Cap.9

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-Muy bien -dijo ella-. Y no se preocupe, nunca lo haré.

Zayn se apartó de ella, se sentó, tomó su vaso de whisky y lo apuró de un trago. Luego, apretó el botón del intercomunicador y apareció al instante una de las azafatas.

-La señorita Linden está algo cansada. Acompáñela al dormitorio, por favor.

-¡A su dormitorio, seguro!-exclamó _____, muy indignada, volviéndose hacia él-. Debería haber imaginado que todo era un simple truco.

-No tiene nada que temer, yo me quedaré aquí. Vaya a descansar. Aterrizaremos en unas horas.

Una vez en aquel pequeño cuarto privado ubicado en la parte posterior del avión, _____se sentó, se echó por encima una manta, y se puso a mirar la oscuridad de la noche a través de la ventanilla. Rememoró el placer que, muy a pesar suyo, había sentido con el beso de aquel hombre. Había sido maravilloso. Y lo odiaba por eso. Trató de pensar en otra cosa. Su familia estaría muy intranquila. Quizá Lars estaría llorando, tratando de encontrar su cuerpo en el fondo del foso del castillo. Deseó con toda su alma que hubiera llamado a la policía. Cerró los ojos y se imaginó por un instante el avión aterrizando en Grecia, y a una brigada de policías esperándoles para detener a Zayn Malik y meterlo en la cárcel como se merecía.

Se acurrucó en su asiento, imaginándose los terribles castigos que recibiría el hombre que la había secuestrado, hasta que, vencida por el sueño, se quedó dormida. Se despertó sobresaltada al sentir una mano en el hombro. Zayn estaba de pie a su lado. Vio que el avión ya había aterrizado en una pequeña pista desierta junto al mar. Aún era de noche. Comprobó decepcionada que no había coches con luces intermitentes y sirenas. No estaba la policía.

-No voy a salir de este avión -dijo con mucha convicción cuando Zayn le tendió la mano.

-Estará mucho más cómoda en mi casa que aquí.

-Gracias, pero me quedaré aquí -replicó ella cruzándose de brazos.

-¿No le gustaría hablar por teléfono con su novio? -le preguntó él, recalcando la palabra novio.

-¿Se refiere a mi marido? -replicó ella.

-Veo que es usted muy testaruda.

_____se frotó los ojos. Estaba cansada. Pensó en lo preocupada que estaría su familia. Debía avisarles. Miró fijamente a su raptor.

-¿Me da su palabra de que no intentará hacerme daño?

-Yo nunca haría daño a una mujer -contestó él, frotándose la mejilla con la mano.

-Un prisionero tiene derecho a defenderse -dijo ella a modo de disculpa

-No esperaba menos de usted.

Ya no había aquella intensidad y aquel fuego en su mirada, pero sin embargo ella sintió que había un extraño sentimiento entre ellos que no acertaba a comprender. Echaba de menos a Lars. Era tan agradable y encantador, y también tan previsible...

Aunque a veces no la escuchase, siempre tenía un elogio para ella. A veces, eso la había hecho sentirse un poco incómoda, siempre mirándola con tanto afecto y diciéndola una y mil veces que era perfecta. Ella sabía que no lo era. Pero se decía a sí misma que tenían mucho tiempo por delante para que él llegase a conocerla y comprenderla mejor. No. De ningún modo. No podía permitir que Zayn pusiera en duda la integridad de Lars. No podía confiar en las palabras de aquel hombre despiadado que la había secuestrado, del enemigo de su marido, del hombre que se había atrevido a besarla en contra de su voluntad. Todo lo que Zayn le había contado era una sucia mentira. Tenía que serlo. Tenía que seguir confiando en Lars.

Novia raptada |ZM|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora