Kara Danvers es, en secreto, la sobrina de Cat Grant. Gracias a que su tía le fue enseñando el mundo del periodismo, Kara sintió una atracción inmediata por las letras. Fue en su primer reportaje, donde se hizo pasar por reportera para conseguir una...
Sonará tonto pero me sentía feliz. Había sido el mes más largo de mi vida. No sé qué habría sido de mí sin mamá. Al estar viviendo conmigo su apoyo fue primordial. Estuve muy emocional y extrañé demasiado a Lena, demasiado. Me hizo muchísima falta. Así que ahora que la tenía a mi lado, abrazándome y robándome besos era precioso. Era el mejor inicio de año. Seguíamos de apagón con los velones encendidos y Ruby no dejaba de sacar fotos con su cámara a los velones en diferentes posiciones con ayuda de Lena que le estaba explicando. Alex estaba sentada conmigo y las mirábamos con una sonrisa. Fue observando a Lena con Ruby que imaginé lo que sería verla con nuestro hijo. Y me perdí un momento mirando una copa sobre la mesa imaginando verla jugando con él o algo así.
—¿Por qué sonríes tanto? —Preguntó Nia.
Sonreí aún más, avergonzada y la miré apenada mientras respondía.
—Miraba a Ruby con Lena y estaba imaginando lo que será verla con él.
Dije mirando mi panza y tanto Nia como Sam hicieron gestos de ternura.
—Cuando estaba en Londres tenía días dónde estaba horas encerrada firmando papeles y haciendo informes. —Comenzó a decir Lena desde donde estaba con Ruby—. Y para hacer mis tardes amenes dolía imaginar que llegabas por la oficina con él en brazos y el corría hacia mí diciendo “mami”.
Terminó de decir eso mirándome con mucha ternura.
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—Awwww... —Dije y me morí de la ternura por lo que dijo y su mirada.
—Siento que sufro una sobredosis de azúcar. —Dijo Alex y le golpeé el brazo.
Nos reíamos cuando alguien llamó a la puerta y miré extrañada.
—¿Esperas a alguien? —Preguntó Alex y negué.
—No, a nadie. Déjame ir a ver.
Me puse de pie y me acerque a la puerta. La abrí lentamente y me llevé la sorpresa de ver a Mike.
—¿Mike? —Dije sorprendida—. ¿Qué haces aquí?
—Hola, Kara. Lo siento, sé que estás con tu familia. Solo pasaba a desearte un feliz año nuevo. —Dijo y me extendió un ramo de flores—. Para ti.
Abrí la boca y suspiré. ¿Cómo le digo que no me interesa?
—¡Ah, no! ¡Suficiente! —Escuché que dijo Nia y se acercó a mí—. Ve Kara, yo me encargo. Ve... Ve...
Me empujó hacia donde estaba Lena e intercambié una mirada con ella de total confusión. Observé que entrecerró la puerta pero de igual manera se escuchó todo.
—¡¿Qué diablos haces aquí?! —Le dijo Nia—. ¿Es que no entiendes que no le interesas?
