Capítulo Cinco.

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Wei Ying y Jiang Cheng caminaron por  las oscuras calles de la ciudad hasta que dieron con un grupo de motociclistas quienes traían sacos con la marca del Clan Jiang

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Wei Ying y Jiang Cheng caminaron por  las oscuras calles de la ciudad hasta que dieron con un grupo de motociclistas quienes traían sacos con la marca del Clan Jiang.

—Oh mira esos bastardos —Dijo Wei Ying moviendo el cuello, mientras mostraba su espada

—Buenas noches amigos —Jiang Cheng levantando su saco para mostrar sus armas

—¿Quienes carajos son ustedes? —Dijo uno de los tipos

—Son... Son —Trago saliva para golpear al otro —Los herederos del clan Jiang, Wei Ying y Jiang Cheng

—¿Y eso qué?, son dos contra nosotros ocho —Dijo tomando una barra de fierro

—¡Es verdad!

—¡Vaya que tienen agallas pedazos de basura!, ¡les quitaré su estúpida sonrisa y esos sacos!, ¡ustedes no saben que es pertenecer al Clan Jiang! —Dijo dando pequeños brincos de emoción, Wei Ying

Los hombres se subieron a su moto y los rodearon golpeando las barras de fierro contra el suelo, riéndose.

—Bien empezemos.

Jiang Cheng pego su espalda con la de Wei Ying, aspiro aire antes de soltarlo, saco sus dos pistolas y comenzó apuntar, mientras Wei Ying solo sostenía el mango de su espada.

—Uno, dos, tres, ¡abajo!

Wei Ying bajo su cuerpo para que su hermano comenzara a disparar, mientras en un movimiento giro su cuerpo para darse impulso y con la espada atacar, los motociclistas caían al suelo uno por uno, en cada movimiento, Wei Ying corrió hacia uno de ellos, quedando sobre el manubrio de la moto, atacando directamente al conductor, que no tuvo tiempo de reaccionar, otro motociclista se acercó por atrás a Wei Ying.

—¡Wei Ying! —este giro para esquivar las balas de Jiang Cheng que atacaron al otro motociclista.

Cada uno de ellos era herido pero no de manera fatal, el clan Jiang, ya no mataba, solo los herian lo suficiente para inmovilizarlos.

—Necesito que traigas a los chicos, necesitamos mover alguna bolsas de basura —Wei Ying

—¡Alguien esta viendo! —Dijo Jiang Cheng disparando a una montaña cerca de la carretera, solo el movimiento del cabello se vio, para ver una sombra desaparecer —¡Bien!, ustedes serán llevado a la tienda que destrozaron y dirán que no son de clan Jiang, luego serán entregados a la policía —Tomo con su pistola el rostro de unos de ellos —Le dirán a su jefe, que el Clan Jiang, no está jugando.

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EL CASO DEL LOTO MORADO ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora