66. Lo Besos Que Te Di.

69 7 6
                                    

Maratón parte 1/3 (es cortita la maratón pero la intención está)

Narra Nina.

Estaba buscando las palabras más gentiles para rechazar a Matteo cuando Gastón nos escribió a ambos pidiendo vernos. Me sentí muy confundida porque me había dicho que me dejaría resolver lo que pasaba entre Matteo y yo por mi cuenta. Me pregunté, qué le habrá hecho cambiar de parecer.

En el camino hacía Gastón, Matteo se limitó a darme mi tiempo para pensar. Pero sé que diga lo que diga, voy a decepcionarlo. ¿Cómo le dices a tu mejor amigo que no buscas una relación con él? No niego que sea muy tierno y buen besador, pero amo a Gastón. Seguramente haya una buena conexión entre Matteo y yo, pero como amigos, y temo que simplemente quiera arriesgar nuestra amistad por sentirse solo. Después de todo, no estuvo en una verdadera relación desde Luna.

Finalmente, llegamos a la casa en la que vivía con Gastón, su casa.

- Gracias por venir.- dijo él con una mirada vacía. Era la primera vez en mucho tiempo que no me saludaba con un beso.

-¿Estás bien?

- Ha pasado el tiempo y aún no resuelven sus problemas. No me dejan ayudarlos y, lamentablemente, ya temo que los rumores sean ciertos.

- ¿Sabe del beso que te di?- me preguntó Matteo logrando enrojecer la cara de Gastón.

- ¿Be-beso?- repitió aturdido.

- Puedo explicarlo...- dije intentando calmarlo.

- Bien, explicate, pero mientras empacas tus cosas. No me importa la excusas que tengas, creo que necesitamos un tiempo.

- ¿Me vas a dejar marchar así como así sin siquiera escucharme?- consulté con lágrimas en los ojos.

- Yo te dejaría explicarte, Nina, no puedo comprender que digas estar tan enamorada de él cuando, por lo visto, ni te escucha.- intervino Matteo.

- ¡¿Que no la escucho?! Tuvo un millón de oportunidades para hablarme mientras ustedes dos se andaban evitando.- respondió Gastón muy aturdido.

- Chicos, por favor, lo siento...- dije sin saber a qué responder realmente primero.

- Quizás es tiempo de olvidarte...- indicó Gastón.

- No creo enamorarme otra vez...- sonrió Matteo tomando mi mano.

- Entonces que sean muy felices juntos, pero vos no regreses.- me dijo mi novio muy molesto. ¿O debería decirle ex?

- No puedo dejar de pensarte así como así, Gastón. Te amo, nunca dejé de hacerlo, no puedo olvidar las veces que te canté o te soñé, todos los besos que te di...

- Pues, es hora de despertar de ese sueño, Nina. Esto ya acabó.

- Esto no parece un sueño.- indiqué, más bien era una pesadilla. - Ojala pudiera despertar en tus brazos, pero no puedo.

- Dime qué pasó, Nina.

- Matteo y yo...- dije volteandose a mi amigo italiano, fui cuidadosa con mis palabras, si bien él inició el beso, no lo detuve a tiempo, y me sentía culpable por eso. - ... nos besamos.

- Eso ya lo dijo él.- señaló Gastón.

- Por eso dejé de hablarle, no quería que afectara nuestra relación.

- Y aún así me lo ocultaste...

- No sabía cómo decirtelo.

- ¿Es que te gustó?

- Es una buena pregunta, Gastón.- asintió Matteo.

- Bueno...- decía sin saber cómo contestar ante ambos espectantes.

- Se acabó, Nina.- decidió él sin dejarme tiempo para aceptar. - Por favor, deja la copia de tu llave cuando salgas.- declaró yendose.

No logro aceptar que él no me quiera hablar, no parecía él. Alguien debe haberle dicho algo.

- Lo bueno es que ahora puedes venir conmigo, nuestra historia ahora puede comenzar.- me dijo Matteo.

- Necesito estar sola...

- Entiendo, terminaste una relación después de mucho tiempo, no sé en qué estaba pensando... Pero si me necesitas para llorar, cuenta conmigo para consolarte.- y así, por primera vez en mucho tiempo, Matteo volvía a empezar a sonar como mi amigo.

- Gracias, pero creo que necesito un espacio para mí sola.- pedí. Él entendió enseguida, besó mi frente y se fue. Finalmente, empecé a llorar, recordaba los ojos vacíos de Gastón y se me cortaba la respiración. Comencé a recorrer la casa guardando cada cosa que me pertenecía, especificamente mi ropa y llevando las prendas prestadas por Gastón. No pude evitar ponerme una de sus camperas favoritas, y sentir su aroma, era casi la misma sensación que me generaba un abrazo suyo que me consolaba.

Había fotos nuestras que nos habíamos regalado mutuamente y realmente no supe que hacer. ¿Cómo iba a olvidarme de él? Tomé una foto y atrás le escribí con mucha pena.

¿Dónde quedan los besos que te di?

¿Y las canciones que te escribí?

¿Y las noches enteras sin dormir?

¿ Cómo olvidarme de ti?

Te amo y siempre te amaré

Nina.

Tras dejar ese mensaje oculto en la foto, tomé mis últimas pertenencias y me fui sin rumbo.

Antes de que me odien, yo también me quedé triste, por eso seguí escribiendo. No olviden dejar su amor en los comentarios ❤️
Éxitos!

Cambio De Roles 2|GastinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora