¿_____? -dijo Vera abriendo la puerta.
-¿Qué pasa, mamá?
-Sólo he venido a traerte esto -respondió su madre sentándose en la cama con una taza de té de menta en la mano- Estoy muy contenta de que hayas vuelto. Estábamos todos tan preocupados...
-Gracias -dijo _____, tomando un sorbo de la infusión caliente- ¿Y Zayn? ¿Se ha acostado ya?
Vera resopló, y luego sacudió la cabeza con ironía.
-¡Y pensar que sólo hace unos días estábamos todos en Suecia, viendo cómo te casabas con otro hombre! -exclamó moviendo la cabeza arriba y abajo.
-Sí -dijo _____ sonrojada- Es curioso, ¿verdad?
-Supongo que ahora puedo decirte sin molestarte que nunca me llegó a gustar ese Lars.
-¿De veras? -exclamó _____ sorprendida-Nunca me lo dijiste.
-Bueno, yo no era quién para decirte con quién debías casarte o no, pero siempre deseé que trajeras a esta casa a un hombre que fuera una persona normal, como nosotros. Un hombre como el que está durmiendo ahora ahí al lado, en la habitación de Tom.
A _____ casi se le atragantó el té al oír a su madre describiendo a Zayn Malik, el millonario griego, como un hombre normal.
-Bueno, lo más importante de todo es que, gracias a Dios, la abuela ya está mejor y tú estás otra vez en casa -dijo la madre levantándose de la cama- Sólo quiero recordarte lo que ya les he dicho antes -añadió ya en la puerta con los brazos en jarras- Nada de jueguecitos en esta casa.
-Está bien, mamá -contestó _____.
Pero comprendió en seguida por qué su madre se había tomando la molestia de repetirle su advertencia cuando al dirigirse por el pasillo al cuarto de baño para lavarse los dientes pasó de puntillas junto al cuarto donde dormía Zayn. Ella lo amaba. ¿Por qué no se lo había dicho cuando había tenido la ocasión? ¿Por qué no tenía el valor de decírselo ahora? Después de lavarse la cara y cepillarse los dientes, se detuvo de nuevo en su puerta. Estaba cerrada. Tras dudar unos segundos llamó suavemente con los nudillos.
Pero no hubo respuesta. Debía estar ya dormido. Suspiró profundamente, con una mezcla de nervios y decepción.
Mañana, se prometió a sí misma. Mañana, antes de llegar a Las Vegas, le diría que lo amaba. Mañana, antes de que él ultimase su trato con Laetitia. Sería su última oportunidad.
Aún tenía la esperanza. Había habido muchos milagros en su vida. Tener una buena familia, un hogar, una abuela cariñosa, que se estaba restableciendo después del susto que les había dado...
Quizá sería mucho pedir tener además el amor de Zayn.
+
Zayn oyó un suave toque en su puerta.«_____», pensó él. No podía ser nadie más. Había ido a verle a pesar de la advertencia de su madre. Se bajó de la cama y se dirigió a la puerta. Se detuvo antes de abrir. Sabía lo que pasaría si la dejaba entrar. Lo sabía muy bien. Haría el amor con ella.
Allí, en aquella casa donde se respiraba tanto amor por todos los rincones.
Pero él sabía que esa sensación tan agradable que le embargaba no era sólo por la casa y por esa familia tan unida que vivía en ella. Era por _____. Ella lo amaba. No se lo había dicho con palabras.
Pero él no lo necesitaba. Lo había leído en su cara. En esa cara suya, tan hermosa, en esos ojos tan maravillosos que eran incapaces de mentir y que eran para él como un libro abierto.
A pesar de todo lo que le había hecho, ella lo amaba. Parecía imposible creerlo. Era un milagro.
Apretó los puños. Oyó su respiración al otro lado de la puerta. Ella estaba allí a unos centímetros de él, esperando a que le abriera y a que la deje entrar para abrazarlo. Era una verdadera agonía, una angustia que le reconcomía por dentro. Ella estaba allí esperándolo, y él se quedó quieto sin hacer nada. Escuchó al fin sus pasos alejándose en dirección a su dormitorio. Zayn cerró los ojos y se recostó contra la puerta. La deseaba más que nunca.
Pero era algo más que eso. Lo que sentía por ella era mucho más que deseo. Más que admiración. Más incluso que respeto. Era la mujer más adorable que había conocido nunca. Honesta. Dulce. Cariñosa. Valiente. Era el tipo de mujer que podía hacer de cualquier hombre, incluso de él, una persona decente, sólo por el hecho de estar a su lado.
La amaba. Estaba enamorado de ella.
Él, un hombre que no tenía nada en este mundo, salvo dinero y poder, nada de auténtico valor, se había enamorado de una mujer adorable y maravillosa que tenía la virtud de hacer que todo pareciese noble y bueno. No era digno de ella, pero sentía la necesidad de tenerla en sus brazos, de decirle que la amaba, de hacerla su esposa y de adorarla toda la vida. Con esos sentimientos a flor de piel, agarró el pomo de la puerta.
Pero se detuvo al instante sin llegar a girarlo. La amaba.
Pero había hecho un trato. Un trato que salvaría la vida de una joven de diecinueve años. Había hecho una promesa y no tenía elección.
Pero _____ sí .Se dirigió a la ventana, la abrió y respiró el aire fresco de la noche.
Por una vez en su vida, estaba dispuesto a renunciar a un deseo. Se quedó pensativo mirando el mar. Desde el instante en que se habían conocido, ella era quien había tenido de verdad el control de la relación. Él la había secuestrado, ella había sido su prisionera, pero ella era la que había llevado la iniciativa, aunque ninguno de los dos se hubiera dado cuenta de ello. Mañana, sería ella la que decidiría su destino. Tomó el teléfono móvil e hizo dos llamadas. La primera a su abogado de San Francisco y la segunda a un número odioso que se sabía de memoria.
-Växborg. Estoy listo para el trato. --------------------------------------Hay Zayn porque dile que la amas no voy a llorar. Hermosas como bien se han dado cuenta ya estamos llegando al final