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Los días han pasado y mi abuela no ha mejorado ni ha empeorado, bueno eso es lo que me han dicho. Tampoco nos dejan verla, solo la he visto por una ventana, por lo menos ahora me saluda.

Con el Vicho no he logrado hablar, me ignora y me evita..

—Vicho po —le agarre el brazo.

—Déjame tranquilo por la chucha, si ya terminamos, eso es lo que querías —se solto de mi agarre y siguió caminando.

El timbre sonó así que me rendí y me fui a la sala. Me senté al lado de la Ale pero esta no me pesco, ¿Por qué? Discutimos por la wea del Vicho.

—¿Ya se pusieron de acuerdo? —preguntó la profe.

Ni idea de lo que hablan.

Estuve un buen rato dibujando weas mientras la profe habla sobre algo que no entiendo.

—Entonces vamos —dijo la profe y todos se pararon ¿Que wea?

—Vamos, yo te traje un overol porque dudo que hayas puesto atención —dijo la Ale.

—¿Overol? —fruncí el ceño.

—Es un proyecto, tenemos que ir a despejar el lugar en donde vamos a arreglar, el jardín de niños, ¿Te acordai?

—Verdad —suspiré—¿Cuando van a vender los completos?

—Hoy en la tarde, después de que terminemos de despejar todas las weas.

Me paré de la silla y salimos juntas de la sala. Pasamos por la cancha en donde está el Vicho haciendo educación física, me miró pero solo unos segundos.

—¿Te das cuenta lo que está haciendo o no? —dijo la Ale.

—No empieces de nuevo, no quiero discutir —suspire.

—Los cabros me preguntaron por ti, el Diego está preocupado, dice que no le contestas.

Y es verdad, no le he contestado a nadie, tampoco es como que tenga ánimo de hablar con alguien. Con lo de mi abuela y ahora lo del Vicho estoy pal pico.

Me acostumbre tanto a estar con el Vicho que ahora no puedo estar sin el, me siento sola, lo necesito a mi lado, necesito que me mime y que me cuide aunque a mi no me guste.

Lo necesito.

—Si quiero recuperar al Vicho me tengo que alejar de ellos —susurré.

—Estay mal weon —negó—Lo que sientes por él no es amor, solo te acostumbraste a estar con ese weon que lo único que hace es privarte de hacer cosas —dijo y camino más rápido para dejarme a mi atrás.

Suspiré.

Una vez que salimos del liceo, todos comenzaron a caminar hacia la derecha, en cambio yo camine hacia la izquierda, ni cuenta se van a dar.

Camine lo más rápido que pude hasta mi casa, solo quiero llegar a mi cama a hacerme bolita y llorar.

Pase por la plaza y mire en donde siempre nos sentábamos con los cabros a webiar.

Suspiré.

🛸

—¿Pero por qué te escapaste? —me pregunto mi mamá enojada.

—Más encima te pillaron —se burló mi papá—Teni que ser más via po.

—Seba —mi mamá le llamo la atención.

—Ay reina no se ponga pesa oh, si una vez no es nada —se rió.

Los mire y dude en decirlo, mis ojos se aguaron, mi garganta se apretó más y la presión en el pecho junto al ardor de mis ojos aumentó.

—No quería ir, tampoco es como si pudiera hacer algo —bufé y traté de ocultar lo que en verdad me pasa.

—¿Por qué no vas a ayudar a vender completos con tu curso? —mi mamá suavizó su mirada.

—No quiero.

—¿Y no queri que llame al Diego? —mi papá levanto y dejo caer sus cejas.

El Diego..

Nunca le di las gracias por lo que hizo ese día por nosotras.

—El silencio dice muchas cosas —dijo mi papá sacando su celular.

—¡No! No lo llames o el Vicho n.. —me quede callada.

Los dos fruncieron el ceño.

—¿El Vicho que? —preguntó mi mamá.

—Nada.. solo no le cae bien el Diego.

—Y a mi no me cae bien el asi que es la misma wea —se rió mi papá.

En cambio mi mamá no se rió ni un poco, me miró con una ceja alzada.

—¿Solo eso?

Asentí.

—No me cuesta nada preguntarle a la Ale, a todo esto, ¿Por qué ya no viene? —se acomodó en el sillón.

Ya empezó a sacar conclusiones, cague.

—Discutimos —susurré.

—¿Y por qué?

Dude en hablar, también tuve la opción de mentir pero sería estupido, igual le preguntaran a la Ale.

—Porque siempre dice que el Vicho es muy tóxico y la wea —omití muchos detalles.

—¿Y por qué lo dice? —pregunto ahora mi papá.

—Porque no me deja juntarme con el Diego, pero no lo mal piensen, es solo que le causa inseguridad pero la cague y no cumplí con m... —mi mamá me interrumpió.

—Es que no po, ¿Quien se cree ese pendejo culiao para venir a decirte con quien te puedes juntar o no? —se rió irónica—Eso que está haciendo se llama manipulación, no es inseguridad como la llama el, ¡Es manipulación por la chucha Andrea! —alzó la voz.

—Tienes prohibido volver a juntarte con ese weon, Andrea. No lo quiero ver porque si lo veo le voy a sacar la chucha —dijo mi papá—¿Que más te hizo?

—Nada más, no le den tanto color..

—¿Que no le demos tanto color? Andrea te puedo apostar que estai así de mal por el, te hizo depender emocionalmente de él.

Negué.

—No, ya córtenla oh —me paré del sillón y camine hasta mi pieza.

Me senté en la cama nerviosa, mis pies no dejan de moverse.

Agarre mi celular con las manos temblorosas y llame al Vicho unas cinco veces pero no me contesto, comencé a llorar.

—Contesta por la chucha —solloce.

En otra vida                                        Donde viven las historias. Descúbrelo ahora