Gaeul se arrepentía de haber tomado la decisión de mudarse. Le gustaba la idea de ser independiente, de saber que había un espacio para ella sin que tuviese que preocuparse por si Jumin estaba o no en casa, pero estaba agotada de ir de un lado a otro, buscando los muebles perfectos que concordasen con la imagen que tenía en la mente para cada habitación.
Volver a la rutina, después de un mes entero de vacaciones, no había sido fácil. Los bailarines habían avanzado mucho en los ensayos, tanto que sentía que se había quedado demasiado atrás, y la mudanza se le estaba haciendo más cuesta arriba de lo que pensaba. Pero por mucho que Seohyun le hubiese asegurado, una y otra vez, que podía hacerse cargo de todo hasta que se acostumbrara de nuevo a la rutina, no había dado su brazo a torcer.
—No —se negó Gaeul, tratando de ser lo más tajante que pudo—. Nos vamos a mudar las dos, así que no sería justo que organizases tú todo.
Esa era una de las razones por las que el viaje no había ido como lo había planeado. Pensaba que estaría tranquila, disfrutando de la compañía de la amiga de su padre y pasando los días en la playa, pero su mente inquieta no había dejado de darle vueltas a todo lo que estaba pasando en Seúl, en su ausencia.
Se había sentido inútil sin hacer nada, y los comentarios que había recibido de su compañera de piso y de Jiwoo, que remarcaban que solo debía centrarse en pasarlo bien, no habían ayudado más que en hacerla creer que se estaba aprovechando de ellas.
—Casi puedo escuchar cómo se mueven los engranajes de tu cabeza —soltó con voz suave Seohyun, asegurándose de que la silla de escritorio que había colocado para su cuarto estaba bien montada.
A Gaeul le resultaba curiosa la manera en la que habían encajado tan bien en esos últimos meses. Se habían llevado bien desde que se habían conocido hacía ya un par de años, pero nunca habían tenido una relación tan cercana como para confiarle a la otra cada aspecto de su vida. Ahora, en cambio, sabían hasta identificar cuándo estaban estresadas o decaídas.
—Solo estaba dándole vueltas a algo —le quitó importancia Gaeul con un movimiento de muñeca, asintiendo para darle el visto bueno. Era lo último que quedaba para que la habitación de su amiga estuviese completa, lo cual era un alivio, porque había sido de lo más exigente con los colores y la disposición de los muebles.
Eso era lo que más le gustaba del vínculo que se había formado entre ambas gracias a todo el tiempo que habían pasado juntas, el percatarse de aspectos de los que no tenía ni idea. Entre otras muchas cosas, se había fijado en que Seohyun era muy ordenada, y que le gustaba encender incienso cada tarde para sus sesiones de yoga, a las que se había intentado unir antes de darse cuenta de que eran demasiado aburridas.
—Si es por la mudanza, no tienes que preocuparte —averiguó la joven con una ceja enarcada mientras la miraba, sabiendo de inmediato cuáles eran las causas de su preocupación—. Ya solo nos queda terminar tu cuarto y ponernos con el de Squirtle.
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WOW - Hwang Hyunjin
FanfictionGaeul y Hyunjin tienen muy claro que lo suyo no va más allá de una amistad. Pero son los únicos que no se dan cuenta de que se miran de todo, menos como amigos. **** Hay algo que Gaeul tiene siempre en mente: no confiar del todo en nadie. Por esa ra...