Capítulo Veintiuno.

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Wei Ying yacia sentando en una banca, esperando a Lan Zhan que llego con un café y se lo dio en la mano

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Wei Ying yacia sentando en una banca, esperando a Lan Zhan que llego con un café y se lo dio en la mano.

—Toma —Lan Zhan dandole el café

—Gracias —Wei Ying tomo el café mirándolo por un momento para después tomarlo

—¿Estas herido?

—No lo estoy, Jiang Cheng siempre termina cubriéndome la espalda, ahora está herido y YanLi desaparecida

—Lo sé

—Oh, es verdad, ¿qué hacen dos policías en las orillas de un clan de la mafia?, ¿ustedes no deberían estar ahí?, ¿verdad?

—No, pero tuve un presentimiento, investigué algunas cosas y algunas cámaras y supe que estarías ahí, sinceramente esperaba llegar a tiempo

—Te vez muy bien cuando hablas más de lo normal —dice con aquella genuina sonrisa —sé que no puedes involucrarte, que puede que todo esto se salga de control, pero esta vez no tengo mucha opción, ¿podrías ayudarme?

—Mnh —asintió

—A-Cheng es fuerte, se que se levantara pronto y con lo explosivo que es no tardará en buscarme, también se que A-Li es fuerte, dice que se parece mucho a su madre

—¿Su madre?

—Sí, su madre no es mi madre, al parecer yo soy hijo de la amante, pero eso nunca fue un impedimento para ser hermanos —le miró —cuando era un niño, le tenía miedo a los perros, Jiang Cheng y yo siempre peleábamos, pero un día en el mercado mientras acompañamos a mi hermana, un gran perro me siguió, hasta hacer que subiera un árbol, A-Cheng se río y se burló, pero cuando vio mi terror y mi rostro lleno de lágrimas, ahuyento al perro y me ayudó a bajar del árbol, soy mayor que él, pero esa vez parecía un pequeño bebé, después de esa ocasión, aunque sigamos peleando, él hizo la promesa de siempre cubrir mi espalda como aquel día, verle tan herido me hace sentir mal, no quiero que ninguno de las personas que amo salgan lastimadas, se que se enojara conmigo por lo que voy hacer, pero tengo que saber si el clan Wen tiene a mi hermana y que posibilidades tengo de poder ayudarla —finalizó para tomar su café

—Yo iré contigo —Lan Zhan —mi hermano puede cuidar a tu hermano

—Bien, no se que tan peligroso sea esto pero solo mantente al margen, eres un policía, si saben de eso podría causarte muchos problemas

—Lo sé, pero de todos modos iré

—Gracias.

El corazón de Wei Ying latia fuertemente, aquel hombre de aspecto tranquilo, de mirada suave, lo hacía sentir tantas emociones, pero ahora necesitaba tener su mente tranquila, lo más importante era rescatar a YanLi y el tiempo seguia avanzando.

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EL CASO DEL LOTO MORADO ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora