26. Un mortifago entre nosotros

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CAPITULO 26

POV HERMIONE/POV DRACO


Hermione había prácticamente corrido detrás del rubio, seguía sus pasos de cerca, pero así mismo casi estuvo a punto de perderlo de vista varias veces. Que, prácticamente, todos los estudiantes de Hogwarts estuvieran ahí ayudaba a disminuir el paso del rubio, aunque por desgracia el suyo también.

Cuando por fin el doblo en una esquina pensó que lo perdería por fin, pero se dio cuenta que para ese lado no había casi gente. Eran solo corredores oscuros y sucios que la multitud evitaba con esmero. Pero no Draco, y eso la preocupó un poco. Tuvo una corazonada de detenerse, de dar vuelta, de no seguir cavando en la oscuridad, pero no lo hizo. En su lugar, echó a un lado esa duda y siguió avanzando.

A unos pasos de donde estaban todos, en un cruce de caminos oscuro y maloliente, lo encontró. Tendido en el suelo, con el semblante arrugado, y la mandíbula apretada. Estaba doblado como un niño, sollozando, y abrazado a su brazo. En ese momento Hermione se congeló en el suelo. Sus pasos se detuvieron, del mismo modo que su corazón y la sangre que circulaba por su cuerpo.

Hermione, en un acto de desespero y confusión miró a su alrededor. No estaba segura de con qué propósito. Verificar si nadie más estaba siendo testigo de lo mismo que ella, o de si estaba realmente sola con un mortifago.

Fue entonces cuando lo escuchó gritar de dolor, un grito que salía desde lo más profundo de la garganta de Draco y que parecía perforar el alma de Hermione, volviéndola de golpe al momento presente.

El parecía estar sufriendo el mismísimo infierno, y quiso acercarse, pero de algún modo sus pies parecían clavados en el suelo.

Draco se retorció en el lugar cuando una nueva ola de dolor lo invadió. Desvió el rostro al cielo, rogando por Merlin que se detuviera. Haría lo que fuera por no sentir eso de nuevo.

Y la volvió a ver, parada en medio de la nada, como una maldita alucinación. Quizá solo estaba alucinando. Intento de todos modos gritarle. Si era la Hermione real no quería que lo viera, detestaba la idea de que justo ella se estuviera enterando de quien era de verdad, y si era una Hermione fruto de su imaginación se odiaba por estar pensando en ella. Maldita sangre sucia, no salía de sus pensamientos siquiera en sus peores momentos, siquiera cuando se retorcía de dolor en el lodo.

Se lamento, y un sollozo profundo salió de su pecho. En realidad no era por el dolor de la llamada. Era por Hermione, si realmente era ella, un dolor en el pecho lo invadió, y sintió como por su rostro corrían un par de lágrimas calientes. Se dio cuenta que no quería perder esos momentos bajo el árbol, o sus caminatas por el pasillo, o las dormidas frente a la estufa, y sabía que todo eso se terminaría si la Hermione que aún permanecía parada ante sus ojos fuera real.

Quería gritarle para que saliera corriendo por dónde había venido, pero en lugar de eso se escuchó susurrando, con el hilo de voz que aún le quedaba.

Hermione — Draco dudó de que esa voz rota y quebrada fuera la suya, pero aparentemente lo era. Quería, más una vez decirle que corriera, y en su mente lo hacía, y ella salió corriendo, pero, de nuevo, no fue eso lo que salió de entre sus labios — Ayuda — había perdido el filtro boca-corazón.

Sabía que su tono era casi inaudible, por lo que, cuando ella no se movió, en lo más mínimo, dudo de haber emitido cualquier sonido. Quizá solo estaba teniendo alucinaciones.

Pero entonces ella se movió.

Hermione se tambaleó a un lado, por fin sintiendo que podía despegar sus pies del suelo, pero no se sentía muy firme sobre sus piernas. Temblaba de pies a cabeza. Draco le estaba rogando por ayuda, mientras la observaba desde el suelo y con los ojos empapados de lágrimas.

Draco Malfoy - Dramione (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora