Cap.21

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Ella se volvió hacia él, con una expresión de desconcierto en sus grandes ojos castaños.

-¡Sabes muy bien que no!

Sí, él lo sabía, pero sabía también que era tan bondadosa, que quizá podría, con el tiempo, acabar perdonando al barón. Y ese pensamiento le puso furioso.

-Deberías saber que no fuiste la única amante que él tuvo una vez casado.

-¿Cómo?

-Ha tenido al menos cinco o seis.

-Debes de pensar de mí que soy la mujer más estúpida del mundo -replicó ella dejando su taza de café sobre la mesa-. ¡Creer que Lars se casaría legalmente con alguien como yo!

Zayn la miró fijamente y tomó su mano entre las suyas.

-¿Alguien como tú? Tú no eres una mujer cualquiera. Eres una mujer muy especial. Eres la única que él deseaba tener.

Como si el contacto de sus manos la quemara por dentro, ella apartó la suya y desvió la mirada.

-Aún no comprendo lo que estaba haciendo en San Francisco cuando nos conocimos. Me dijo que estaba buscando oportunidades de negocio -dijo ella con una leve sonrisa-. Pero yo nunca le he visto trabajando.

-Hay una clínica al este de San Francisco que tiene fama de ser el mejor centro médico del mundo en problemas cerebrales. Al principio pensé que habría llevado allí a Laetitia, pero luego averigüé que la había dejado en una vieja cabaña de las montañas antes de regresar a San Francisco para tramitar la venta de una de las propiedades de la familia de ella.

-¿Una cabaña?

-Sí, una cabaña vieja y abandonada, sin electricidad ni agua corriente-respondió él con expresión sombría bajando la mirada-. Cuando llegué, me encontré unos restos de brasas en la chimenea, una manta tirada en el suelo y una bolsa abierta de patatas fritas. Pero Laetitia ya no estaba. Desde entonces, he estado siguiendo todas las pistas que me han llegado, buscándola por medio mundo y registrando desesperado una clínica tras otra, tratando de encontrarla antes de que Lars consiguiera su deseo de verla muerta.

-Todavía no me puedo creer que sea tan cruel.

-Lo comprendo -dijo él con una amarga sonrisa-. El amor a veces nos ciega los ojos.

-¿Cómo puedes aún creer que le siga amando? -exclamó ella conteniendo las lágrimas-. ¿Qué te pasó para ser tan cínico y duro?

-Sólo sé que cuando las personas creen estar enamoradas -replicó él sin poder evitar un tono de burla en la voz- suelen engañar a los demás o engañarse a sí mismas.

-Sin embargo tú mismo has dicho que la quieres.

-No la abandonaré -contestó él, apretando los dientes-. No dejaré que se muera sola y abandonada. No lo permitiré.

Zayn pudo ver las preguntas que pugnaban por salir de su boca._____ se inclinó hacia él como tratando de consolarle. Pero él no podía dejar que se acercara más. El deseo que sentía hacia ella le convertía en un hombre indefenso, vulnerable. No podía imaginar lo que pasaría si además de desear su cuerpo, empezase a desear también ser algún día el hombre bueno que ella pensaba que era.

-Laetitia no tenía ni dieciocho años cuando se casó con Växborg en Las Vegas -continuó diciendo él-. Después de una fuerte discusión, ella se marchó sola con el coche. Supongo que había decidido dejarle. Fue entonces cuando se estrelló con el coche -apretó con rabia las manos por debajo de la mesa-. He estado buscándola durante un año. Pero siento como si hubiera estado perdiendo el tiempo. He fracasado.

Zayn bajó la cabeza, desolado. Sintió entonces los brazos de _____.Se había levantado de la silla y arrodillada junto a él le estaba abrazando en silencio. Por un instante, aspiró el perfume del sol y de las flores. Se sintió reconfortado. Aquello era ridículo. Nunca le había protegido nadie. ¿Cómo podía sentirse tan seguro en los brazos de una mujer, mucho más pequeña que él, que no tenía ni su poder ni su dinero? Pero no, no era cierto. _____ tenía un poder increíble, una fuerza como nunca había visto antes. Había conseguido cambiarle. Le hacía sentirse... como si estuviera en casa.

-Una vez me dijiste que todo se podía comprar, que todo tenía un precio -dijo ella.

-Sí -contestó él abriendo los ojos, sorprendido.

-Entonces, ¿por qué no le das a Lars la fortuna de Laetitia?

-¿Pretendes que le premie? -Exclamó él fuera de sí-. ¿Qué le dé una recompensa por querer dejarla morir?

-Sería la solución más fácil.

-Puede ser, pero yo quiero justicia. Växborg no recibirá nunca un céntimo.

-Lo comprendo -dijo ella con una sonrisa trémula-. Eres un hombre de principios. Pero hay un pequeño problema en el que no sé si te has parado a pensar. ¿Qué pasaría si Lars cambiara de opinión y no estuviera dispuesto a renunciar a todo por mí?

-No lo hará -respondió él acariciándole la mejilla-. Un hombre haría cualquier cosa por tener a una mujer como tú. Sería capaz incluso de vender su alma -hizo ademán de acercarse a ella pero se contuvo-. Creo que debo irme -dijo levantándose de la mesa.

-Quédate -dijo ella, agarrándolo del brazo y mirándole a los ojos.

-Si me quedo... -susurró él con un hilo de voz-. Te besaré.

-Lo sé.

-¿Sabes lo que estás diciendo?

-Sí -contestó ella-. Bésame.

Novia raptada |ZM|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora