𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 3

13.2K 318 19
                                    


Correspondí al abrazo nerviosa. Al pasar mis brazos por su cuello, supe que él también estaba igual de nervioso que yo.

Cuando nos separamos, juntamos nuestra mirada sin querer. Pedri lentamente se fue acercando a mí, yo imite su acción. Mis ojos se cerraron cuando quedamos a varios centímetros, pero un quejido me hizo separarme rápidamente.

Mire a Pedri y vi que ponía una mueca de dolor. Se había hecho daño.

(...)

Los días pasaron rápidamente. Mañana sería el partido contra Suecia. Todos estábamos muy nerviosos, sobre todo mi padre y Unai Simón.

Como me aburría en el hotel, decidí vestirme para salir a dar una vuelta. Cuando termine de vestirme con unas calzonas vaqueras y una camiseta larga con el logo de un dragón, salí por la puerta.

Cuando salí me choqué con alguien, levanté la mirada y me encontré con Pedri. Le abracé por el cuello y el a mí por la cintura.

Estos días estuvimos quedando por las tardes para ir al parque o a algún sitio cerca del hotel, ya que estaba cojo. Hubo algún que otro abrazo, besó en la mejilla y sonrojos, pero nada más que eso.

Nos separamos rápidamente cuando escuchamos a una persona carraspear en el pasillo.

Me giré sonrojada para ver quién era y me encontré con Unai Simón, la persona a la que iba a buscar yo ahora.

-Iros a un hotel -dijo sonriendo.

-Ya estamos en uno -me sonrojé.

-Bueno, yo me voy a entrenar, ya que no me duele el pié -dijo rascándose la nuca nervioso.

-Adiós -le beso en la mejilla.

Cuando se fue miré a Unai, tenía una sonrisa de oreja a oreja a la vez que subía y bajaba las cejas rápidamente.

-Uuuuuu -hace el mismo sonido que el otro día-, Marcos y Dani tenían razón -me sonríe.

-Calla -reí-, ahora te cuento -le empuje amistosamente.

-la jugadora número 13 se ha enamorado -me sonríe-, ¿Cuándo empiezas los entrenamientos de tu equipo?

-Pues creo que en 10 días -le sonreí.

Gracias a Unai recordé que tengo entrenamiento en 10 días, haber montado un equipo femenino de fútbol, sabiendo que tengo que entrenar a la selección española me quitaba todo el tiempo.

Mi equipo estaba formado por mis amigas y yo, ya que desde pequeñas siempre nos gustó el fútbol, pero no nos daban clases por ser chicas. Así que mi padre nos entrenó día sí y día también y a día de hoy tenemos casi 10 millones de seguidores en Instagram cada una, ya que estamos en primera división del fútbol femenino.

De delanteras estamos: Clara, Julia y yo, Mía Collins.

De centrocampistas están: Karen, Soraya y Jara.

De Defensas están: Marina, Melina, Emma y Judith.

Y De portera está mi mejor amiga Virginia o Ginia para los amigos.

En poco tiempo nos convertimos en un equipo profesional. Yo era la capitana y nuestro entrenador era mi padre, pero él no salía en la prensa y tenía otro nombre para no dar el cante.

-¿Mía? ¿Estás ahí? -dijo Unai divertido.

-Sisi, perdoname -solté una risa-, vamos

Salimos a dar un paseo y nos quedamos en una heladería. Vi a varias personas con teléfonos en mano y señalando nos, pero las ignoré.

Pasamos la tarde entre risas y más risas, pero eso se acabó cuando preguntó:

-¿Qué te traes con Pedri? -me dice seriamente.

-somos solo amigos -le dije mientras sentía que el calor subía a mis mejillas.

-Tu sonrojo no dice lo mismo -me mira alzando las cejas.

-Vale... Puede que me guste un poco su personalidad y su físico -aparte la mirada sonrojada.

-¿Un poco? Yo creo que no -me agarra de la mano sonriendo.

-Vale, bastante -le mire a los ojos sonrojada.

-Sabes que eres como mi hermana pequeña, ¿no? -me dice a lo que le alzo una ceja.

-¿Pequeña? ¿Cuántos años tienes? -le miro sonriendo.

-Si, pequeña y tengo 24 años -me dice orgulloso.

-Te hechaba más -le sonreí burlona.

- Y yo a ti 14 años -me sonríe de la misma forma.

-Eres un ca- me interrumpe un tono de llamada, era el suyo.

Veo que se levanta del asiento y que se aleja un poco.

-Si... -se rasca la nuca nervioso-, Estoy con ella... -me mira-, ajam... -pone una mueca-, ¿Ahora, mister? -suspira-, ya voy

Cuelga y viene hacia mí, hago como que no escuché nada.

-Dice tu padre que vuelvas al hotel para enseñarle las estadísticas de Suecia a Marcos Llorente, a Azpilicueta y a Laporte -pone una mueca-, yo tengo que ir hacia el estadio a entrenar con otros cuantos -se queda pensando.

-No te preocupes, seguro que ganáis mañana, sois los mejores -me levantó del asiento-, entrena mucho Unai

Unai se levanta y que me abraza, correspondo al abrazo sorprendida. Al separarnos, me besa la mejilla y veo cómo se marcha diciéndome adiós con la mano.

𝔽𝕒𝕝𝕝𝕚𝕟𝕘 𝕚𝕤 𝕟𝕠𝕥 𝕒𝕟 𝕠𝕡𝕥𝕚𝕠𝕟, 𝕚𝕤 𝕚𝕥? -Pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora