25. Quema por dentro, congela por fuera

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CAPITULO 25

POV DRACO

Los pasos de Draco se hundían en la nieve, dejando una huella que en seguida era borrada por la nueva camada de nieve que no cesaba de caer.

Cuando se levantó esta mañana no tenía muchas ganas de ir a ese maldito paseo por el callejón. Pero entonces recibió una carta.

Era una carta rápida. De no más de un renglón, donde su padre le ordenaba que se presentará en el callejón Diagon a las nueve en punto.

Era una estupidez. Si Lucius pretendía realmente presentarse en persona en un lugar abarrotado de estudiantes y arriesgarse de ese modo, Draco no pudo menos que creer que se trataba de algo importante. Quizá de su madre. Un pensamiento aterrador invadió su mente. Le había pasado algo. Pero trato de evitarlo.

En la carta no había detalles. Solo le decía donde presentarse y a que hora. Luego de cinco segundos que le llevó leer la carta, está se incineró en sus manos, dejando un puñado de cenizas como único testigo de que había sido real.

Y mientras todos se levantaban para desayunar, Draco ya iba de camino al Callejón. Pero su padre no apareció hasta las diez y media, cuando el rubio ya estaba a punto de marcharse.

El patriarca Malfoy se materializó ante su hijo en una bruma de humo negra.

No hubo abrazos, besos o sentimentalismo. Nunca los habría con él.

— Tengo una misión para ti. — espetó, apoyando su mano en el hombro de Draco, con demasiada fuerza.

—¿Misión? — cuestionó Draco con asco en su tono Draco.

— Lord Voldemort quiere que... — comenzó el mago mayor, ignorando la pregunta y el semblante arrugado de su hijo.

— ¿Cómo está mi madre? ¿Por qué no responde mis cartas? — le interrumpió Draco, sin siquiera molestarse en escuchar cualquier cosa que estaba diciendo Lucius.

Lucius hizo una mueca de disgusto. No le gustaba que lo interrumpieran. No cuando tenía tan poco tiempo, pero sabía que debería mantener la calma si quería llegar a algún lado con Draco.

— Hijo, solo debes concéntrate en lo que el señor quiere de nosotros. Eso es lo importante ahora. — dispuso su discurso con meticulosidad y desdén. Era lo único que a él le importaba.

— Una mierda. ¡Quiero saber cómo está mi madre! ¿Qué le has hecho? ¿Qué le ha hecho ese enfermo...? — Draco estaba gritando, las palabras salían entrecortadas y a toda velocidad de su boca.

Antes de que pudiera darse cuenta sintió el puño de Lucius impactar contra su rostro y enviarlo contra la pared. — No grites, mocoso arrogante — Lucius habló con un susurro contenido, la rabia sostenía entre su mandíbula apretada y sus ojos feroces y peligrosos. El mayor de los Malfoy arrinconó a Draco contra el muro del sucio lugar en donde se encontraban, y apoyó su brazo sobre su pescuezo, presionando con fuerza, hasta casi dejar sin aire a su hijo.

— ¡no hables así, le debemos obediencia y respeto! — exclamó a voz contenida, muy cerca del rostro del rubio.

— yo no le debo nada, ¡es tu cruz! — contestó entre dientes y con el poco aire que le quedaba en los pulmones.

— también es tuya — espetó, y por más que Draco se negara, sabía que tenía razón. Llevaba una marca en su brazo que jamás lo dejaría mentir y negarse a la obviedad del asunto era una estupidez. Le debía obediencia a Lord Voldemort, y por más que se negara, un día llegaría el precio de su desobediencia.

Draco Malfoy - Dramione (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora