Gaeul y Hyunjin tienen muy claro que lo suyo no va más allá de una amistad. Pero son los únicos que no se dan cuenta de que se miran de todo, menos como amigos.
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Hay algo que Gaeul tiene siempre en mente: no confiar del todo en nadie.
Por esa ra...
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No sabía por qué, pero Gaeul se sentía nerviosa por visitar el edificio de JYPE después de tanto tiempo. Era extraño. La última vez que había ido, todo era completamente diferente: la relación entre Hyunjin y ella se limitaba a la amistad, y su vida se resumía en acudir al trabajo por las mañanas y cuidar de Jumin por las tardes. No había nada especial en su día a día.
A veces echaba de menos ese anonimato, el no ser la bailarina de pelo rosa que se había hecho viral, o el no salir con uno de los mejores bailarines de la industria. En ocasiones también sentía el impulso de querer alejarse de todo y dejar de dar tanto de sí misma, porque aunque le gustaba el giro que había tomado su vida, a veces tenía miedo.
Miedo de que todo se esfumara, y que esa felicidad plena que sentía últimamente a todas horas se fuese a la basura de un día para otro.
—Dichoso Hyunjin —le maldijo en voz baja, mientras entraba en la agencia y sacaba el móvil de sus manos, dispuesta a enviarle un mensaje diciendo que ya había llegado.
Había sido él quien la había invitado a presenciar un ensayo importante, el último que realizarían antes de grabar el programa que tenían estipulado, pero en el último momento le había preguntado si podía presentarse antes de la hora acordada. Al parecer, quería enseñarle algo.
El idol no respondió de inmediato, como hacía siempre, así que se limitó a sentarse en uno de los numerosos sillones que había desperdigados por el vestíbulo, hasta que fuese a recogerla.
—¿Gaeul? —preguntó una voz femenina que reconocía a la perfección. Tantas horas pegada a la televisión, viendo sus dramas en repetición una y otra vez, servían para identificar a Jiyong al instante.
—¡Oh, hola! —exclamó al reparar en su presencia, levantándose del sitio como un resorte y realizando una reverencia pronunciada mientras sonreía, casi tímida—. ¿Qué tal?
No había soltado muchas palabras, como sí había pasado en otras ocasiones, pero aún así se notaba la ilusión que le hacía encontrarse con la actriz, que la observaba con una expresión casi indescifrable. Eso hizo que se pusiese más nerviosa de lo que ya estaba, y que se pusiese a darle vueltas a la cabeza.
No lo había hablado con Hyunjin, porque habían dejado aparcado el tema debido a la incomodidad que suponía todo lo ocurrido, pero estaba segura de que el joven le habría contado lo sucedido. No solo porque era un chismoso, sino porque más de una vez había remarcado lo bien que se llevaba con Jiyong, y lo mucho que confiaba en sus consejos.
Pensar aquello en ese momento fue muy mala idea, porque su cuerpo se tensó de golpe y su postura despreocupada se tornó rígida, casi tiesa. La sonrisa que decoraba la comisuras de sus labios fue desvaneciéndose también, lentamente.
¿Qué opinaría de todo lo que había pensado? ¿Pensaría que todo había sido su culpa, y que era una mala novia? ¿Que era una mala influencia y que debía alejarse de Hyunjin? ¿Que no debía estar allí? ¿O...?
