Kara Danvers es, en secreto, la sobrina de Cat Grant. Gracias a que su tía le fue enseñando el mundo del periodismo, Kara sintió una atracción inmediata por las letras. Fue en su primer reportaje, donde se hizo pasar por reportera para conseguir una...
Acción de gracias fue precioso. Al finalizar la jornada, Sam y Nia se fueron con Ruby. Alex se quedó y esperamos a mamá que saliera del baño. Teníamos que hablar con ella para saber qué pasaba con papá y quería aprovechar que le ofrecí quedarse conmigo unos días. Al parecer iba a quedarse un tiempo en National City y eso llamó muchísimo nuestra atención. La puerta se abrió y Alex estaba sentada a mi lado.
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—¿Oh, te quedaste Alex?
—Sí, es que queremos hablar contigo.
En tanto dije eso suspiró. Se sentó en medio de ambas casi que con resignación y Alex habló primero.
—¿Nos vas a decir por qué no vino papá?
Tomó aire y nos tomo la mano a cada una. La dejamos tomar nuestras manos y dar una leve caricia con mucho cariño. No me gustaba para nada este silencio.
—Su padre y yo nos vamos a divorciar.
Alex y yo nos miramos totalmente heladas, no podía creerlo.
—¿Cómo que van a divorciarse? ¿Qué pasó? ¿Pasó algo? —Dije mirándola.
Mamá tomó aire y negó.
—Hemos tenido muchas discusiones y hace poco su padre... confesó que conoció a alguien.
Cerré los ojos comprendiendo. Alex se puso de pie y comenzó a caminar furiosa.
—¡¿Cómo te hizo eso?! ¿Cómo pudo engañarte?
—Alex, él no me engañó. —Aclaró mamá tratando de tranquilizarla—. Me expresó que conoció a una mujer que no le da oportunidad porque es casado.
—Ay, mamá... por favor... —Se quejó Alex.
—Se enamoró, Alex. —Dijo y noté el dolor en sus ojos—. Lo conozco... Y vi el dolor en sus ojos cuando lo dejé.
—¿Tú lo dejaste? —Pregunté y asintió.
—Él quería venir y decirles los dos juntos pero yo sabía cómo reaccionaria Alex. —Dijo mirando a mi hermana que se cruzó de brazos—. Y para ser sincera, no me siento cómoda a su lado desde hace un tiempo.
Esto era muy triste. Me acerque y la abracé. Entendí por qué se quería quedar en National City. Alex se acercó y se unió al abrazo. Nos quedamos así con ella, sintiendo sus silenciosas lágrimas. Escucharla llorar rompió mi corazón y la acompañe en el llanto. Me dolía verla así. Para cuando nos alejamos del abrazo se estaba limpiando las lágrimas.
—Gracias, mis amores.
—¿Te fuiste de Midvale verdad?
Le pregunté y asintió. Sabía que hacer para alegrarla. Suspiré sonoramente, exagerando el drama y mirando mi vientre mientras señalaba mi llanto. Las dos me miraron casi riéndose, más Alex.
