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Carter

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Carter

Me es imposible quitarle los ojos de encima. Mi respiración se ha quedado atestada a mitad de mi garganta, gracias al nudo formado en ella. El estómago me hormiguea mientras mis oídos se deleitan y se derriten al escucharla. Siento el corazón latirme de una forma nueva, al ritmo de la voz de Julieta.

No supe como procesar sus acciones al enfrentar a mi hermano, pero los estragos de los nervios que se formaron en mi cuerpo al verla caminar tan decidida hacía el escenario, aun me cobran factura.

Pese al anhelo que me hacía verla cantar en vivo, también sentía temor por obligarla a hacer algo que no quería. Se lo advertí a Ginger, pero mi mejor amiga tuvo razón en decir que nadie la obligaría a subir al escenario, salvo que mi hermano la presionó de alguna forma y eso me impide tener la conciencia tranquila.

Estoy convencido que no ha sido para mal, porque el video que Ginger me mostró es nada comparado con esto. Su voz es todo un espectáculo celestial digno de presenciar.

La forma en que se mueve por el escenario, los gestos en su rostro, la manera en que agita las manos, el cómo tensa el cuello... verla es toda una fantasía y escucharla un viaje al paraíso.

—Parece que si subestimaste a tu competencia —bromea Maika hacía Dash, quien presiona sus puños con fuerza contra sus costados, mientras Jules se luce sobre el escenario y se roba al público.

No soy el único extasiado ante este encanto suyo que tenía muy bien guardado. Ella es fenomenal.

Pero mi hermano no va a admitirlo así de fácil. Vino porque quería subirse al escenario y lucirse. No tener la atención que cree merecer es algo que no sabe cómo tratar.

Y por fascinado que esté con Jules, no puedo permitir que se sienta de esa forma. No soporto cuando se sobresalta.

—¿Competencia? Existen niveles, Maika —repone con el mentón alzado y un gesto despectivo en dirección de mi mejor amigo, quien sonríe sin quitarle los ojos de encima a Jules, y eleva las manos para restarle importancia a las palabras de mi hermano.

Un extraño nudo se forma en mi garganta, pero se evapora en cuanto la mirada de Jules me encuentra. Cuando yo estuve sobre el escenario y la observé una extraña electricidad me recorrió entero, pero ahora cuando es ella quien me mira desde allí, siento toda una tormenta eléctrica por dentro.

Siento el tiempo detenerse, y por un segundo, solo estamos los dos, sumidos bajo la luz de los reflectores y las luces neón. Sus ojos en los míos, su voz llenando mis oídos y haciendo eco en el lugar, y mi corazón siguiendo el compás.

¿Cómo debo llamarle a este sentimiento lleno de efusividad y encanto?

¿Es que acaso no fui lo suficientemente precavido y he caído ante ella?

Quiero negar, pero me encuentro paralizado, solo viéndole, deleitándome de cómo termina la canción con una nota alta que hace a mi corazón detenerse por una milésima de segundo. Se queda en el escenario sonriendo, como si le apenara hacerlo, como si no fuera capaz de entender su potencial. Como si no supiera que su voz es capaz de cautivar hasta al crítico más pesado, y de romper los récords de la VoireApp.

La Voz de JulietaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora