50

2K 132 28
                                    

Uno, dos, tres días sin saber nada de él, no me hubiera enojado si me hubiera llamado, quizá hasta le hubiese contestado, pero eso no pasó.

Tome un sorbo de la leche que mi mamá me obligó a tomar, así que aquí estoy, tomándome esta leche culia.

—Andrea —me hablo la Laura y la miré, tiene abrazado su peluche—¿Por qué el Diego con la Cristina ya no vienen?

Auch, justo en la herida.

—Mi amor, ellos tienen cosas que hacer —mi mamá intervino al ver que yo no respondía nada.

Cosas que hacer..

—No quiero más —revolví la leche y mire a mi mamá.

—Andrea no lo hagas más difícil, por favor. Tus exámenes no estaban del todo bien y si no quieres hospitalizarte entonces tienes que cuidarte po, ¿Te pinchaste?

Asentí y volví a tomar otro sorbo.

Me demoré como diez minutos en terminar de tomarme la wea, ahora voy terrible atrasada al liceo y ganas de caminar no tengo. Me lave los dientes, me despedí de todos y salí más abrigada que la chucha.

¿Con que chaqueta? Si, con la del Diego.. nunca se la devolví, pero si él se robo el auto de mi papá, ¿Por qué yo no puedo robarme su chaqueta?

Nadie sabe nada, mis papás me han preguntado qué pasó y porque ese día estuve llorando hasta que me quede dormida, ¿Mi respuesta? Que no me sentía bien, ¿Que hicieron? Me llevaron al hospital.

¿Como explicarles que era emocional?

Llegue al liceo y me fui directo a la sala, todos están con el tema de las alianzas y la wea. La Ale llegó a sentarse a mi lado, empezó a buscar algo en su mochila.

—Toma, para la penita —me pasó una barrita de chocolate.

—Gracias —le sonreí y me guarde la barrita de chocolate.

—Andrea, más rato..

—Estoy bien, no es necesario que andes siempre a mi lado, teni pololo, tienes que ir a maracar territorio —solté una risa nasal.

La Ale me tomó de la mano y me dio un leve apretón.

—No quiero dejarte sola y no te voy a dejar ahora por un mino —me sonrió—Así que en vez de ir a esas alianzas culias, iremos al baño y vamos a hablar.

—Lo que menos quiero es hablar —se me quebró la voz—Estoy cansada..

Me abrazo.

—Entonces vamos a dormir un ratito, quiero que vayas a los baños mientras yo voy a buscar las colchonetas, ¿Ya?

—Está bien —sollocé.

Diego.

—Otra vez está el Javier afuera, Diego, ¿Que onda? —me pregunto mi mamá.

—Dile que se deje de webiar —bufé.

—Ya me tienen aburrida con sus mensajitos, no soy na' mensajera así que anda y dile tú —se fue.

Apreté la pelota que me encontré por ahí y empecé a tirarla contra el closet una y otra, y otra vez hasta que me aburrí y la tiré a la mierda.

—¿Vo eri weon o te haces? Tenemos que ir a hac..

—¡Sale de mi pieza! —le grité.

Después de todo, este weon fue el que le echo el ojo al auto y les aviso a los otros aweonaos, tal vez no sabía que era de los papás de la Andrea, pero cuando les rogué weon, les supliqué que no con ese auto, el Javier fue el primero en mandarme a la mierda.

—No weon, me vas a escuchar —se acercó a mi amenazante.

Me paré de la cama y lo empecé a empujar hacia afuera de mi pieza.

—Sal de aquí conchetumare, ¿Que wea no entendiste de eso? —lo volví a empujar.

—Vo sabi que no te conviene lo que estai haciendo, ahora muévete.

—No, yo no pienso seguir en esa wea.

Ahora el que me empujó fue el.

—Deja de ser tan aweonao, ganai buenas moneas y gracias a todo lo que hacemos tenemos las weas que queremos, vo teni hasta una moto. Si no queri seguir hay consecuencias y lo sabi.

—¿Te deletreó la wea o que weon? Que no pienso seguir, sordo culiao, ahora viraste de aquí.

—Lo tienes todo weon, ¿En serio vas a tirar todo por la borda por culpa de esa mina?

—No lo tengo todo, me falta ella.

En otra vida                                        Donde viven las historias. Descúbrelo ahora