십사. real life

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Gaeul odiaba cada festividad que implicase reuniones familiares, porque eso le recordaba constantemente que nadie se preocupaba por su padre, ella o Jumin, así que Navidad no era ninguna excepción; lo peor, sobre todo, eran las preguntas de su her...

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Gaeul odiaba cada festividad que implicase reuniones familiares, porque eso le recordaba constantemente que nadie se preocupaba por su padre, ella o Jumin, así que Navidad no era ninguna excepción; lo peor, sobre todo, eran las preguntas de su hermano pequeño, que siempre quería saber por qué, al contrario que sus mejores amigos, nunca recibían visitas de algún pariente. Ni siquiera lejanos.

Tampoco ayudaba que el señor Yoon estuviese de mal humor desde que había empezado el mes, y que cada vez que su hija se preocupase, la hablase con tono frío e incluso de regaño. Gaeul estaba segura de que algo iba mal, pero no tenía ni idea de qué era, porque el hombre tampoco estaba dispuesto a contárselo.

Quizás se debía a que tampoco le gustaba aquella época del año, o a que estaba agobiado con todos los turnos del hospital... no sabía nada, y aquel estado de ignorancia le estaba poniendo de muy mal humor.

Y por si fuera poco, en medio de todo ese estrés familiar, su mente le daba vueltas a otro tema, que tenía nombre y apellidos: Hwang Hyunjin. Casi había pasado un mes desde los MAMA, pero Gaeul no dejaba de pensar en el hecho de que se habían tomado de la mano durante bastante tiempo, y... que le había gustado. Quería que eso se repitiese. Quería volver a verle. Quería volver a hacerle sonreír. Quería ver cómo sus ojos se volvían igual de diminutos que siempre.

Pero durante todo el mes de diciembre, el acercamiento más cercano que había tenido con él había sido comentar por las noches el nuevo drama de Jiyong. Habían experimentado juntos alegría, tristeza... Pero todo había sido por mensajes.

No verle la estaba matando por dentro.

¿De verdad Hyunjin le estaba empezando a...?

No, se dijo a sí misma cuando se dio cuenta de que, por vigésima vez en el día, sus pensamientos divergían hacia el idol.

Como si el destino le estuviese jugando una mala pasada, su teléfono se iluminó al recibir un mensaje de su amigo, que preguntaba si estaba libre y podía hacer una videollamada. La joven, que aún no había empezado a hacer la cena, accedió tras mucho dudarlo. Una gran parte de ella estaba deseosa por observar su imagen en la pantalla, pero la otra sabía que aquello era peligroso.

No quería ceder. No quería... enamorarse.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó Hyunjin nada más descolgó, cuando Gaeul ya había colocado el móvil en una parte de la encimera donde hubiera suficiente luz para que se viesen mutuamente.

—Ahora mismo, nada interesante —dijo, siendo sincera—. Pero iba a sacar las cosas para preparar la cena. ¿Tú qué estás haciendo?

Hace cinco minutos estaba con mis padres en la cocina, pero me han echado diciendo que era más un incordio que una ayuda —se quejó el joven, como de costumbre, con una sonrisa en la que Gaeul mantuvo la mirada más de lo normal.

La chica no supo si el motivo de que la conversación le resultase algo incómoda era porque estaba más nerviosa que otras veces, con el corazón latiéndole frenéticamente, o porque tenía tanto estrés encima que solo quería encerrarse en su habitación y no salir hasta que todas las fiestas terminasen. Quizá era una mezcla de ambas.

WOW - Hwang HyunjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora