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Carter

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Carter

Julieta acaricia mi brazo con el dorso de sus dedos, en movimientos lineales de un lado a otro, con una lentitud que amenaza con hacerme desvariar, mientras sus labios juegan en mi cuello. Presiono su cintura para disminuir los centímetros entre nosotros y el calor de su piel no tarda nada en fundirse a la mía.

La adrenalina corre por mis venas, recordando nuestra conversación dentro del estudio, solo interrumpida por la llegada de Dash con uno de sus tantos comentarios.

Ambos salimos del departamento para ir hacía la azotea y observar las "estrellas", sin embargo, nuestro plan cambió en cuanto llegamos allí y descubrimos que el lugar estaba vacío. Teníamos que agradecer que las personas en el edificio no tuvieran la costumbre de nadar por la noche, porque entonces eso nos permitía disfrutar solo a nosotros de la piscina.

—Después de hoy, todo va a ser diferente —susurra contra mi piel, lo que me obliga a tragar saliva antes de buscar una respuesta.

—¿En qué sentido?

—Los reporteros no van a dejarnos en paz. No vamos a poder salir sin que nos molesten —Suena mortificada al decirlo, y su rostro es una segunda prueba de que lo está, cuando coloca sus manos sobre mis hombros y se aleja unos cuantos centímetros—. No quería que esto pasara. De verdad lo lamento.

—Tú no hiciste nada, Jules. Estaremos bien, ¿de acuerdo?

Ella asiente, pero rehúye de mi mirada. Sé que está confundida, yo también lo estoy, pero no voy a aumentar su inseguridad, tampoco al colocar más peso sobre sus hombros, del que ya carga.

Es evidente que estar juntos no va a ser lo mismo, pero lo que siento por Jules es tan profundo que no es fácil de romper, ni siquiera por algo como esto.

Coloco mi mano sobre su mejilla para poder observarla a los ojos y transmitirle confianza, me mata verla culparse por algo en lo que ella no tuvo influencia, no es como si hubiera pedido que la prensa descubriera lo nuestro, en todo caso podría sospechar de Brandon, pero lo último que haría seria emparejarnos cuando según sus estadísticas, a Jules le va mejor estando soltera.

Jules nunca se mostró enfadada por ello, y yo tampoco, aunque lo cierto es que tampoco hablamos de si ella estaba bien con mantener esto en secreto.

Nunca tuvimos una conversación de este estilo, porque desde el principio acatamos los dictámenes de los organizadores del concurso.

—¿Tú querías que lo nuestro fuera público? Quiero decir, si en el concurso no hubieran borrado la evidencia de nuestra relación, ¿te hubiera gustado que lo fuera?

—¿Por qué querría ocultarlo, Carter? No hay persona sobre la faz de la tierra que no te tomara de la mano con orgullo y dijera que sale contigo, y yo no soy la excepción.

Deja escapar una risilla.

—Estás exagerando, Jules.

—No, tú eres demasiado modesto. Eres un hombre excepcional, tienes un corazón y un alma preciosa, una gentileza y bondad digna de admirar, un sentido del humor contagioso. Eres comprensivo, paciente y siempre estás dispuesto a brindar tu ayuda. Das sin pedir nada a cambio y no juzgas a nadie. Te gusta mantener la calma, para evitarle problemas a otros. Celebras hasta los logros más pequeños de las personas que te rodean y amas hacer feliz a otros. Tú también eres un uno en un millón, Carter Prescott.

La Voz de JulietaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora