31. TRATO

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31.

TRATO

Aparecieron en medio del laberinto, con el cielo sobre sus cabezas.

Draco se quitó la máscara de Drácula que llevaba. Hermione sintió el frío del lugar recorrer su columna.

─ ¿Qué quieres? ─ espetó ella, de golpe, abrazando sus brazos sobre su cuerpo. Estaba temblando, pero no estaba segura si era por el clima gélido y su poca ropa o por los nervios.

─ La verdad ─ retruco Draco, sin acercarse. ─ Te negaste a ayudarme, y ahora estás dispuesta a guardar mi secreto. No te entiendo, ¿es algo de Gryffindor? ─ cuestionó, con genuina curiosidad.

─ No ─ escupió Hermione abruptamente y dio unos pasos para alejarse de él.

─¿Entonces qué? ─ inquirió, y la bruja de Gryffindor podía sentir como él estaba perdiendo la paciencia.

Hermione respiró hondo. Sintió el frío de la noche calando sus huesos, sacudiendo su vestido y algunos mechones sueltos de su cabello.

Se volteó entonces, para hacerle frente. No había más como huir de la verdad. Él estaba parado ante ella, demandando algo que siquiera ella lograba explicar del todo.

─ Es que no tiene sentido. ─ soltó las palabras con desespero, como quitándose un peso de arriba, deteniéndose y volteando para verlo. Draco se veía perfecto como Dracula. Su tez pálida no distaba mucho de un vampiro. Sus mirada intensa estaba fija en ella, y la bruja sintió la necesidad de concentrarse en lo que estaba diciendo. ─ Me pediste que entrara a tu mente, por lo que me iba a enterar de eso, a menos que lo escondieras muy bien, pero estaba la posibilidad, y no tiene sentido. Parece que querías que lo descubrieras.

Draco erigió una ceja y mantuvo su mirada.

Ella lo contempló por lo que pareció una eternidad hasta que lo comprendió.

─ ¡Querías que lo supiera! ─ estuvo a punto de gritar cuando la constatación de eso la golpeó, solo no lo hizo porque la certeza de eso fue tan fuerte que quedó en shock. ─ ¿por qué? ─ fue su única pregunta, pero antes de que pudiera terminar de hablar Draco se aproximó de golpe y la condujo a un rincón detrás de los arbustos que formaban el laberinto.

Ella intentó zafarse de sus manos, pero él cubrió su boca con una mano y pegó su cuerpo al de ella, algo que la distrajo. Estaba cálido, no frío como lo recordaba. En segundos una pareja pasó a su lado sin verlos, demasiado concentrados en los besos que estaban intercambiando. Siguieron su camino pero sus voces aún se escuchaban.

Hermione siquiera pudo prestar atención a quien se trataba, estaba demasiada concentrada en cómo el cuerpo del Slytherin se pegaba al suyo, de cómo una de sus mano estaba sobre su boca, y la otra sobre su cintura, de cómo sus ojos grises estaban sobre los de ellas.

Draco deslizó la mano de su boca y la bajó por su mejilla, en lo que pareció una caricia. Fue dejando un rastro caliente que parecía quemar todo a su paso. Su tacto era suave, y cálido, pero su mirada era intensa.

Siguió deslizando su mano hasta llegar a su hombro desnudo. Hermione quería que siguiera, pero le retiró la mano con brusquedad.

─ No sé ─ dijo él, y a la bruja le llevó un tiempo entender a qué se refería. Estaba respondiendo su pregunta.

El Slytherin se hizo a un lado, poniendo distancia entre ellos, se quitó la capa de Drácula que llevaba y se la pasó por los hombros a Hermione sin siquiera rozarla.

La bruja asintió en silencio. Sostuvo la capa a su alrededor con agradecimiento. Olía a Draco. Por fuera era dura, tal como él, pero, la capa, por dentro era suave y cálida.

Era extraño, en eso estaban en la misma página. Esa noche no había respuestas, de ningún lado.

─ Hagamos un trato ─ dijo, en un susurro, como si le costase pronunciar esas palabras. Pero despertó la atención del rubio.

Draco se separó de ella aún más, poniendo una distancia prudente entre ellos. Hermione suspiró, el calor de su cuerpo era todo lo que quería en ese momento. Pero ignoro esa idea.

─ ¿Qué trato? ─ cuestionó, analizandola detenidamente con sus ojos platinados.

Hermione respiró hondo.

─ Te ayudo con la oclumancia que deseas practicar. Pero quiero algo a cambio. ─ explicó, saliendo de detrás del cerco en el que aún estaba escondida.

Draco contuvo una mueca pero su mirada no sufrió ninguna alteración.

─ ¿Qué quieres? ─ interrogó con rudeza.

Hermione se pasó la lengua por los labios. Esta era la parte difícil, pero estaba dispuesta a intentarlo.

─ No lo sé aún, pero cuando lo sepa te lo diré. ─ devolvió aferrándose a la capa que él le había dado.

─ ¿Y si es algo que no puedo cumplir? ─ preguntó, cruzándose de brazos.

─ Pediré algo que podrás cumplir. Lo prometo.

Él la estudió con la mirada, de un modo muy atento, parecía querer leer su mente a través de sus ojos.

─ Es una oferta de solo una vez, no habrá terceras oportunidades de que cuentes con mi ayuda, y si me está pidiendo a mí asumo que ninguno de tus amigos de casa puede hacerlo. ─ decidió jugar con las cartas que tenía a su favor. No podía arriesgarse a que se negara.

─ No puedes contarle a nadie esto ─ hizo una señal entre ellos ─ o esto ─ apuntó a su brazo donde estaba la marca.

─ No lo haré. ─ devolvió ella sin sombras de dudas. No lo haría, lo había decidido mucho antes de darse cuenta de eso.

─ Acepto ─ dijo Draco, y le tendió la mano.

Hermione asintió y la tomó entre la suya.

─ No haremos un juramento inquebrantable, pero me das tu palabra de sangre sucia. — Draco susurro las palabras con cierto desprecio, pero con firmeza.

Ella asintió.

─ Y yo cuento con tu palabra de mortifago. 



Volviendo por acá! Me había olvidado lo emocionante que estaba esta historia! Habemos trato, pero esta abierto del lado de Hermione, ¿qué le ira a pedir? 

Draco Malfoy - Dramione (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora