십팔. real life

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—¿No crees que paso demasiado tiempo en JYP? Casi estoy ahí más tiempo que en mi empresa —rio Gaeul ante el ofrecimiento de Hyunjin, al otro lado de la llamada

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—¿No crees que paso demasiado tiempo en JYP? Casi estoy ahí más tiempo que en mi empresa —rio Gaeul ante el ofrecimiento de Hyunjin, al otro lado de la llamada.

Su amigo le había explicado que la semana siguiente empezarían las promociones del comeback con su grupo, y que apenas podrían hablar por la incompatibilidad de horarios, así que le había propuesto que fuese a su agencia para poder aprovechar el máximo tiempo posible juntos. Eso significaría que sería la segunda vez en menos de dos semanas que Gaeul visitaría el edificio... y aquello la hacía dudar.

Antes de que digas nada —se adelantó Hyunjin, conociéndola lo suficiente como para saber lo que se le estaría pasando por la cabeza—, no eres una molestia. Y de hecho, Felix quiere saludarte. Se desilusionó porque no pudo hacerlo la última vez. No serás tan cruel de dejarle plantado otra vez, ¿no?

—Tenía que irme —respondió con un puchero, a pesar de que no la estaba viendo.

Sí... a bañar a tu tortuga. ¿Qué tal está? —Su tono de voz era burlón y claramente sarcástico, pero aun así Gaeul se hizo la tonta.

—Está perfecta.

Cualquier animal que se acercara a ella estaría en peligro, ya que apenas podía cuidarse a sí misma, así que lo de la tortuga había sido algo que se le había ocurrido en aquel momento, en el que de forma accidental había confesado sus sentimientos por el cantante. Aún seguía sin creerse que eso hubiese salido de su boca.

¿Había sido una excusa pobre? Por supuesto. ¿Se arrepentía? Para nada: la confusión de Hyunjin había sido la oportunidad perfecta para salir huyendo.

¿Me la presentarás alguna vez? Aunque sea por foto —presionó el joven, tras una risa corta e incrédula.

—No le gustan las fotos. Es que... es tímida —soltó, sin pensarlo—. Pero está bien, allí me tendrás esta tarde. Y prometo no huir.

¡Perfecto! —celebró el idol, exclamando tanto que Gaeul se tuvo que alejar el teléfono de la oreja para no quedarse sorda—. Colgaré antes de que cambies de opinión. ¡Hasta luego!

—Eres —empezó a decir, pero no pudo terminar la frase porque oyó el típico pitido que indicaba que, en efecto, Hyunjin había finalizado la llamada— un idiota.

—¿Con quién hablas tan pronto? Son solo las nueve de la mañana. —Gaeul se asustó al oír la voz grave de su padre, que acababa de despertarse.

Se notaba que había pedido una semana de descanso en el trabajo, porque se levantaba más tarde y empezaba a notarse que su barba estaba creciendo. Su hija no estaba acostumbrada a tenerle tanto tiempo en casa, pero tampoco se quejaba: era extrañamente reconfortante que estuviese allí a todas horas.

—Con... con un amigo —terminó respondiendo, mientras asentía con la cabeza.

—No tengo que recordarte esa charla, ¿no? —Se notaba que se acababa de levantar, porque hablaba con un cansancio casi exagerado.

WOW - Hwang HyunjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora