—Estoy agotada —se quejó Gaeul por tercera vez en lo que llevaba despierta, lo cual era apenas quince minutos. Jumin, que observaba a su hermana haciéndole el desayuno, esbozó una sonrisita ante lo dramática que era—. Eh, eh, ¿tú de qué te ríes?
—Tienes una cara horrible —rio el pequeño.
—¡Oye! —protestó, en el mismo momento en el que su padre entró a la cocina.
—¿Ya estáis discutiendo desde tan pronto? Son solo las ocho de la mañana. Y es domingo.
—He tenido una noche horrible —se justificó Gaeul, dándose por vencida con el desayuno. Las tortitas se habían tostado más de lo que debían, el café le había quemado la lengua y el pijama, que se había puesto la noche anterior, se había manchado de la mezcla viscosa.
Hoy es el peor día para tener mala suerte, se dijo a sí misma mientras su padre tomaba el relevo para cocinar, chasqueando la lengua ante el desastre culinario que había causado. Aquel día eran los MAMA, aquellos premios musicales tan importantes, y lo único que quería hacer era volver a tumbarse en la cama y dormir hasta que el mes terminase.
Noviembre había sido caótico: todos los ensayos para la ceremonia, los bailarines que se quejaban a cada segundo y pedían que se modificasen algunos pasos, los nervios de tener que realizar un solo ante las cámaras y las pantallas del país...
Gaeul supo desde el momento en que la coreógrafa le contó que algunos tendrían unos segundos para bailar, mientras las chicas de Eclipse se cambiaban en el backstage para seguir la actuación, que aquello no saldría bien. ¿Tener ella el foco durante unos instantes? Horrible.
—Irá genial, ya lo verás —trató de animarla el señor Yoon, acariciándole levemente el pelo rosa, que estaba más intenso que nunca ya que había ido el día anterior a retocárselo.
—Eso lo dices porque no eres tu el que tiene que presentarse ante tantas personas.
—No es la primera vez que haces algo así, hija —le quitó importancia el hombre.
Razón no le faltaba, pero no supo verlo, demasiado obcecada en que, a no ser que hubiese un giro de los acontecimientos, todo saldría mal.
¿Y si se caía en medio del escenario cuando la estuviesen enfocando? ¿Y si recibía comentarios de odio por no saber cómo ejecutar bien los movimientos? ¿Y si...?
—Deja de darle vueltas —soltó su padre, abriendo el periódico de siempre, sabiendo que en la mente de su hija se sucedían las preguntas más incoherentes posibles.
—¡Tienes que hacerlo bien! —intervino Jumin, agitando las manos con frenesí—. ¡Así puedo ir mañana al cole y decir que tengo una hermana famosa!
—¿No decías que tenía una cara horrible? ¿Así cómo me haré popular? —protestó Gaeul, sacándole la lengua, gesto que devolvió de inmediato.
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WOW - Hwang Hyunjin
FanfictionGaeul y Hyunjin tienen muy claro que lo suyo no va más allá de una amistad. Pero son los únicos que no se dan cuenta de que se miran de todo, menos como amigos. **** Hay algo que Gaeul tiene siempre en mente: no confiar del todo en nadie. Por esa ra...