Draco Malfoy - Dramione (TERMINADA)

8. Myrtle

CAPÍTULO 8

POV DRACO

Draco vio la noche dar lugar a los primeros rayos de sol, la nieve comenzó a derretirse sobre su ropa, y convertirse en agua en su pelo.

A desgana se incorporó y comenzó a caminar hacia el ala de Slytherin. Tendría que arreglarse para ir a las clases.

Cuando entró en la sala común de su casa, algunos de sus amigos ya estaban sentados frente a la estufa, que consumía enérgica la leña que nunca se gastaba.

— ¿Draco? — Preguntó Vicent con tono preocupado, al verlo entrar medio mojado y blanco como la nieve.

Todas las cabezas se voltearon hacia él. Era temprano, nadie había dejado aún la casa de Slytherin, y él venía entrando.

El muchacho rubio hizo oído sordo a la pregunta e ignoró las miradas. Siguió su camino hacia la habitación, y una vez en esta entró al baño.

Abrió el grifo de agua mientras comenzaba a quitarse la ropa. Primero la capa, que mojada parecía pesar una tonelada. Luego la remera negra que usaba para dormir y el pantalón de tela a cuadros verde. Se quitó las gasas de la herida, que estaban todas manchadas y pegajosas con la sangre, y las arrojó a la basura.

"Incendia" susurro, y tan pronto como estás se carbonizaron, arrojó agua al recipiente para apagar el fuego.

Entró bajo el agua caliente y reclinó la cabeza en la bañera. Sentía como si su cuerpo se relajaba segundo a segundo, pero no por completo. No lo suficiente.

Luego de lo que parecieron algunos minutos salió de debajo del chorro de agua y comenzó a vestirse. Pero no había ido muy lejos en su tarea cuando la marca comenzó a arder más de lo normal, mucho más.

Primero fue una sensación como si hubiera acercado su brazo a la brasa, luego ese dolor de piel siendo quemada se mantuvo, sin detenerse en ningún momento. Parecía que miles de pequeñas agujas se clavaban en su piel al mismo instante. Quemaba, dolía.

Draco se dejó caer y apretó su brazo contra el cuerpo.

— Aaahhhgggg — chilló sintiendo como la piel se le quemaba, a la vez que su mente parecía recibir miles de pequeños golpes finos que lo perforaban.

Cerró los ojos y se mordió la toalla para no gritar. Lo último que necesitaba eran sus compañeros golpeando la puerta para saber qué le pasaba ahora.

Voldemort lo estaba llamando, eso era lo que estaba pasando. Y era peor que el infierno. Se habría entregado a una vida condenada en Azkaban si le dijeran que nunca más sentiría ese dolor.

Apretó los ojos con fuerza mientras la tortura continuaba, y no pudo controlar las lágrimas que se derramaron de sus ojos.

Parecían haber pasado horas, semanas, cuando por fin comenzó a sentir como el dolor comenzaba a mitigar. Lentamente sintió como disminuían y dejaba su cuerpo, pero no su alma.

Se quedó dónde estaba, concentrándose en respirar una y otra vez, tarea que parecía llevarle más esfuerzo del normal.

Cuando dio por si estaba tendido en el suelo, envolviendo sus piernas con sus brazos. Abrió los ojos con dificultad y se incorporó lentamente. Aún estaba solo con el pantalón, y estaba temblando de frío.

Se puso la remera negra y salió del baño. Fuera hacía mucho silencio, casi como si no hubiera nadie en toda la casa de Slytherin.

Eso en parte lo aliviaba y lo preocupaba. ¿Qué hora era? No tenía idea cuánto tiempo había estado inconsciente.