18. En el pueblo

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Lo que llaman un amor desastroso.

Capitulo 18: En el pueblo.

—Betsy Blair—

Hemos pasado el mejor de los días, hemos conocido muchos lugares, y amé los aretes hechos en cartón. He comprado algunos recuerdos para llevarlos a casa, desde un pequeño autobús que antes se conocía como chivas, hasta un sombrero enorme.

El lugar es hermoso, hay ríos muy grandes, y aquí todos parecen tan agradables. Al comienzo mis compañeros se sentían superior que todos aquí, pero ya están más calmados, y han comprado algunas cosas. Lo más delicioso que probé aquí, fue el dulce de leche. Fue la cosa más exquisita que he probado, los grumitos daban una buena sensación.

No hemos parado de reír, y es tan divertido ver cómo las personas aquí, bailan otro ritmo diferente al de nosotros. Pero no hay que negar que es muy movible. Busco con la mirada a Lía, y cuando doy con ella veo que está hablando con Keisyth, ambas se miran muy cómodas, y pensé que Lía la odiaba, o que por lo menos, no le agradaba.

—¿Le damos a la fuga? —volteo y mis amigos están detrás de mí. El que habla es Eydan, y supongo que es la mente maestra detrás de esta locura—. ¿Te da miedo o qué onda?

—Sin miedo al éxito, papi.

Nos vamos quedando atrás, y al ver que el profesor está distraído, salimos corriendo para escaparnos. Estamos por llegar a la salida, cuando la horrenda voz de Loraine nos hace detener.

—¿Adónde tan de prisa?

Tenía que aparecer ella y su grupo de hipócritas.

—Escapando, así como lo han hecho ustedes —les dice Lía sin algún tipo de preocupación.

—Podemos ir todos juntos.

—No digas burradas, Briandy.

Se forma una discusión, y a lo último aceptamos ir juntos, era eso o ir donde el profesor y decir que nos estábamos escapando. Era obvio que no íbamos a estar de acuerdo en nada, y por eso salimos discutiendo por decidir a dónde ir. A lo último terminamos en un campo de costales: le dicen así porque apuestan carreras metidos dentro de un costal. Aquí no hay reglas, y si te dan ganas de empujar a tus contrincante, puedes hacerlo.

Vinimos a divertirnos, y por esa razón estamos todos a pie descalzo, y metidos en unos costales. Estamos todos en una línea, y el que llegue primero es el ganador de un paseo en lancha por uno de los ríos. Escuchamos el silbido, y empezamos a brincar dentro de los costales para ver quién llega primero.

El primero en salir del juego es Zhair, porque Harry lo empujó haciéndolo caer. Voy en el mismo lugar que Zaira que ha intentado sacarme del juego, y no ha podido. Veo como vienen los demás detrás de nosotras, y por estar de pendeja casi caigo al suelo.

—¡Fuera! —le grita Briandy a Irene cuando la empuja haciendo que quede tirada en el suelo.

Quiero reírme, porque la verdad es que sus caídas han sido muy chistosas, pero eso sería perder fuerza y quedar fuera del juego. Le piso el costal a Harry, logrando que se caiga. —¡Esa es por la que le hiciste a mi amigo!—. Es muy divertido estar aquí. Seguimos en la batalla y uno a uno va cayendo, solo queda Loraine, Lía, Keisyth, y yo. Estoy casi segura que voy a ganar cuando veo a las chicas quedar atrás, pero me detengo cuando veo caer a Keisyth, y Lía se devuelve para mirar qué le pasa.

No sé ni qué decir, ellas se miran de manera tan especial, que parece que hubiera algo entre las dos. No puedo mentir, si me dan celos ver cómo se miran, y como los ojos de Keisyth tienen un brillo que jamás miré antes.

Lo que llaman un amor desastroso. [#2] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora