II. Libertad ━ Finnick Odair

☆゜・。。E X T R A 。。・゜★

ARSEN SUJETA MI MANO Y LA APRIETA SUAVEMENTE, ambos sin saber qué decir o hacer ante la nueva información, como si tuviésemos una nueva carga en nuestros hombros, la cual tenemos que enfrentar y a la que negamos hacerlo. Creer que todo había acabado era una absoluta y tonta mentira, porque, para nosotros, recién iniciaba, descubríamos nuestro pasado y a nuestra familia..., y resulta que es nuevo, abrumador y absolutamente inesperado. Me termino de dar cuenta que nunca conocí realmente a mi familia, a mis padres, y que, cuando sospeché hace muchos años de esto, tenía toda la razón.

Mamá y papá siempre estuvieron metidos en este mundo, aunque no cómo yo esperaba.

Arsen me cuenta lo que él sabe de la familia: que lo enviaron lejos para protegerlo y que se hizo pasar por el sobrino muerto de mamá para evitar levantar sospechas, y creció en el distrito 6, pensando que sus tíos eran sus padres, que no sabía de mí y de Thomas, ni siquiera por alcance de nombres, pues sus padres adoptivos nunca nos mencionaron hasta mi cosecha. Le contaron que intentaron asesinarlo varias veces para asustar a mamá y a papá por acciones que nuestros tíos desconocían, pero yo podía sacar conclusiones.

Athena y Adler Ravenscroft eran rebeldes desertores.

Era lo único que podía pensar, pues tenía recuerdos de Lyme hablando de que mi padre se había vuelto peligroso para el Capitolio en algún momento y prefirió alejarse de todo el mundo, motivo por el cual Thomas y yo jamás hicimos amistades con otros niños, ni entrenamos como ellos. Mamá también era paranoica acerca de este tema y tenía un ojo sobre nosotros. Ahora entiendo porqué sufría cada año, en la misma fecha, y porqué se encerraba en su habitación a llorar por horas: el cumpleaños de Arsen... o Meir.

— Yo no sé más, Selene, lo juro — dice en un murmullo, con sus ojos llorosos —. Mi madre... bueno, tía, cómo sea... no habló mucho de ella. Dijo que se fue del distrito por amor, que la vio un par de veces en televisión, pero no era feliz a excepción de cuando hablaba de Adler. Ella dijo que Athena sufría de una grave depresión cuando volvió a casa después de sus juegos.

— Mamá no... no tenía... al menos, no cuando... Ella no... — intento razonar, pero mientras más hablo para justificarla, me percato que menos la conocía, y debe ser legible, porque Arsen me mira con lástima — Siempre sospeché que algo escondían, pero no sabía el qué, todos me decían que estaba sobre pensando y que mis padres no ocultaban nada. Sabía que debí seguir mis instintos e investigar.

— ¿Cómo murieron?

— ¿Qué?

— Sé que te pregunté cómo fueron contigo y la vida con ellos, pero... pero necesito saber más, Selene — dice con desesperación y voz casi quebrada, con sus ojos llorosos. Incluso traga lentamente, con dolor —. No conocí a mis verdaderos padres, no tengo recuerdo de ellos y... y los conozco a través de otras personas, pero sólo me interesa tu punto de vista.

Hasta ese minuto sólo había pensado, egoístamente, en que creía que no conocía a mis padres y su pasado, pero no me había detenido a pensar en que a Arsen le afectaba de igual o peor manera, porque él nunca los conoció, jamás. No tuvo la oportunidad de tenerlos en frente y pedirles explicaciones, de enfadarse y gritarles. No. Él se tuvo que conformar con escuchar de otros que debía perdonarlos y entenderlos, porque ya estaban muertos, y lo único que le quedaba de ellos era una hermana que no sabía de su existencia y que había sido utilizada igual que sus padres por el Capitolio.

— Mamá murió primero. Fue una curiosa noche, ¿sabes? Fue la noche del banquete de la gira de la victoria. Era mi último distrito televisado y estaba en casa finalmente. Yo tenía quince — explico, viendo sus ojos tornarse más y más rojos —. Ya me habían amenazado y sabía que debía mantener cuidado, y... y no lo tuve. Me fui de la celebración con un amigo. Mamá desapareció de la nada, según todos cuentan.