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—¡Andrea apúrate! —gritó la Ale.

—¡Voooy! —me abroché la chaqueta y salí de la casa que arrendaron por estos días los cabros.

—Teni el don de demorarte siempre —se rio el Javier—Ya vamos que tenemos que visitar muchas partes.

—Uy mi guía turístico —lo webio el Diego y lo empujó de webeo.

—Sale sarnoso culiao —lo empujó de vuelta y así se fueron webiando todo el camino hasta que llegamos a una playa en donde la arena es.. rara.

—¡El que se mete primero tiene comida gratis! —gritó la Ale sacándose la polera y los pantalones.

De pura adrenalina yo también me saqué las weas quedando en traje de baño, así que por esto insistió tanto en que me pusiera uno.

Con la Ale corrimos juntas hacia el agua y el aprovechamos de empujar al Javier que casi se mete primero, el weon se cayó.

—¡Aaa maricona esta helada! —suspiré.

—¡Diego ven a calentarla! —gritó la Ale y se rió.

El Javier me agarro de los hombros y me hundió el saco pelotas.

—Javier culiao—le mande un palmetazo y me salí del lago o playa, no se que es la verdad.

La Natalia ya está al lado del Diego acercándose mucho así que me apure para llegar a su lado. Saqué una toalla del bolso de la Ale y la pasé por todo mi cuerpo para secarme.

—Fiuuuu, wachita —dijo el Diego con una sonrisa.

Sentí mi cara arder, hasta las orejas me arden weon.

—Pásame el polerón mejor —me reí.

Me pasó el polerón y me puse los jeans altiro, uy que incómodo, no me seque bien weon. Luego me puse los calcetines con mis zapatillas y me senté entre las piernas del Diego para luego apoyarme en su pecho.

—¿No se m.. —la Natalia interrumpió.

—Weon estábamos hablando de algo privado, ¿Te podi ir?

El Diego bufó.

—Natalia anda a.. no se, donde los cabros, anda a ver la feria artesanal, anda a hablarle a esos minos, no se pero déjate de webiarnos —me abrazo.

—No quiero.

El Diego se paró de la arena y me dio la mano para ayudar a pararme, camino enojado y yo lo seguí.

—¿Me vas a dejar sola? —preguntó impresionada.

No le contestó nada.

Trote hasta alcanzarlo pero ni me miró así que le agarre la mano y tire de ella para que me mirara.

—Oye, para —le acaricie la mejilla.

—Vamos antes de que venga a webiar de nuevo.

—Pero cálmate primero, vinimos a disfrutar y tú vas todo enojado, ¿Después como vas a recordar este lugar? ¿Que te la pasaste todo el día enojado por que ella arruinó tu día? ¿O por qué la pasamos la raja?

—Es qu.. —le interrumpí.

—No, no permitiré que te arruine el día, ahora vamos —comenzamos a caminar—Y no quiero que la menciones ni nada, apaga tu celular para que no nos molesten.

Se rio por fin.

—¿Me vas a matar?

—Ay, tonto —apague mi celular y lo eche al banano del Diego—Mierda apúrate o no vamos a alcanzar.

Comenzamos a correr pero el Diego paró a los segundos, fruncí el ceño.

—Mejor no corramos.

Hice una mueca pero de igual forma acepté porque tiene razón, es mejor prevenir que lamentar.

—No vamos a alcanzar entonces —susurré.

—Súbete a mi espalda —se agacho un poco—Dale po, hay que alcanzar lo que sea que tengas planeado.

Me subí a su espalda y me sujetó de los muslos para luego empezar a correr, me sujete fuerte de el para no caerme. Le fui dando las indicaciones de donde teníamos que ir y luego de varios minutos llegamos, al loco le mostré la entrada que compré en la mañana por internet y nos dejaron subir al barco que dará la vuelta por el lago, menos mal es un lago weon o me cago si fuera el océano. Nos pasaron unos chalecos salvavidas y nos fuimos a sentar porque nadie se puede ir parado.

—Uy mira para abajo —me dijo y eso hice, casi me cague.

—Que miedo —me reí—Es la primera vez que ando en un barco.

—Y no cualquiera po si es pirata, mira la bandera y el esqueleto que está ahí —apuntó a un esqueleto que tienen amarrado al poste—Quizá que hizo el pobre hombre —se rió.

El barco comenzó a andar y me puse nerviosa.

—¿Has andado en lancha? —preguntó.

—No, solo en avión.

—Nunca he andado en esas weas, me daría pánico —confesó—Cuando vayamos a Valpo te llevare a las lanchas y no es una pregunta.

—Y yo te voy a llevar a un avión.

—Solo si nos vamos a Paris —rozo su nariz con la mía y me dio un piquito.

Asentí una wea en mi cuello y me asuste, pero no tanto cuando vi al pulpo culiao de los Piratas del Caribe apuntándome con una espada, hasta grite weon.

Creo que está demás decir que el Diego se cago de la risa.

—Córtala —lo empuje un poco y me reí yo ahora.

—Sácanos una foto —dijo parándose y se ganó al lado del pulpo ese que no me acuerdo como se llama.

Saqué mi celular y el pirata le puso la espada en el cuello al Diego, este hizo una cara chistosa y le saqué las fotos.

—Ven po, una selfie —me dijo el Diego.

Me gane al lado del pulpo y nos sacamos unas cuantas selfies. Luego caminamos hasta la punta del barco y me agarré de la baranda, el Diego me abrazo por detrás y apoyo su mentón en mi hombro.

—¿Hagamos el titanic? —se rió en mi oreja.

—Tararaaaaaa rararara rarara raaa —comenzó a tatararear y yo me comencé a reír—Ya pero no te rías si es un momento serio po.

Me di media vuelta para quedar frente a él y comencé a darle besitos por toda la cara.

Tal vez no somos nada, pero me hace sentir como si lo fuéramos todo..

En otra vida                                        Donde viven las historias. Descúbrelo ahora