85. Cuando Nadie Ve

112 8 0
                                    

Especial Bye Gastón, parte 7

Narra Nina.

Caminé sin rumbo, solo quería perder en el camino mis sentimientos por Gastón, necesitaba olvidarlo.

- Nina...- me llamó él.

- Estoy bien, Gastón, déjame sola.

- Sé muy bien reconocer cuando estás bien y este no es el caso.- señaló. - No tenemos que hablar acá, si estás más cómoda podemos ir a casa.

- Pero tu fiesta de despedida...

- Todos ya me dedicaron al menos una canción para despedirme, todos menos vos, y si te doy franco, eras la que más ansiaba escuchar cantar.

- Perdón, no me siento bien para cantar.

- Está bien, Nina, es solo un detalle, pero al menos hablemos. Vamos a casa así estamos más tranquilos, ¿Te parece?

- Pero...

- No voy a volver a esa fiesta sin vos, y claramente no estas de humor festivo así que tampoco quiero que vuelvas.

Así juntos fuimos a la casa de Gastón. El silencio reinó por unos minutos hasta que formulaba lo que iba a decirle, no quería exigirle nada, pero tampoco quería que se fuera pensando que no me importaba.

- Soñé que me despertabas a besos, pero en cambio me encontré con vos abrazándome como si ya no te gustara en absoluto, y supongo que eso me lastimó el ego. Igual está bien, no tenes por qué hacer nada de eso, no sos mi novio ni nada, ni tampoco sería conveniente que lo seas. A lo que voy es que...- suspiré.- ...no quiero hacerte sufrir ni rogarte que vuelvas conmigo, ni arruinar tus planes para el futuro. Pero a la vez, no quiero alejarme de vos, quiero aunque sea ser tu amiga aunque me muera por dentro.- Gastón solo me miraba sorprendido.

- Pero a Yam le dijiste que querías ser solo amigos y nosotros estamos condenados a terminar.

- Es que creí que querías eso, solo una amistad e irte.

- Justo de eso te quería hablar, le dijiste a Luna lo que supuestamente quiero y la verdad no es del todo cierto.

- ¿Qué estás diciendo?- pregunté mientras me tomaba las manos.

- Nunca dejé de amarte.- declaró cuando nos besamos apasionadamente. Realmente fue la misma sensación placentera de tomar agua cuando te encontrás deshidratado o comer después de pasar hambre.

Después de besarnos, ambos miramos al suelo antes de reencontrarnos con la mirada.

- Seguramente no sea la mejor idea, mis amigas me recomendaron que no me acerque a vos para que no sufrir más al irme, pero si sufrimos igual ¿Qué sentido tiene?- indicó él.

- Podemos darnos besos sin compromiso, así no tenemos que cortar cuando tengas que irte.- sugerí.

- Con una condición.- dijo él.

- ¿Cuál?

- Cantame.

- ¿Vos tocas la guitarra?

- Bueno...- dijo yendo por su guitarra.

- Soñé un verano que se hiciera eterno desde el momento en que vi tu mirada. Me derretiste con esa mirada.- canté con Gastón haciendo los coros. - Pero el verano se volvió un invierno, cuando vi que otros brazos te esperaban. Me congelé mientras yo te esperaba...- le miré dedicándole cada palabra. - Y ahora entiendo cual es mi papel. Nos queremos cuando nadie ve. Las balas perdidas de este amor, prefiero no verlas en mi piel.- entoné sintiendo cada verso.- Si me preguntan por ti... Diré que es mentira que toda una vida he soñado contigo. Yo sueño contigo. Si me preguntan por ti, diré que no es cierto que duele por dentro que no estés conmigo, te quiero conmigo... - vocalicé señalandolo- Te miro, me miras, y el mundo no gira... Todo parece mentira... Tú sigues, yo sigo, es nuestro castigo... Fingir que somos amigos... - canté cuando Gastón soltó la guitarra y se acercó a mí tomando mis manos. - Y cuando no haya testigos, mi vida entera te daré, cuando nadie ve.- acabé en acapella cuando volvimos a besarnos.

Así frente a nuestros amigos actuabamos como buenos amigos, pero cuando nadie nos veía éramos amantes apasionados disfrutando cada minuto como si fuera el último.

- No estamos haciendo nada malo.- le recordaba a Gastón.

- Sí, pero siento que si Yam o Ámbar se enteran me van a odiar por no hacerles caso.

- Bueno, pero si son tus amigas te van a entender. Uno no controla sus sentimientos con tanta facilidad. Además lo que hay entre nosotros es demasiado fuerte como para ignorarlo ¿No te parece?

- Sí, mi amor.- me dijo en la última noche que pasamos juntos antes de su viaje.

- Te amo.- le sonreí.

- Te amo mucho más.- respondió él volviendo a besarme hasta dejarme pequeños recuerdos suyos en mi cuello.

- ¿A qué hora es tu vuelo?

- Siete de la mañana, amor.

- Temprano tenés que estar en el aeropuerto.

- Sí, pero por suerte son muchas horas de viaje para dormir...

- ¿Querés que nos desvelemos?

- Y si no te voy a ver por varios meses, espero que la despedida sea épica.

Después de horas, decidimos vestirnos para ir al aeropuerto, Ámbar pasaría en media hora a buscarnos con su chófer.

- ¿No preferís quedarte acá? Después te tocaría volver sola con Ámbar y sé que no se llevan del todo bien.

- No voy a dejar que Ámbar sea la última que veas antes de irte.

- Ay, linda...

- Vos lo sos. Seguro vas a conquistar muchos corazones en Oxford.

- Y vos acá... Aún seguís siendo la más linda del Blake.

- Pero si de esas casualidades cuando vuelvas ambos estamos solteros y aún nos pasan cosas podríamos...

- Veremos cuando llegue el momento, pero ahora creo que ambos nos merecemos ser libres de estar con otras personas, si nos dan ganas.

- ¿Tan rápido te olvidas de mí?- le pregunté acercándome a él.

- Imposible, pero quiero que vos estés libre para alguien que te pueda dar la atención que no te doy.

- No me interesa la atención de cualquiera... Solo la tuya.

- Veremos...- indicó volviendo a besarme cuando escuchamos el timbre. Ámbar había llegado puntual.

- ¿Listo?- preguntó la rubia sorprendida de verme junto a Gastón.- Pensé que ibas a quedarte durmiendo.- admitió ella.

- Sería muy descortés con mi amigo, considerando que me deja quedarme en su casa.- respondí mientras Gastón y Tino llevaban el equipaje al baúl del auto.

- Que atento de tu parte, Nina.- dijo escaneandome con la mirada. - Linda pañoleta.- elogió en lo que subía al vehículo con ella y Gastón.

- El Blake no será lo mismo sin vos.- dijo Ámbar mientras yo recostaba mi cabeza sobre su hombro.

El viaje al aeropuerto fue rápido, no podía dormirme porque no quería perderme ni un segundo con Gastón. Sutilmente, nos agarrabamos de las manos mientras Ámbar abrazaba a Gastón.

En el aeropuerto hicimos todo el check in, y llegó el momento de irse.

- Gracias por acompañarme.- nos sonrió él.

- Buen viaje, Gastón.- le sonrió Ámbar dándole un beso en el cachete.

- Buen viaje, am-amigo.- le saludé con un fuerte abrazo y un beso peligrosamente cerca de sus labios.

Él se fue y Ámbar y yo regresamos en silencio. No sé cómo logré contener mi llanto hasta llegar a la casa de Gastón.

- Si Gastón te llama para avisarte que llegó, decime.- fue lo único que me dijo Ámbar al dejarme en la casa.

- Bueno.- fue lo único que pude decir antes de entrar a la casa y acostarme en la cama de Gastón, sus sábanas aún olían a él y me recordaban momentos que vivimos cuando nadie ve.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 09, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Cambio De Roles 2|GastinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora