Julieta
He descubierto que mi cercanía coloca nervioso a Carter y eso me hace sentirme bien, pese a que estos actos de valentía, en que estoy a pocos centímetros de su rostro, también me tengan al filo de las emociones.
La distancia, al igual que en la salida del cine, es poca. Puedo sentir la fragancia dulzona de su loción, combinada con la harina de las donas y la mantequilla de las palomitas, aunque no haya comido ninguna, le dije que tomara, pero quizás no me escuchó, o no le gustan tanto como a mí.
Pero eso es lo de menos en este momento.
Sus ojos verdes se ven mucho más claros de cerca y me reparan casi sin parpadear, tanto como yo lo hago. Hay algo hipnotizante en ellos que me gusta muchísimo, pero que oculto al sonreír y alejarme, porque no sé cuánto más me dure este teatro en el que finjo verme indeleble, como si él no provocara una avalancha de emociones en mi interior.
—Comenzaré a dormir con los ojos abiertos —apunta una vez la distancia entre ambos es notoria, gracias a los pasos que he dado hacía atrás. Él se recompone, irguiendo la espalda y sonriendo, sin dejar de verme fijamente, la mirada es tan intensa que termino por girar el rostro, como si me interesara ver lo que sucede con los autos que pasan por la calle, en lugar de a él.
Pero es que no soy capaz de controlar la sensación en mi interior. Esas cosquillas en la boca del estómago y el agujero en el pecho.
—Deberías andar con más cuidado —increpo luego de algunos segundos, fingiendo desinterés, pero sin olvidar que me hizo correr por más de dos cuadras. Ni siquiera sé si aún tengo una reputación que cuidar después de esto. Mi vejiga volvió a traicionarme una vez más.
—Con los ojos bien abiertos.
—Especialmente si estoy cerca —agrego en broma, con una sonrisa lobuna en el rostro.
—Es difícil no hacerlo, Jules —Tal respuesta consigue que las comisuras me tiemblen, mientras las cosquillas en mi estómago se expanden por el resto de mi cuerpo. Puedo escuchar el pequeño gritito que lanza mi interior, pero tengo que mantener mi postura.
—Lo tengo claro, soy encantadora —repongo de inmediato, mientras entrelazo los dedos y recargo mi quijada en ellos, en un gesto angelical, mientras parpadeo con rapidez, obteniendo una risa genuina y agradable de parte de Carter.
—Yo soy el encantador, Jules. Deja de robarte mis frases.
—Ya te lo dije, a mí también me lo dicen seguido —miento, pero hacer esto es divertido.
Con el paso de los días, he descubierto que bromear con Carter es de mis actividades favoritas, por la confianza que él me inspira.
—No tanto como a mí, eso es seguro.
—No estás en disposición de llevarme la contraria, Carter. Te recuerdo que me hiciste correr por más de dos cuadras —recalco las últimas palabras y él niega, tratando de no anchar su sonrisa, pero falla en el intento. No importa cuánto intente ocultarlo, esto le causa demasiada gracia.
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La Voz de Julieta
Teen FictionUna niñera busca superar su miedo a cantar, mientras trata de no enamorarse de su encantador vecino, en una realidad donde una App determina quien tiene el talento para dedicarse a la música. **** Julieta ha soñado con cantar desde que tiene memor...