II. Libertad ━ Finnick Odair

• • • 『 C A P I T U L O 13 』 • • •

CON EL PASO DE LOS DÍAS, ME ENTERO DE QUE GALE NUNCA ABANDONÓ el 13 y se quedó con Beetee trabajando en algún proyecto secreto. Nos juntamos en los horarios de comida, al igual que con Finnick. Ninguno habla sobre las incertidumbres que nos rodean, sino que nos dedicamos a que sea un horario libre de problemas de cualquier tipo: bromeamos, conversamos, fingimos coquetear con los otros, hablamos del futuro. Nunca se mencionan las guerras, los heridos, las confusiones románticas, ni nada al respecto. Es nuestra hora libre y nos ha sentado de maravilla para seguir con un pesado día. Incluso logramos establecer lazos para cazar, aunque nunca a solas con Finnick. Gale tiene que elegir a uno de los dos para ir o a los dos.

Peeta no ha mejorado demasiado, incluso no me permiten verlo por temor a que me relacione con Katniss y su actual estado de locura. Johanna y yo pasamos tiempo juntas durante las mañanas, conversamos de distintas cosas para distraerla, incluso le cuento historias; pero los primeros días son difíciles para sacarle palabras. Al menos eso es algo que Finnick y yo hacemos en conjunto: cuidar de Johanna.

Annie conversa conmigo algunos días. Trato de no estar con ella cuando Finnick ronda, porque después de su casi declaración todo se ha vuelto más complicado de lo que ya era, ni siquiera podemos ser amigos. Kenneth mantiene todo mi tiempo e interés durante el resto del día y mantiene avances pequeños, como dejar que los doctores se acerquen sin yo estar presente; los primeros días es difícil lograr que se mantenga despierto sin estar sedado, pero logro convencerlo de no irme si se mantiene, entonces comienzan a bajar la dosis de morfina.

Comenzamos a dar pequeños paseos por el hospital. Él y Johanna hablan de vez en cuando, incluso con Annie. No le dejo solo en ningún momento, el cansancio es reemplazado por felicidad por cada día que logra algo nuevo. Me sorprende el avance que mantiene, tomando en cuenta que a Finnick le costó mucho más tiempo; pero me recuerdo que lo único que tiene Kenneth es a mí, y yo estoy a su lado. Se aferra a ese hecho para seguir. Gale se une a nuestras caminatas a veces, para asegurarse de que estamos bien, que yo no me he hundido aún, supongo que a petición de Katniss. Las pesadillas son recurrentes en Kenneth y tengo que volver al hospital varias veces en la noche para poder calmarlo, pero no me molesta; tampoco puedo dormir mucho debido a mis propias pesadillas.

— Hey, Ravenscroft — me habla Gale. Es hora de almuerzo y estamos todos reunidos en la mesa de siempre —. Sé que acordamos no hablar de la rebelión, pero no tengo tiempo después.

— ¿Qué pasó? ¿Supiste algo?

— Han pasado dos semanas ya — comenta.

— Lo sé.

— Es hora de ir al 2. Plutarch te quiere en terreno ahora — deja de lado su bandeja y me mira —. Me iré contigo esta vez. Tienes que ir, no hay opción.

Miro por inercia a Finnick. Él me observa y luego a Gale. El ambiente se ha tensado por unos breves momentos y dejo la cuchara en la bandeja para llevar mis manos a mi rostro y dejar escapar un suspiro. Sabía que el momento tendría que llegar en algún momento porque me habían dado el tiempo suficiente para preparar a Kenneth y seguir con las propos del distrito 2 que se me habían asignado. No podía quedarme para siempre en el distrito 13 para cuidar de Kenneth, incluso los doctores me lo habían dicho, pero me preocupaba que pudiese caer otra vez.

— Se lo diré ahora — murmuro —. Espero que pueda soportarlo.

— Yo lo cuido — miro a Finnick sorprendida y él se encoge de hombros —. No tengo nada mejor que hacer. Me conoce y confía en mí. Creo que puedo hacer un buen trabajo.