Andrea.
Creo que acababa de llenar demasiado mi maleta, tanto que ni siquiera podía cerrar la cremallera, me senté en ella y con algo de esfuerzo finalmente conseguí mi propósito. Bajé a duras penas con mi compañera de viaje y la dejé en el recibidor. Esperé a que bajase mi hermano y junto con él nos despedimos de nuestros padres. Nos esperaba un verano bastante alejados de casa.
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Bajamos del autobús, recogimos nuestro equipaje y nos reunimos junto con el resto de chicos de nuestra edad que allí se encontraban. Varios monitores nos indicaron las reglas y nos asignaron una cabaña hacia donde nos dirigimos para dejar todas nuestras pertenecias. Este verano pintaba como uno de los más aburridos de mis 15 años.
Arrastré mi pesada maleta hasta toparme con mi cabaña, la número 7. Abrí cuidadosamente y aún no había nadie dentro. Elegí mi habitación y comencé a colocar lo necesario en el baño. Saliendo de este creo que me llevé uno de los sustos más grandes desde hacía bastante tiempo.
-Lo sentimos, no pretendíamos asustarte. -dijeron dos chicas al unísono.
-Oh no tranquilas, no importa. -devolví las sonrisas que me habían regalado.
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Entramos al comedor y con la mirada buscamos un lugar para sentarnos a almorzar.
Recogimos nuestra comida y nos dirigimos a una mesa. Pasados unos minutos me desvíe de la conversación que tenía con Noelia y Laura, mis compañeras de cabaña, por culpa de alguien que no hacía más que observarme. Ojos verdes, rubio y, quizás, con aires de superioridad, para nada mi prototipo de chico,pero algo me acababa de llamar bastante la atención, no sé el qué, simplemente algo.
Carlos.
-Carlos, ¿se puede saber en qué piensas? -chasqueó Agustín sus dedos sacándome de mis pensamientos.
-¿Yo? No, en nada. -mentí.- Voy a por algún postre.
La chica a la cual llevaba un buen rato observando se levantó y yo decidí acercarme a ella, quería saber su nombre.
-Hola, ¿cómo te llamas?
Sí, probablemente a directo no me gane nadie.
-Andrea. -sonrió. -Encantada.
-Creo que me comeré esta última natilla a tu salud, e igualmente -le guiñé un ojo.
La arrebaté de su mano y volví a mi lugar.
Dijo, si no me equivoco, un "imbécil" que yo oí a lo lejos.
-¿Ya has fichado a otra Carlos? -rió.
-Por supuesto, el campamento será más entretenido si picamos a alguien ¿no crees?
-¿Y porqué esa?
-Algo me ha llamado la atención, no sé qué exactamente.
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The perfect kind of crazy. (Carlos Auryn)
Fanfiction-¿Sabes algo? Creo que somos el tipo perfecto de locura, y eso me encanta.