Draco Malfoy - Dramione (TERMINADA)

15. La visita de Bellatrix

Les cuento que el capitulo anterior fue un aperitivo para este. ¿Están listas y listos?

CAPITULO 15

POV DRACO

Draco caminó con paso apresurado y a grandes zancadas. De repente quería alejarse todo lo humanamente posible de Granger. Su forma de ser amable y simpática comenzaban a darle náuseas. No estaba acostumbrado a esas manifestaciones. Siquiera con su familia. Además de que, por más vueltas que le daba, no lograba entender por que ella estaba actuando así con él. No había explicaciones válidas, no sabía que quería a cambio, y temía lo peor.

El Slytherin entró en su casa y se dejó caer en el sofá, contemplando el fuego de la estufa que flameaba de lado a lado. Estaba solo, por lo que levantó su mano y acercó una pequeña llama hacia sí, haciéndola bailar entre sus dedos. Sentía el calor cerca de su mano, y observo ese fuego rojo que se movía ante sus ojos con interés. Sabía que un movimiento equivocado, y se quemaría, curiosamente, al igual que con Granger.

Era increíble cómo podía hacer magia sin varita. Fascinado por el resultado continuó moviendo los dedos, mientras que el fuego respondía al mismo tiempo. Estaba mejorando en eso, no había duda.

Pero su pensamiento se desvió más una vez a la Gryffindor. Ella lo había descolocado. Su actitud lo había sorprendido. Pero no había podido negar su ayuda, no porque la necesitaba, sino porque estaba siendo tan amable y verdadera, que cuando la vio frente a la sala de los menesteres, realmente no pudo irse. Era como si de repente, algo más fuerte que él, más fuerte de lo que podía controlar, lo impulsara a moverse hacia ella.

Pero eso no fue lo peor. No. Lo peor vino cuando se sintió invadido por una sensación de paz y calidez que hace mucho — o quizá nunca — había sentido. Ahí estaba la chica, siendo amable y cálida, y ahí estaba él, absorbiendo eso con un patético desespero, como si realmente necesitase ese tipo de sentimentalismo basura.

Aunque no lo podía negar. De repente fue como respirar de nuevo, respirar aire puro, y no el contaminado que estaba ya tan acostumbrado a respirar.

Ante eso su cuerpo se había relajado, su mente había dejado de pensar y de estar alerta, y se había dormido profundamente por horas, como hace tiempo no lo hacía. Le resultaba de lo más extraño e inexplicable, pero tener a la sangre sucia cerca lo calmaba. Como si con solo su presencia silenciara todos sus pensamientos, cualquiera de ellos, su mente quedaba en blanco, y se concentraba únicamente en respirar. Era liberador.

Un ruido al fondo lo distrajo de la línea de sus pensamientos y apagó de golpe el fuego en su mano. Al instante Vincent apareció en la habitación, con cara de dormido y el uniforme puesto.

— Draco — saludo, entre sorprendido y aliviado — No apareciste más y estábamos preocupados.

— Estaba dando vueltas y me quedé dormido — replicó él aludido, sin darle demasiada importancia. — ¿Ya es hora de clase? — preguntó.

— Si, ya bajan todos...— comentó y apuntó a las escaleras, pero luego se volteó a su amigo — ¿Estás seguro que estás bien?

— Perfecto — dijo Draco, y de esta vez no mentía. Pese a la herida que tiraba por los puntos, nunca se había sentido tan bien — Me cambio y nos vamos.

Se alejó con pasos apurados hasta su habitación, sin darle tiempo a Vicent de procesar su respuesta o poner objeciones.

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