En otra vida

37

—¿No crees que deberían ponerle una etiqueta? —me pregunto la Ale mientras tomo todo lo que ve.

—No se, creó que estamos bien así —me encogí de hombros.

—Si se, pero igual no son nada oficial po y es fome porque si te preguntan quien es ¿Que dirás? ¿El weon con el que me como? —hizo una mueca—Yo quiero que sean pololos po.

Solté una risa nasal.

—Aún no, es poco tiempo.

—Andrea, hace un mes y medio que se la pasan juntos y hace como tres meses que se conocen, no me vas a decir que te da pena por ese toxico culiao —se refirió al Vicho.

Suspiré.

—No, el Vicho ya fue, creo que anda con una mina de tercero —me senté en esos sillones qué hay en donde venden zapatos.

—Pobre niña —nego y tomó una zapatilla pero la volvió a dejar ahí—Pero no me cambies el tema, ¿Por qué no le pides pololeo? —me preguntó.

De solo pensarlo se me eriza todo.

—No se si estoy lista..

—No es por insistir, pero parecen pololos, ahora solo será una etiqueta po, onda así los oficiales —se rio.

—Ya callate y cómprate las weas luego que e tienes hace dos horas mirando zapatillas y puedo apostar que no comprarás ni una wea —la reté.

Se sentó a mi lado y me miró pensativa.

—¿Y si vamos a la primera tienda otra vez?

Weon no sé si reír o llorar, pero reír, siempre hay reír.

Nos devolvimos a la primera tienda y me fijé en una pareja, se ven terrible felices los dos, la mina tiene un peluche en su brazo junto a un globo, creo que le pidió pololeo porque el mino tiene una cartulina en su mano.

¿Y si lo hago? ¿Y si le pido pololeo? ¿Si me arriesgo?

¿Pero y si no le gusto? ¿Si lo que tenemos no es nada más que besos y pasarla bien? Tal vez tengo que esperar un poco más.

—Andrea, llamando a la aweona más linda del mundo —dijo la Ale y fruncí el ceño—No tienen de mi talla, mejor vámonos, estoy cansada.

Creo que mejor voy a llorar, ya no quiero reír.

—¿Y si lo hago?

—¿Que? —frunció el ceño.

—Pedirle pololeo.

—Si weona, teni que hacerlo, vamos a comprar cosas, no primero tenemos que saber qué vas a hacerle, busca ideas, no, busquemos ideas —sacó su celular toda emocionada.

Me reí.

—Pero mejor después de vacaciones, dijo que mañana volvía, tal vez conoció a alguien donde fue y.. —me mando un wate.

—Weona córtala, si lo tienes babeando por ti pero no te das cuenta —rodo los ojos—Ya, entonces busquemos ideas y después vamos a comprar.

—Ya pero cuando lleguemos.

—Es que tengo que ir donde el Jaime ahora..

—Entonces otro día, yo igual tengo una wea que hacer.

Si, tengo que ir al restaurante de la señora cuica, ya he ido varias veces y es bien simpática, la comida igual es súper rica weon y los postres son los mejores.

Llame a la tía Miriam para que me venga a buscar, no le gusta que ande en metro, ¿Por qué? Dice que siempre es mejor andar en auto, no lo niego.

Pero me da miedo que se encariñe mucho conmigo, ella dijo que tenía una nieta pero su hija no quiso que la viera más porque nunca tuvieron una buena relación, igual dijo que su nieta me recordaba a ella y eso me da miedo po, en vola se obsesiona conmigo como en las películas.

—Hola —saludé una vez que me subí al auto.

—Hola —sonrío—¿Has jugado golf alguna vez?

Negué.

—Mi marido y mi nieto están allá y quieren conocerte.

—¿Y por qué? Digo, esto es raro, se que sientes como si yo fuera tu nieta pero.. —me interrumpió.

—Y lo eres.

—No, mejor me iré a mi casa.

Agarro su celular y marcó un numero que dice hija, mire bien el número, es el de mi mamá..

—¿Que quieres ahora? —preguntó mi mamá.

¿Weon que chucha?

—Quiero ver s mi nieta, la Andrea —me miró.

—No, mamá —suspiró—¿Para que quieres conocerla ahora? ¿Para manipularla y que se meta con un weon con plata como lo querías hacer conmigo?

—Ella es mucho más inteligente que tú, sabrá elegir bien.

Mi mamá bufó.

—Mamá ella está enferma y lo sabes, la mamá del Seba murió hace algunos meses y ella no necesita más problemas, déjala y andate con tu otra familia.

—Por lo mismo, quiero que sepa que aún tiene una abuela —me sonrió.

—¡No!

—Hoy ire a las ocho, te llevaré algo de mi restaurante.