Capítulo 3

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*Lena Pov.*

Estoy loca. Estoy realmente loca. Los besos con Kara eran muy intensos. Mi lengua devoraba a la suya, sus manos estaban en mi espalda y yo me sostenía del colchón. No sé en qué momento sucedió pero cuando me quise dar cuenta, abrí su camisa hasta quitarla. Me alejé para quitarla y no dijo nada, se acercó a quitar mi remera. Nos miramos en ropa interior y ver los senos de Kara hizo que se animara mi amigo. La lancé hacia atrás y me acomodé encima para besarla de nuevo.

 La lancé hacia atrás y me acomodé encima para besarla de nuevo

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Sí, deseo a Kara. Es mi mejor amiga pero siempre le tuve ganas. Tanto así que el día que la conocí, cuando me estaba haciendo la entrevista me tuve que quedar sentada tras el escritorio para que no se viera la erección que me dejó tener a la hermosa asistente de Cat Grant frente a mí. Esta propuesta era todo lo que había esperado sin embargo, temía que esto dañara nuestra amistad. Pero ya era demasiado tarde, ya estaba sobre ella. Mi cadera se movió rítmicamente contra la suya y los gemidos comenzaron a surgir, en especial cuando le hice sentir lo animada que estaba.

Tuve que recordarme a mi misma que esta era su primera vez. Bajé la intensidad y decidí ser más dulce. Recorrí su mentón a besos y llegué a su cuello con ternura.

—Eres preciosa... —Dije mientras dejaba besos—. Realmente preciosa, Kara.

La sentí sonreír y acariciar mi pelo. Este momento debía ser tierno para ella, no podía ser bruta. Bajé los besos hasta su clavícula y dejé un recorrido sobre el hueso. Llegué hasta su hombro y baje por su pecho. Levanté la mirada y nos observamos en todo momento mientras llené su pecho de besos. Sí, nos teníamos confianza. Es mi mejor amiga. Y nuestra confianza estaba cambiando a intimidad. Levanté mi mirada de su pecho y la observé.

—¿Puedo tocarte? —Le pregunté.

No respondió, me asintió. Me acerque para besarla y mientras lo hacía, llevé una de mis manos a su pecho. Descanse una mano sobre el encaje de su ropa interior y sentí sus manos apretar mi espalda.

—Si quieres puedes tocarme, Kara...

Le sugerí al tiempo que regrese a besarla. Su mano bajó por mi espalda, llegó a mi cintura y luego bajo hasta mi cadera. Creí que tocaría mi pecho o como mucho mi trasero pero me sorprendió cuando fue hasta mi pantalón deportivo y llevó su mano temblorosa hasta mi miembro. Me paralicé mientras la sentí tocar todo el largo con timidez. Dejé de besarla para mirarla y nuestra respiración se aceleró mucho. La miré a los ojos con profundidad mientras comenzó a acariciarlo.

—¿Lo estoy haciendo bien?  —Dijo un tanto nerviosa pero excitada.

—Sí... —Dije con la voz gruesa y relamí mis labios, deseando tocarla también—. ¿Puedo tocarte ahí también?

Pregunté, señalando su entrepierna con mi cabeza.

—Sí, puedes.

Llevé mi mano al botón de su pantalón de vestir, lo abrí y baje el cierre. Llevé mi mano y poco a poco dejé que mis dedos la tocaran. Estaba mojada y su ropa interior estaba húmeda, eso hizo que mi miembro comenzara a endurecer en su mano. Más aún con sus caricias. Pegué mi rostro al suyo y nos dedicamos a tocarnos. Deslice mis dedos por su abertura, buscando su punto y comenzó a gemir en mi boca, tomando mi miembro con ganas. Llevé mi boca a su cuello para dejar besos y cuando la sentí bien mojada saqué mi mano de su entrepierna, la hice soltarme y llevé mis manos a su espalda. Comencé a quitar el seguro de su ropa interior y cuando se soltó lo quité lentamente. Me miró completamente roja y vi sus pezones rosados endurecidos. Me acerque y les di un beso a cada uno, siendo los fuertes latidos de su corazón bajo mis labios para luego dedicarme a darle atención a cada uno por separado.

Consecuencias - Supercorp AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora