삼십. real life

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Gaeul pensaba que Hyunjin cancelaría la cita que tenían aquel fin de semana tras decirle que debía cuidar de Jumin, ya que no había sido posible que pasase tiempo en casa de un amigo, pero la respuesta fue contraria a la que imaginaba: lejos de al...

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Gaeul pensaba que Hyunjin cancelaría la cita que tenían aquel fin de semana tras decirle que debía cuidar de Jumin, ya que no había sido posible que pasase tiempo en casa de un amigo, pero la respuesta fue contraria a la que imaginaba: lejos de alejarse, el chico había accedido a ayudarla.

—¿Cuándo llega Hyunjin? —preguntó el señor Yoon, levantándose del sofá desde el que estaba la televisión y estirándose para desperezarse—. No sé si podremos coincidir antes de que me vaya.

Desde que la bailarina le había dicho a su padre que el joven ya no era solo un amigo, sino que habían formalizado su relación, estaba deseoso de conocerlo como tal. A cada cosa que Gaeul le comentaba sobre su novio, fuese la que fuese, sacaba el tema de que debía invitarle a cenar algún día. Al principio ella intentaba negarse, diciendo que no era necesario porque ya se habían reunido en una ocasión, pero al darse cuenta de que no iba a dejar de insistir, se dio por vencida.

—Debería estar aquí ya —respondió tras un suspiro, mirando la hora en su teléfono—, aunque depende del... —No le dio tiempo a terminar la frase, porque el interfono sonó—. Olvídalo.

—¿Ya? —quiso saber un emocionado Jumin, que no paraba de saltar de un lado a otro.

Gaeul casi corrió a la puerta para preguntar quién era, y tras escuchar la inconfundible voz de su novio la abrió, asomándose por las escaleras. No pudo evitar esbozar una sonrisa al recordar la primera vez que hizo eso, cuando Hyunjin se presentó en su casa sin previo aviso, enviado por Eunji. Los meses habían pasado tan rápidos que apenas había sido capaz de asimilar todo lo que había sucedido, pero estaba más que feliz con el rumbo que había tomado su vida.

No recordaba cuándo había sido la última vez que se había sentido así.

—Perdona, el tráfico... —empezó a excusarse Hyunjin, aun a pesar de que no había llegado al tercer piso donde vivía la chica. Se quedó callado cuando alzó los ojos y se encontró con su mirada—. ¿Qué pasa?

—Tu... —comenzó a tartamudear Gaeul, boquiabierta—. Tu pelo... ¿Qué ha pasado? ¿Qué has hecho? ¿Cuándo ha sido? ¿Por qué no me dijiste nada? —El idol soltó una risita ante la incredulidad de su novia, que no dejaba de soltar preguntas sin tan siquiera respirar—. ¡Hwang Hyunjin!

—¿No te gusta? —preguntó con un puchero, pasándose una mano por el cabello, peinándoselo con delicadeza para no destrozarlo—. Quería que fuese una sorpresa.

—Un día me va a dar un infarto por tu culpa —chasqueó la lengua, sonriendo. Se acercó un poco, eliminando el espacio abismal que había entre ambos, y le rodeó el cuello con los brazos, poniéndose de puntillas—. Estás guapo, muy guapo. Te queda genial.

Hyunjin la estrechó, apretándose más contra su cuerpo, sin dejar de mirarla a los ojos.

—No sé por qué estás tan indignada —se quejó él, con las comisuras de los labios hacia abajo—. Tú no me avisaste cuando te teñiste el pelo de rosa.

WOW - Hwang HyunjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora