6. Efecto Pansy

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CAPÍTULO 6

Pov Draco


Luego del asalto de Pansy Draco se saltó el almuerzo y se fue directo a las mazmorras. Necesitaba quitarse esa ropa de arriba. Podía sentir el perfume de ella pegado a su piel y le estaba dando náuseas.

Tan pronto como entró en la habitación se quitó la capa y los zapatos. Y entró al baño para terminar de desnudarse y meterse bajo el agua. Se restregó la piel, deseoso de borrar el recuerdo de Parkinson tocándolo, y sus labios por su pescuezo, imagen que se mezclaba con el recuerdo de Bellatrix haciendo lo mismo. Sabía que su asco no se debía a Pansy, nunca le había producido repugnancia sus caricias invasivas y sus juegos sucios, sino a los ataques de su tía, que lo estaban volviendo loco, haciendo rechazar cualquier intento de acercamiento íntimo.

Se refregó el cuerpo, pero evitó acercarse a la herida, que le seguía doliendo. Con el agua solo lograba que le doliera aún más. Estas heridas tardaban bastante en sanar, lo sabía por experiencia, pero no sabía cómo cuidarla. Si no estuviera encantada ya estaría reducida a una pequeña cicatriz. Pero en su lugar era un tajo aún abierto, que estaba demasiado colorado y de momento picaba.

Al salir del baño Draco cubrió la herida con gasas limpias, lo mejor que pudo, dando sus limitados conocimientos al respecto, y se dejó caer en la cama. Esa sensación de pesadez y cansancio volvió a aparecer. Se pasó la mano por el cabello rubio aún mojado. Si no pudiera dormir esta noche, mañana se arrastraría por los pasillos.

Terminó de vestirse a desgana y salió de las mazmorras a tener las últimas dos clases del día. Al entrar en el salón visualizo a sus amigos hablando, y se iba a acercar a ellos pero no pudo dejar de notar que en cuanto lo vieron todos levantaron el rostro para observar y se callaron.

Draco compuso una mueca. Seguro eso algo tenía que ver con Pansy, que ya había abierto la boca. Solo de pensar qué cosas podía haber contado, verdad o inventada por su cabecita de viento, el muchacho sintió un escalofrío, por lo que, sin mucho esfuerzo los ignoro. Realmente no tenía energías para enfrentarse a ellos y sus preguntas ahora. Si tenía que sobrevivir al resto del día al menos que fuera en la seguridad de la soledad.

La clase fue eterna. Las preguntas eran interminables, las explicaciones aún peores. Estaba deseando irse, con un fuerte dolor de cabeza, la herida que picaba y la marca que ardía.

Era normal. Generalmente ardía, pero ahora estaba tan molesto que cualquier cosa contribuía a elevar su malhumor.

Cuando el tiempo terminó, todos salieron apresurados, incluido el maestro. Menos Vincent, Gregory, Blaise y, por supuesto, Pansy.

—Draco — le llamó Blaise. El rubio contuvo una mueca de asco al tiempo que trataba de ignorarlos. Pero resultó difícil cuando el grupo se interpuso en su camino. Entre ellos Pansy, que observaba sus zapatos y cada tanto le dedicaba una mirada asustada.

Draco erguido una ceja. De repente curioso por saber que se había inventado ella.

—Pansy está con miedo. Dice que estabas lastimado y que casi le golpeaste — explicó Gregory, apuntando aleatoriamente entre la chica y su amigo. Curiosamente en ese momento Draco se preguntó quién lo había elegido portavoz.

Contuvo una sonrisa. Y la observó de arriba a abajo. En ese momento no tuvo idea de que le había resultado interesante en ella anteriormente. Seguramente su falta de cerebro no era.

—¿Eso es verdad, Pansy? — Le preguntó, mirando directamente a ella. — ¿Casi te golpeé? — Que era una exagerada Draco ya lo sabía, pero que rebosaba límites inimaginables no.

— Eso no importa — le interrumpió Vicent, poniéndose en su línea de visión con la chica. —Estás muy extraño. Te ausentas durante horas. No duermes casi que nada, y... ¿estás lastimado? — Le  interrogó.

El rubio gruñó por lo bajo. Estaba con rabia y molesto. Maldita mocosa. Y estos que se decían sus amigos no tenían siquiera idea de lo que era su vida en los últimos meses. Algunos de ellos tenían padres o hermanos mortifagos. Pero ninguno lo era, al menos no aún, y no habían tenido que convivir con una pandilla de mortifagos en su casa, en su mesa del comedor, hasta en su cuarto. Ninguno de ellos había estado bajo el efecto de una maldición imperdonable y ninguno de ellos cargaba con heridas de tortura.

Draco los observó detenidamente. Por un momento los odio. Pero no estaba seguro de si los odiaba por lo que eran, o porque él no era más lo que algún día había sido.

Se movió con agilidad entre ellos, ignorándolos por completo. No les debía explicación, y no se las daría.

Estaba solo de ahora en adelante. 



Bueno es un capitulo un poco corto, pero a fuera de fecha ;) Creo que es importante igualmente, Draco comienza a alejarse de todos cada vez más y podemos ver lo que siente y como se siente.  


El domingo regreso con más! 



Draco Malfoy - Dramione (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora