Julieta
Joder. Joder. Joder...
¿En qué estaba pensando al preguntarle algo así?
Al menos puedo agradecer que Carter no comprendió la profundidad detrás de mis palabras.
Sé que debería sentir alivio, pero aun siento un nudo en medio de mi garganta mientras camino con rapidez hasta mi habitación para meterme entre mis cobijas y enterrar mi cabeza debajo de las almohadas, esperando que el tiempo borre tremenda tontería.
—¡Jules! —Detengo mis acciones, dejando mi mano sobre la manija de la puerta de entrada, al escuchar a Aisha. ¡Dios! Lo había olvidado por completo—. Lo siento, no quería molestarte, pero hay mucho que debo decirte.
Mueve una carpeta frente a mi rostro y yo camino en su dirección para descubrir de qué se trata, porque no se me ocurre nada. En lo único que mi mente puede pensar, es en el garrafal error que he cometido en la habitación de Carter.
—¿De qué se trata? —pregunto luego de saludarla. No quiero verme maleducada cuando solo estoy estresada.
—¿Recuerdas que dijimos que era tu asistente el otro día? —Entonces todo parece tener más sentido—. Mientras tu caminabas hasta la oficina con los Engman, su asistente me pidió mi número telefónico y mi correo electrónico. Creí que solo estaba coqueteando, pero entonces comenzó a enviarme mensajes extraños, con fechas, horas y preguntando si te iba bien. Incluso me envió un archivo con el protocolo de ropa que debías usar, y el número y nombre de las personas que te ayudarán en todo el proceso —Mientras ella recita su experiencia, yo reviso los documentos. Está todo lo que ella mencionó y otros muchos documentos. Todo está perfectamente ordenado y estilizado, incluso se tomó el tiempo de imprimir un itinerario—. Quise traértelo antes, pero entonces él enviaba un nuevo archivo y no quería darte nada a medias, así que esperé hasta hoy para arreglarlo.
—¡Dios, Aisha! Lamento tanto haberte dado tanta lata con esto —En verdad me siento culpable, mientras observo todo lo que hizo—. ¡Esto es asombroso! No puedo imaginar el tiempo que debiste haber perdido.
—No fue tan pesado como crees, de hecho, me divertí mucho —confiesa lanzando una minúscula risa—. Mañana a medio día tienes una cita con la asesora de imagen para revisar el atuendo que vas a llevar el viernes en la firma.
—¡Joder! Lo había olvidado —sopeso, frunciendo los labios—. Gracias, Aisha.
—Oh. Y en la tarde Brandon quiere conocerte —Elevo una ceja con genuina confusión. Aisha se golpea la frente con la palma de su mano mientras ríe—. El mánager que te escogió la disquera. Toda la información está ahí —Con su índice me señala la hoja—. Oh y una marca de labiales quiere comunicarse contigo. He dejado su número telefónico en la última hoja, junto al resto de personas que trataron de comunicarse contigo.
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La Voz de Julieta
Teen FictionUna niñera busca superar su miedo a cantar, mientras trata de no enamorarse de su encantador vecino, en una realidad donde una App determina quien tiene el talento para dedicarse a la música. **** Julieta ha soñado con cantar desde que tiene memor...