58. Alzo Mi Bandera.

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Narra Matteo.

Ya terminaba mi estudio por el día y me llega un mensaje de Yam diciendo que Gastón estaba yendo a buscarme decidido por respuestas. Entonces hice lo mejor que se me ocurrió hacer.

- ¿Chica Delivery? ¿Qué te parece si voy a tu casa ahora?- pregunté.

- Chido, de paso me ayudas con la tarea de química que está muy dificil, chico fresa.

- Bueno...- reí, sabía que no podría huir de Gastón siempre pero me alegraba tener a Luna de mi lado en esta ocasión. - Voy enseguida.- afirmé.

En el camino, me encontré a Simón con su guitarra ingresando a la mansión.

- Hola, Matteo.- me saludó sonriente.

- ¿Hoy vas a dedicarle una serenata a Ambar?

- Pues sí, es que realmente quiero disfrutar cada momento con ella como pueda. ¿Y qué onda, Matteo? ¿Cómo estás?

- Bien.

- No, porque me quedé pensando un poco... de Luna y tú, y de pronto tú evades a Nina, no sé ¿qué sucede? ¿estás tratando de volver con Luna?

- No, no pretendo volver con ella, pero solo somos amigos.

- Es que, Matteo, si realmente la amas, no debes perder el tiempo ¿no crees? Tú pronto estarás en la universidad y seguramente se verán menos, pero debes hacerte tiempo de disfrutar ahora mientras puedan...- esas palabras del guitarrista realmente me hicieron pensar. ¿Qué si estaba perdiendo el tiempo? ¿Qué si debía arriesgarme por estar con Nina mientras pueda?

- ¡Chavos! ¿Qué hacen aquí? Entren que está refrescando.- dijo Luna.

- No quiero atajos quiero futuro. Busco el camino hasta mi ser. En cada paso, en cada sueño, en mis ganas de vencer.- escuchaba a Simón dedicarle a Ámbar. 

- Sé que la suerte a veces toca, solo el esfuerzo me hará triunfar. Sigo intentado, busco imposibles. A veces perder es ganar.- canté a la par pensando en la posibildad de perder a Nina.

- Salto, alzo mi bandera, haré lo que sea pronto llegaré. Siempre estaré a tu lado, nunca es demasiado, no me rendiré.- se escuchaba a Simón indicandome que me una. 

- Sé que alguna vez, me verán brillar Ouuuuo, Ouuuuo, Ouuuuo Se sorprenderán... Sé que alguna vez, hablarán de mi Ouuuo, Ouuuo, Ouuuo Sé que sera así.- cantamos a la par.

- No sabía que venías con corista.- bromeó Ámbar cuando me llegó un mensaje de Gastón preguntandome dónde estaba.

- No estoy en casa, mañana nos juntamos si queres con Nina ¿sí?- escribí rápidamente sin pensar que me arrepentiría tan pronto.

Narra Gastón.

- ¡Gastón!- me alcanzaba Yam en la puerta de la casa de Matteo en lo que  le escribía un mensaje al italiano. - Sé que no estás de humor para oírme pero...- decía cuando se tropezó cayendo derribada al suelo.

- ¡Yam! ¿Te podes parar?- le pregunté extendiendo mi mano. Al verla esforzarse por ponerse de pie, me percaté de que estaba herida, o mínimo con un tobillo hinchandoce. - Vamos a casa.- indiqué ayudandola a levantarse y alzandola hasta mi casa donde le ayudé a acomodarse mientras Nina al solo vernos llegar entendió la situación perfectamente y nos trajo hielo.

- ¿Qué pasó?- preguntó Nina mientras tomaba el hielo que trajo y lo colocaba delicadamente sobre el tobillo herido.

- Me tropecé en la puerta de la casa de Matteo y por suerte Gastón estaba para ayudarme.

- Ah estabas yendo a verlo ¿no? ¿Entonces por qué él no les dió hielo?- cuestionó Nina.

- Es que no lo vimos porque no estaba en su casa.- indiqué.

- Qué lastima.- dijo Nina.

- Amor, ¿podrías traer un té para Yam?- le pedí rápidamente para que se distrajera en lo que hablaba con Yam. - Seré breve, no te atrevas a repetir tu bromita de que a Matteo le gusta Nina frente a ella, está muy sensible respecto a él y preferiría que hablemos de otra cosa.

- Pero Gastón...

- Yam, no insistas, por favor.- le pedí.

- Bien.- asintió mirandome a los ojos.

- Olvidé preguntar si te gustaría un tipo de té especial, Yam, aquí te traje varios sobres para que elijas.- dijo Nina regresando. - Gastón, ¿me acompañas un minuto?- pidió practicamente arrastrandome de los hombros hasta la cocina. - No me gusta como te mira.

- Nina...

- Encima no sé de qué hablaban, pero siento que sos demasiado lindo con ella y eso me...

- Se acaba de caer, solo soy tan amable como cualquiera de tus amigos lo sería con vos...

- O lo era...- suspiró refiriendose a Matteo quien justo contestó mi mensaje, o, más bien, había contestado antes pero recién me llegaba.

-Matteo dice que hablara con ambos mañana.

- ¡¿Qué?!- sonrió ella en lo que le enseñaba el mensaje. - No sé cómo lo haces, pero ¡sos el mejor!- exclamó besandome.

- Nina, tenemos visitas...- le recordé deseando estar a solas con ella para seguir disfrutando sus besos.

- Tenes razón, vayamos a ver qué necesita juntos.- asintió tomando mi mano y yendo a mi lado a ayudar a Yam.

Cambio De Roles 2|GastinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora