Capítulo Dos.

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En la mansión de los Jiang, el sonido de una espada desenfundada se escuchaba en los adentros de la mansión

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En la mansión de los Jiang, el sonido de una espada desenfundada se escuchaba en los adentros de la mansión.

Aquel lugar era resguardados por muchos elementos de seguridad pero al final ninguno servía completamente pues las dos personas dentro de está, eran mas poderoso que 100 hombres armados, aquello solo era una fachada para indicar poder.

—¡Más rápido!

El sonido de una espada chocar con muñecos especiales de entrenamiento militar retumbaban afuera de la sala de entrenamiento.

Wei Ying estaba en medio de varios objetivos, con solo un pantalón puesto que caía suavemente en su cintura, expuesto estaba su torso bien marcado, pero delgado, aquella cintura la podría envidiar cualquier mujer, el sudor recorría lentamente su escultural cuerpo, su cabello largo estaba sujetado por una coleta alta.

La espada estaba en su funda, colocó su mano sobre el mango de está, contuvo la respiración apretando los músculos de su estómago, la pierna izquierda levemente flexionada estaba en frente.

Un sonido seco, se escuchó y los objetivos comenzaron a moverse.

Aún con la respiración contenida, cerro los ojos por un instante para abrirlos de golpe, desenfundo su espada en un solo golpe, el pie izquierdo sirvió de impulso, su mano giro levemente dando paso a un movimiento especialmente rápido y con belleza está, su cintura se giro 90 grados para alcanzar todos los objetivos.

Cuando el último objetivo dejo de moverse este soltó su ahogado respiro.

—¡Uh!...

—Eres muy lento —aparecio ante él Jiang Cheng quien se recargaba en el marco de la puerta encendiendo un cigarro —Fallaste dos veces...

—Lo sé, carajo, lo sé

—Hoy especialmente pareces distraído.

Para una persona promedio aquella azaña sería más de dos vidas de entramiento, pero a esos dos hermanos pareciera ser algo con lo que había nacido, eran eruditos en cada una de sus áreas.

—¿Tiene que ver tu falta de coordinación con lo que pasó anoche? —preguntó el hermano

—Tengo todavía aquello en la mente, nuestra hermana se negó a decir algo y solo se fue a encerrar a su habitación, ¿La has ido a ver?

—Si, pero se niega hablar conmigo, está situación es mala, si alguien ve que la jefa del clan tiene aunque sea una muestra de debilidad, será la excusa perfecta para una rebelión, el Clan Wen y el Clan Jin, solo necesitan un impulso para venir armar alborotó

—Esos idiotas tiene que unirse para tener las agallas para atacarnos, nosotros dos podemos vencer a cada uno de ellos —dijo Wei Ying limpiándose el sudor de la frente

—Pues con esas fallas, lo dudo, debo preocuparme por mi hermana y su compartimiento infantil y tú falta de coordinación, que difícil es para mí —pronunció en ironía.

EL CASO DEL LOTO MORADO ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora