—Buenos días —saludó Gaeul, bostezando y estirándose para destensar los músculos, resentidos después de una noche en la que había dormido fatal.
No había sido por Jumin, ya que este había pasado la noche con su padre, sino la tensión que acumulaba después de toda la semana. Jiwoo ya había comunicado a los demás bailarines su renuncia temporal hasta que terminaran los exámenes y estuviese mejor de la ansiedad, por lo que Gaeul había pasado cada día resolviendo dudas y problemas que surgieran; además, el cumpleaños de Jumin estaba a la vuelta de la esquina, y era realmente difícil contactar con los padres de sus amigos cuando el niño se pasaba el día en casa.
—¿No has dormido bien? —preguntó su padre, poniendo la taza de café cargado en el sitio donde la joven se sentó de golpe, casi tirándose contra la silla.
—No mucho. Está siendo una semana horrible —confesó ella, recogiéndose el pelo para que no estorbara.
—Bueno, hoy es sábado, así que aprovecha que tú al menos tienes el día libre.
—Pero tengo muchas cosas que hacer —casi lloriqueó.
Se había despertado antes de lo normal para ir a comprar el regalo de su hermano, lo cual debía de hacer con prisa porque había quedado poco antes del mediodía con Hyunjin.
—¿Tienes algún plan para hoy?
—Síp. Me veré con un amigo.
No quiso entrar en detalles porque conocía de sobra a su padre: cada vez que había mencionado en el pasado que tenía una cita o una quedada con un chico, remarcaba constantemente que tuviese cuidado con lo que hacía. De hecho, cuando se enteró de que estaba saliendo con alguien, dejó encima de su mesa de noche un folleto de planificación familiar y prevención de ETS.
—Solo me preocupo por esas cosas, hija —se excusaba cada vez que Gaeul se quejaba y se tapaba los oídos.
La muchacha lo entendía: no quería que su pequeña cometiese el mismo error que él hizo.
—¿Amigo? —quiso saber, y por el tono de voz que empleó Gaeul supo de inmediato por qué hablaba así.
—No. No, no, no —protestó—. No vamos a tener esta conversación otra vez, papá. Son las ocho de la mañana.
A pesar de que no era la primera vez que hablaban de un tema así, seguía sintiéndose incómoda ante el interés de su padre; entendía que el hombre intentaba esforzarse para que no notase la falta de una figura maternal en su vida, pero a veces... Era demasiado. Por mucha confianza que hubiese entre ambos, Gaeul sentía que había barreras que no debían cruzarse, y esa era una de ellas.
No pudo evitar recordar la primera vez que se puso una compresa y montó un drama increíble porque aquello parecía más un pañal que otra cosa; la escena fue digna de una película cómica adolescente: un padre, sin saber cómo actuar y tratando de pensar con calma, mientras su hija, histérica por el dolor, lloraba porque no tenía ni idea de cómo se suponía que se usaba aquello.
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WOW - Hwang Hyunjin
FanficGaeul y Hyunjin tienen muy claro que lo suyo no va más allá de una amistad. Pero son los únicos que no se dan cuenta de que se miran de todo, menos como amigos. **** Hay algo que Gaeul tiene siempre en mente: no confiar del todo en nadie. Por esa ra...