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—Andrea —me movieron un poco.

Abrace el cuerpo a mi lado y escuche una risa, la risa del Diego.

—No te rías —murmuré.

—Despierta, están tus papás adentro.

Me refregué los ojos y lo bufé, estoy caga de sueño weon.

—¿Que hora es?

—Las nueve y media —pasó su dedo índice por mi rostro de arriba hacia abajo y viceversa—¿Pediste permiso? Se veían un poco enojados.

Asentí y me acerqué a su pecho.

—Diles que cinco minutos más.

—Están hace diez minutos adentro Andrea, me costó despertarte.

Me senté en la cama con cuidado y trate de reaccionar, ¿Por qué simplemente no puedo seguir durmiendo?. Me acerqué a la orilla de la cama y me puse los zapatos del liceo.

—Hace frío —me quejé.

El Diego me pasó uno de sus chalecos y yo le sonreí, me peine un poco para luego salir de la pieza.

Uy, que tensó el ambiente señor.

—Perdón, me quede dormida —bostecé y mire a mis papás que no están muy contentos.

—No pasa nada —me dijo la mamá del Diego—Espero que hayas dormido bien.

Asentí.

—Vamos —dijo mi mamá parándose del sillón junto a mi papá—Adiós —se despidió de los tíos.

Mi papá se quedó mirando con el papá del Diego, este iba a hablar pero se arrepintió y al final solo se dijeron chao. El Diego me miró confundido y yo a él.

Me despedí de los tíos y del Diego un poco incómoda por la situación.

Salimos de la casa para luego subirnos al auto, el camino fue silencioso, mis papás se dan miradas entre ellos.

—Perdón, estaba cansada y me quede dormida —apoye mi cabeza en el asiento de mi mamá—Solo dormimos, se los juro.

—Si is sili mi imigui —se burló mi papá—Yo con tu mamá cuando éramos amigos no dormíamos juntos, Andrea.

Mi mamá se cago de la risa.

—Pero Victoriaaa —la miró mal—No te rías po, si es verdad.

—Si hija, si vinimos a dormir juntos recién cuando me pidió pololeo.

Me reí.

—Ya pero no estamos enoj.. —mi papá la interrumpió.

—Solo no me enojo porque el weon es digno y me gano en la partida del f.. —mi mamá le mando un wate.

—Córtala con esa wea Sebastián, no todo en la vida son tus partidas.

—Eso lo dices porque no me has podido ganar —le hizo cosquillas y mi mamá le empujó el brazo.

¿Mi meta de vida? Tener una relación como la que tienen mis papás por la chucha.

—¿Los conocen? —pregunte.

Dejaron de reírse.

—¿A quien? —preguntó mi mamá.

—A los papás del Diego, estaban raros y no se, me dio la impresión de que se conocen hace algún tiempo, aparte el otro día que fui había una señora y me nombró a mi con la Laura, bueno eso creo..

Se quedaron callados pero después de algunos segundos mi papá hablo.

—¿Que señora?

Bufé, pensé que diría otra wea.

—Se llama Millaray y tiene el pelo como medio anaranjado, no se, sus ojos son cafés..

—Cuento corto, con la Claudia y la Millaray fuimos amigas pero a la Millaray le gustaba tu papá y yo no tenía ni idea, se enojaron y no volvimos a hablar —dijo mi mamá.

—Y yo fui amigo del Soto pero siempre trataba mal a tu mamá así que me aleje de él.

Chucha, esa wea no me la esperaba.

—¿Y la Laura? —cambie el tema.

—Está con el Esteban oh, asi qué hay que ir a buscarla también.

—Ni que fuera Uber ahora po, me van a tener que pagar el viaje mira que en ir donde tu pololito gaste mucha bencina y la wea esta muy cara —dijo mi papá.

—No es mi pololo.

—¡Son amigos especiales! —cantó mi mamá y se cagaron de la risa.

Ahora no me van a dejar de webiar oh.

En otra vida                                        Donde viven las historias. Descúbrelo ahora