오십. real life

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—¿Qué tal estás? —preguntó Ayaka nada más Gaeul entró a su coche, poniéndolo en marcha tras asegurarse de que se había puesto el cinturón de seguridad y que había dejado la bolsa que llevaba consigo en los asientos traseros, vacíos porque eran las únicas que estaban en el vehículo—. Sé que es una pregunta tonta —se adelantó antes de que siquiera separase los labios para responder—, pero se nota que estás nerviosa.

Lo estaba, no podía negarlo, no cuando le temblaban tanto las piernas que tenía que concentrarse para que dejasen de hacerlo. Agradecía que hubiese sido Ayaka la que la hubiese recogido, porque no sabía si en ese estado habría soportado el carácter de Nari, tan arrollador como siempre, o las preguntas incesantes de una Jiyong que querría asegurarse de que estaba bien.

La relación entre todas era más que buena, pero no era lo mismo estar rodeadas de ellas que de la medio japonesa, que se había vuelto alguien indispensable en su vida. Cuando la había conocido, hacía ya meses, no había previsto que se llevasen tan bien, porque en un primer momento no parecían tener muchas cosas en común, solo el hecho de que parloteaban sin control, pero habían congeniado tan bien que era raro el día en el que no hablasen o se reuniesen para ver algún drama.

—Si te digo lo que me pasa, ¿prometes no burlarte de mí? —pronunció con una sonrisa temblorosa. Sabía que si la chinchaba no lo hacía con mala fe, sino todo lo contrario, para aligerar la situación y asegurarse de que estaba más tranquila.

—Te conozco lo suficiente como para intuir qué es lo que tienes en mente, Gaeul —dijo como si fuese obvio, girando el volante con maestría y fluidez. Por alguna razón que desconocía, le encantaba ver a su amiga conducir, porque aunque estaba acostumbrada a que fuese tan efusiva en otros ámbitos de su vida, se notaba que se tomaba eso en serio—. No te voy a juzgar, sabes de sobra que no soy así.

—Ya... —suspiró antes de continuar—. ¿Crees que le va a gustar a Hyunjin, no?

Estaba con Ayaka porque aquella tarde era el último concierto de Stray Kids, y se había ofrecido a llevarla al lugar en el que se realizaría. No estaba nerviosa por ver el espectáculo, porque sabía más que de sobra lo mucho que se esforzaban por dar lo mejor de sí mismos en cada momento, sino porque al tratarse del fin de la gira, podía pasar tiempo con su novio al fin.

WOW - Hwang HyunjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora