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Han pasado cuatro días y no he sabido nada del Diego weon, no me contesta, el Jaime y el Javier dicen que tampoco lo han visto, he ido a su casa pero nadie sale weon.

Salí del liceo junto a la Ale que me va hablando sobre algo a lo que no estoy prestando mucha atención.

—Entonces te cambias ropa y me apañai a comprar eso —repitió el plan la Ale.

—Si.

Doblamos en la esquina hacia la calle en donde está mi casa y a lo lejos pude divisar al Diego sentado en la vereda, fuera de mi casa.

—Mejor.. vamos más tarde. Si, me llamas cuando te desocupes.

—No, no me dejes sola —la agarre del brazo.

Frunció el ceño, pero asintió, caminamos hasta llegar a mi casa y le dije a la Ale que entrara nomas, que estaba la Laura adentro con mi mamá.

El Diego se paró y ni siquiera me miró a los ojos. Tiene ojeras.. como si no hubiera dormido hace una semana.

—Apareciste —dije y mi mirada se fue a su mano, tiene el anillo en el mismo dedo y también.. —¿P..Por que tienes el peluche de la Laura?

Dime qué lo encontraste por favor.

—Lo siento —trago grueso.

—No, Diego. Tú no eres así, tú no eras uno de ellos, el anillo y su perfume solo fueron una coincidencia —se me llenaron los ojos de lágrimas.

—Me gustaría decirte que si, pero ya no te puedo seguir mintiendo —miró el peluche—Intenté.. te juro que intenté de todo para que no lo hicieran, pero no lo logré, yo no mando ahí, yo solo soy un simple weon que lo mandan a ensuciarse las manos —trato de tocar mi cara pero no lo dejé.

—Si, seguro —me reí irónica—Dime algo, ¿Cuando fuiste ese día al zoológico ya tenías mirado el auto o lo miraste bien ese día? No, tal vez fue cuando me tuvieron que llevar al hospital, lo tenías todo planeado, que aweona fui —negué—¿Y ahora que? ¿Vas a entrar a mi casa a robar? Por qué ya te has paseado por toda la casa po, ¿Que es lo que te llamo la atención y te vas a robar? Dime po, ladrón culiao.

No dijo nada, ¡Nada weon!

—Seguramente a cuánta gente le has robado, así que de ahí sacas tanta plata po, me da asco saber que todo es con el esfuerzo de otra gente y tú vienes y se lo arrebatas —me iba a sacar el anillo pero me tomo la mano—Suéltame.

—No, prometiste que no te lo sacarías nunca.

—Si, pero eso fue antes de saber quién eres realmente y no quiero tener lazos con alguien como tú —me limpie las lágrimas—Nunca imagine que fueras así.

Me saqué el anillo y se lo pasé.

—Andrea tienes que entenderme..

—¡¿Que mierda quieres que entienda, Diego?! La Laura ya ni siquiera quiere salir de la casa por tú culpa y la de esos weones, tiene pesadillas todas las noches por la wea que nos hicieron, le quitaron su osito, la única wea que tenía de recuerdo de sus amigos —le quite el oso—Mi papá anda más afligido que la cresta porque no pudo evitar eso, no me digai que te entienda.

Se quedo ahí, como weon mirandome mientras los ojos se le llenan de lágrimas y se muerde el labio, mire hacia otro lado.

—Todas esas veces que me dijiste que estabas trabajando de empaque o que tenías cosas que hacer, en realidad andabas haciendo estas weas, ¿Que mierda teni en la cabeza?

—Empezó como webeo, cuando andaba volao nos metíamos a las casas, pero no le hacíamos daño a nadie, si eran cuicos, esos weones tienen plata de sobra..

—¿Y eso que? Son weas de ellos, no tienes porque ir y quitárselas, tú no ves todo el esfuerzo que hacen las personas. Mi papá viene del mismo barrio que tú weon, ¿Que sabi tú de todo lo que se ha esforzado por tener todo lo que ves? Pero claro, vienen los weones cómodos como vo y se lo quitan —lo mire con odio.

—Pero que vas a saber tú de que significa esforzarse, si ni siquiera vas al liceo —solté una risa nasal.

Miró hacia otro lado y asintió apretando sus labios.

—Se que la wea que hice es imperdonable, lo tengo más que claro. Se que te perdí para siempre y que no me quieres ver más, pero quería verte por una última vez. Quería que supieras que eres la persona más linda que he conocido y que me hiciste el weon más feliz del mundo desde que te conocí y también qu.. que te amo, Andrea. Me enamore de ti hasta las patas y daría todo lo que fuera por ti y verte feliz, pero yo no soy para ti y.. por eso me voy a alejar —suspiró—Porque alguien como tú no puede estar con alguien como yo —una lágrima corrió por su mejilla.

Solo quiere que corra a sus brazos, por eso esta diciendo esto. Si, por eso lo dice.

—Ya lo dijiste —sentí mi garganta apretarse y arder—Ahora te puedes ir, a menos de que quieras entrar a robar.

—¿Te puedo abrazar por última vez? —dijo en susurro.

Abrázame y no me sueltes más por favor..

—No, tengo cosas que hacer.

—Por favor, y te juro que nunca más me volveré a aparecer por aquí, solo quiero un abrazo.

Ese es el problema, que ni con lo que me acabas de contar quiero que te alejes de mi..

Me acerqué a él y lo abrace con fuerza, igual como él me abrazo a mi. No aguante más, pueden decir que soy una débil de mierda, pero ya no me podía aguantar las ganas de llorar.

—Te amo más que mi puta vida —sollozó.

Y no respondí nada, porque ni siquiera puedo hablar.

Estuvimos alguno minutos abrazados, no me quiero separar de él, pero lo tengo que hacer, no puedo estar abrazando al sujeto que le robo el auto a mi papá..

—Ya tengo que entrar —me alejé de él.

Asintió y miró su mano en donde tiene el anillo que me regaló, se lo quite de las manos y me lo volví a poner.

—Me enseñaron que las promesas siempre se cumplen —carraspee.

—En serio lo siento, no pude hacer nada.

Abri la puerta del portón y entré, nos quedamos mirando unos segundos. Ganas de besar sus labios no me faltan..

—Adiós —susurré.

—Adiós, dama —trago grueso—Extrañaré tus ojitos de zafiro.

Y cerré la puerta, corrí hacia el interior de la pieza, ni siquiera les tome atención a los que estaban en el living, solo me fui a encerrar a mi pieza.

Me acoste en la cama y comencé a llorar sin importar si alguien me escucha, esta vez ya no puedo llorar en silencio..

En otra vida                                        Donde viven las historias. Descúbrelo ahora