Kara Danvers es, en secreto, la sobrina de Cat Grant. Gracias a que su tía le fue enseñando el mundo del periodismo, Kara sintió una atracción inmediata por las letras. Fue en su primer reportaje, donde se hizo pasar por reportera para conseguir una...
Me desperté y Lena seguía dormida, sonreí y supe que quería hacer un desayuno para ambas y traerlo a la cama. Hacia mucho tiempo que no le daba una atención así y quería aprovechar la soledad de la casa. Me quedé pensando un instante lo qué podía hacer de diferente para que sintiera la mañana especial y sí, tenía una idea clara.
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Comencé a moverme de la cama y sentí un par de manos que le tiraban hacia atrás y no me dejaban moverme.
—¿A dónde te crees que vas?
Me reí sonoramente mientras se movía hasta quedarse encima mío. Ambas seguíamos desnudas y me reí mientras la veía mirarme mordiéndose el labio.
—Voy a hacer el desayuno. —Le dije y jugó con su ceja.
—Tu desayuno está justo aquí. —Dijo señalando su miembro con los ojos—. Y estoy lista para alimentarte.
—¿Oh, en serio?
Pregunté divertida y asintió. Acercó su cadera y me hizo sentir la erección que ya estaba formada. Sonreí y gruñó por lo bajo mientras se acercaba a darme un beso.
—¿Y que hay de desayunar mi amor?
Le pregunté con seducción en medio de sus besos y sonrió.
—Una gran salchicha... —Dijo jugando con sus cejas y me reí contra su boca—. Un par de huevos e incluso hasta podrías sacar algo de leche.
Tuve que reírme con eso último, ya que Lena no es de hablar así de sus partes pero realmente fue inesperadamente gracioso.
—Oh, te burlas... —Dijo y comenzó a frotar el largo de su miembro contra mi centro—. A ver si te burlas ahora...
Me reí pero poco a poco cambie mi risa a gemidos, teniendo en cuenta que sentía su dureza.
—Pues déjame decirte... —Dije mientras estiraba mi mano en un recorrido por su espalda hasta sus glúteos—. Que es una gran salchicha... Y yo tengo un rico pan para que la pongas.
Lena se rio está vez y se acercó a darme un beso entre risas.
—Me está divirtiendo estás analogías con la comida pero prefiero entrar en acción.
—Definitivamente, deberías.
Continuó frotándose contra mí y volviendome loca mientras su boca atacaba mi cuello en besos. Mi mano se apretó en su glúteo y ella gimió contra mi cuello, muy cerca de mi oído. Sentí que sus besos bajaban lentamente por mi clavícula hasta mi pecho y ahí se dedicó a atender la necesidad que se formó en mis pezones tan solo con su cercanía. Lena me volvía loca, sabía enloquecerme a la perfección. Estiré mi mano hasta su miembro y mientras ella jugaba con su lengua en mi pezón, yo la estimulé. Arrimó su cadera más cerca de mí y noté en su rostro que la estaba volviendo loca. Era tanta la delicadeza que aplicaba en mi pecho que mi entrepierna no tardó en mojarse. Me moví oara estar un poco de lado y acerqué la punta de su miembro a mi entrada. Comprendió lo que quería y apoyo mi pierna en su muslo y ella misma se abrió paso dentro de mí. Sentí su grandeza apoderarse de mí y llenar cada espacio. La sentí moverse dentro de mí y sonreí mientras tomaba uno de sus senos entre mis manos para darle caricias con mucha ternura.
