• • • 『 C A P I T U L O 27 』 • • •

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Finnick Odair.



ARSEN Y YO GRITAMOS A LA VEZ, CUANDO ESCUCHAMOS LA segunda explosión. El fuego abrazador nos hizo caer al suelo, al igual que muchas personas más, y el sonido de un pitido en mis oídos me desorientó durante varios minutos, pero había una cosa que no podían quitarme de la cabeza: Selene había recibido el golpe más cerca, Selene había ido por Katniss. No podía dejarla ahí, podía estar herida, mucho más que cualquiera y es la única motivación que tengo para obligarme a levantarme del suelo. El cuerpo me duele completamente, mis manos tienen ciertas quemaduras y siento un líquido pasar por mi cuello y todo me da vueltas, el sonido es horrendo y no puedo enfocar muy bien. Incluso varias partes de mi cuerpo me obligan a soltar jadeos de dolor al moverlas.

Camino a tropezones entre las personas muertas y heridas, ignoro lo que ocurre a mi alrededor y el pánico que hay en todos, porque mi destino está a varios metros más adelante y tengo que llegar a ella, no puedo estar sin ella

Veo a alguien apoyado sobre el pecho de otra persona y, mientras me acerco y mis rodillas ceden, puedo reconocerlo como Arsen al ver su cabello rubio manchado en sangre y su mejilla con una herida que cruza desde su oído hasta su labio. Está temblando y nada tiene sentido para mí, al menos hasta que sus ojos llorosos se topan con los míos y modula el nombre de mi Sirena. El mundo comienza a desmoronarse a mi alrededor cuando mi mirada baja lentamente al cuerpo de la mujer en el suelo, con su cabello rubio ensangrentado, heridas por todo su rostro, sus manos se encuentran dañadas y veo más sangre que sale de su cuerpo y su traje. Ella no reacciona. No abre los ojos. No se mueve.

Mis ojos se vuelven agua y me acerco a ella, susurrándole palabras para traerla de vuelta, acariciando su rostro y cabello con mis temblorosas manos, como si incluso aquello pudiese hacerle daño. Selene no responde, su pecho no sube ni baja. No he podido salvarla, no he podido hacer nada para protegerla y la desesperación me hunde junto a ella. No tengo nada más porque luchar, ya lo he perdido todo, la he perdido a ella. Y es mi último pensamiento antes de ver todo borroso y luego negro.




Mis pies se mueven inquietos en el suelo, mi brazo está vendado hasta el codo por una fractura y mi otro brazo tiene algunas heridas por los mutos, al igual que ciertas zonas de mi cuello, espalda y torso, y un esguince en mi pie izquierdo. Arsen, a mi lado, no está mejor: costillas rotas, quemaduras en su ante brazo izquierdo, una cicatriz en su mejilla y el oído dañado. Durante el tiempo que llevamos esperando, termino por aceptar que le debo mi vida y la de mi esposa a su guardia personal, que se encargó de que los rebeldes nos salvaran cuando ambos caímos en la inconsciencia por las quemaduras, heridas y golpes no tratados con anterioridad. Selene fue afectada en varias zonas de su cuerpo, al igual que Katniss, así que los médicos del distrito 13 estaban intentando que ambas se recuperaran.

Lo primero que trataron fueron las quemaduras: Selene tenía las manos, parte de su cuello y ante brazo con algunas quemaduras, aunque aseguraron de que nada que no pudiesen tratar. Luego tenían que tratar las heridas que se había hecho con los mutos, lo que según los médicos, constaban en una fractura en el brazo izquierdo - donde recibió la mordida -, un esguince en su tobillo derecho, los rasguños en su pecho, espalda, piernas y brazos, que eran profundos. Nadie comprendía cómo es que Selene pudo mantenerse en pie con todo lo que llevaba encima, ni siquiera yo lo comprendía, pero era probable que el perder a Kenneth haya sido su mayor motor para mantenerse en pie. Llevábamos esperando horas a que sacaran a alguna del pabellón, pero no había noticia aún.

Haymitch se une a nosotros, al igual que Johanna y Annie, ambas enterándose de lo que había pasado en nuestra misión y la muerte de nuestros compañeros. Conocían a Kenneth, así que la noticia no les deja indiferente y velan por la recuperación de ambas chicas en el quirófano, mientras yo juego con el anillo de bodas que mantengo. Al menos hasta que escucho a los médicos discutir entre ellos, cerca de nosotros. Me acerco, al igual que los demás, y ellos me miran con tristeza. Algo no anda bien, esas miradas nunca dan un buen indicio y no quiero imaginar que no ha salido bien la operación o la estabilidad de Selene, no después de tantas horas. Ya me he pasado demasiadas situaciones en la cabeza que no llevan a nada bueno, además de revivir todo lo que pasamos desde que dejamos el 13.

II. Libertad ━ Finnick OdairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora