

Me hace levantar para abrazarme, y es que yo tomaré eso como un sí. Me siento tan yo cuando estoy con Betsy que pasaría mi vida con ella, sin importar que digan los demás. Nos vamos en busca del baile, y cuando llegamos ahí están todos bailando, incluso, el profesor Orlando. Nos miran por estar tomadas de las manos, pero ignoramos todo eso.

Lo que llaman un amor desastroso. [#2] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora