──Extra Part.1

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─Huai Sang tienes visita ─pronunció el oficial golpeando con su bastón en la reja

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─Huai Sang tienes visita ─pronunció el oficial golpeando con su bastón en la reja.

El hombre en la celda arrugó levemente sus cejas por la extrañeza de aquello, había pasado ya un año de que estaba encerrado y nadie había ido a verle, entendía la razón, no le extrañaba aquello pero es no quería decir que no le doliera, más porque sabía bien la razón de aquello y la culpa era más dolorosa que la soledad misma.

Saco el aire de sus pulmones y pensó que sería su abogado, el cual luchaba para hacer una reducción a su condena, puesto este insistía, aunque para Huia Sang, la cárcel no le parecía tan mal.

Camino por el pasillo con las esposas puestas, le indicaron que habitación abrir y eso hizo, sus ojos se abrieron con sorpresa al ver a esa persona al otro lado.

─Hola hermano ─pronunció Huai Sang dando una sincera sonrisa ─jamás pensé verte aquí

─A-Sang, ¿Cómo estás? ─preguntó el mayor con aquella fría voz

─Mis heridas se han curado bien, aunque cuando hace frío duelen, pero de ahí he estado bien ─se sentía culpable de todo lo que le había hecho a su hermano ─Yo... realmente lo siento hermano... tu siempre fuiste un buen hermano, me cegó el odio y me creí invencible ─colocó su mano en el plástico que los divide

─Lamento no haber sido un buen hermano, por no escucharte y querer hacerte fueras fuerte, solo creía que cuando yo no estuviera vivo, tu pudieras ser una persona lo suficientemente fuerte para enfrentar las cosas sin pensar en lo  tu realmente deseabas. 

Las lágrimas recorrían las mejillas del menor, quien pegaba su frente en el plástico, deseado aquel anhelando abrazo reconfortante de su hermano mayor

─Gracias por venir. ─fue lo único que pudo decir. 

─Lo haré más seguido, lo prometo ─y el tiempo de visita finalizó

─Te quiero hermano ─dijo Huai Sang antes de ser llevado a su celda. 

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─¡Tú idiota! ─gritó Jiang Cheng a su hermano mayor, quien colocaba sus manos detrás de su cabeza.

─Te acabas de recuperar por completo de tus heridas, debes tomarte las cosas con calma ─pronunció con tranquilidad el mayor con una sonrisa burlona en sus labios

─Te voy a quitar esa sonrisa estúpida de tus labios ─amenazó el menor para señalar al mayor de los  hermanos con el dedo, pero el sonido de la bocina de una moto detuvo el inminente ataque. Soltó un suspiro ahogado y giró levemente los ojos.

─Contigo hablaré después.

El chico de pantalón negro, camiseta de cuello alto morada ajustada, dejando ver su bien formado cuerpo, camino hasta el conductor de la moto.

Su hermano por su parte solo negó con la cabeza, el menor nunca fue bueno con las relaciones, parecía ser alguien que ponía barreras en su corazón y Xichen quería romperlas, por lo que los dos planearon algo especial para el menor. Aunque era claro que, estaban unidos, no podrían decir que aquello era una relación oficial. Hoy Xichen haría que eso sucediera con la ayuda de su cuñado.

El menor cruzó los brazos y formó un pequeño puchero.

─No habías venido en una semana ─indicó el menor con un tono de molestia

─¿Me extrañaste? ─sugirió el mayor con una sonrisa pícara en los labios 

─Si... mucho ─la respuesta del menor sorprendió el mayor el cual jamás imaginó que este pudiera aceptar que lo extrañaba, miro al chico quien tenía las orejas rojas. 

¡Maldición era tan lindo!

Podría en este momento... ─se bajó de la moto por completo, dejó el casco en el manubrio, acomodó sexymente su cabello y avanzó al menor. 

Tomó su barbilla fuertemente, sintió como sus respiraciones chocaban, el menor colocó sus manos en aquel firme pecho, posándolas suavemente. 

─Maldición Wanyin, quiero besarte ─indicó el mayor acercándose más, hasta que sus labios se rozaron suavemente, sintiendo por un instante el sabor del otro. A-Cheng cerró los ojos esperando el beso del mayor pero pudo sentir cómo se formaba una sonrisa en los labios del mayor, haciendo que este abriera los ojos

. ─No te besaré ─indico el mayor, ─no ahora ─se aclaró la garganta. 

─¿Mnh? ─lo miro el menor con una ceja levantada 

─Ven... vamos ─tomó la mano del menor y lo hizo subirse a la moto. Sin perder la oportunidad de que esté lo sostuviera de su firme vientre. 

Viajaron por unos minutos hasta llegar a un lugar para practicar tiros, sabía que lo más amaba el menor era detonar sus armas, sintiendo el peso de esta en su mano, la adrenalina fluyendo en todo su cuerpo al escuchar cada una de las detonaciones.

 ─¿Qué hacemos aquí? ─pregunto bajando para dejar el casco de la moto ahí sobre esta 

─Tengo una pequeña sorpresa para ti ─tomó la mano del menor y lo llevo adentro, al cuarto de entrenamiento, donde estaba una mesa con orejeras de protección, lentes de protección, pero lo que más le llamó al menor, que hizo casi un chillido de emoción fue las armas sobre la mesa, era de diferente calibres, eran pulidas, pesadas y hermosamente adornadas. ─toma la que quieras será un regalo para ti de mi parte

A-Cheng no perdió la oportunidad de probar esas hermosas armas, no necesitaba ni las orejeras como los lentes, estaba acostumbrado al ruido de las detonaciones como de su aguda visión en los tiros. El mayor se quedó mirando al menor, recargó su cuerpo en la pared, cruzó una pierna y mientras metía sus manos en sus bolsillos, mirando al pequeño loto con una sonrisa. Lo que más amaba era ver feliz a su pequeño loto. Admiraba sus piernas firmes adornadas con un pantalón de mezclilla negro, que se ajustaba condenadamente sexy a sus piernas, aquella camiseta cuello largo de color morado, hacían notar su bien formado cuerpo. Se mordía levemente el labio inferior por lo exquisito que se veía el menor frente a él. La mirada de concentración, la rapidez de sus manos a accionar cada arma, cambiando con destreza cada munición, realmente comenzaba a sentir una dureza en su pantalones. 

─Está, ¿Xichen? ─el mayor fue sacado de sus pensamientos ─me gusta está

 ─Oh, esa es muy buena ─pronunció ─será un regalo para ti

 ─Gracias, ¿pero por qué? ─no sabía si era muy inocente o tonto

 ─Hemos pasado muchas cosas, se que no he hecho las correctamente, sin embargo mis sentimientos por ti, son sinceros, ─tomo su mano y la beso ─A-Cheng ¿me aceptarías como tu novio? 

El menor lo miró en un silencio que puso nervioso al mayor pero este no soltó su mano, tenía miedo de ser rechazado y soltarlo sería doloroso. 

─Yo... ─¿Por que maldita sea le costaba decir este tipo de cosas ─pensé que ya era tu novio, que yo... ya era tuyo... y tu... solo mío ─finalizó mordiéndose el labio inferior. 

Las pocas resistencias antes los pequeños destellos de dulzura y timidez del menor, se fueron a la basura en ese momento. Tomó la cintura firme del menor y la pegó a su cuerpo, mordiendo su cuello haciendo que el menor soltara un gemido. 

─Lo siento, pero te necesito con urgencia ─pronunció el mayor llevando casi arrastrando al menor que tenía las mejillas rojas. Se subió en su moto, tomó la cintura del menor y lo sentó en su regazo. Prendió la moto y avanzó de una manera desesperada. 

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EL CASO DEL LOTO MORADO ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora