Capítulo 27.

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Andrea.

Una vez habíamos conseguido que los zapatos entraran en sus pies nos levantamos los dos al mismo tiempo quedando tan cerca que nuestras respiraciones se mezclaban.

Estaba nerviosa, demasiado.

-Esto... ¿empiezas o empiezo? -se separó sonriendo.
-Muéstrame tus dotes, ya te dije que yo no sé jugar.

Le observé y prontamente llegó mi turno.

-Voy a probar. -cogí una bola.
-Te la vas a tirar en un pie. -rió cogiéndome la mano y colocando mis dedos correctamente. -Mira, hazlo así, me cogió de la cintura y moviendo mi brazo lanzamos la bola.
-¡Siiiii, he hecho plenooo! -celebré gritando.
-Que conste que fue con mi ayuda eh.
Y así se pasó la mañana entre risas y tonterías.

-Espero que hayan disfrutado, hacen una pareja muy bonita. -nos sonrió la mujer cuando le entregamos los zapatos.
-No so...
-Gracias. -sonrió Carlos cortándome.-¿Porqué me miras con esa cara? -preguntó riendo una vez que estábamos fuera. -Es por.. -cayó en la cuenta. -Vamos, si no volverás a ver a esa mujer, qué más da. -rió.
-No tienes remedio. -reí con él.

**

Después de almorzar volví a casa estaba cansada y aún necesitaba tiempo para redactar algunos artículos.

-Vaya, aún sigues aquí Sofi, pensé que te habrías ido. -dije felizmente al ver lo bien que se llevaban mis dos amigas.
-Está cambiándote de nuevo. -bromeó riendo levemente detrás mío.
-¿Sabes Carlos? Podrías ahorrarte ese tipo de comentarios sin gracia alguna.

Subí a mi habitación y me dispuse a hacer mi trabajo. Ese absurdo comentario de Carlos me había molestado demasiado.

**

Cerré la puerta cuando entramos y dejé las llaves en el recibidor.

-¿Te he dicho que hablé con Magí hace un ratito?
-Creo que no, ¿qué decía? -me senté a su lado encendiendo la tele.
-Que los chicos han acabado los conciertos de esta semana y que vuelven, y preguntaba que si nos apetecía ir a cenar, que Sofía quería hablar con los chicos como nos dijo.
-¿A cenar? -dije desganada.
-Vamos An, es viernes.
-Lo sé, pero...
-No quiero ver a Carlos porque somos unos orgullosos y llevamos sin hablar como 5 días. -me cortó.
-¿Yo orgullosa? Él era quién tenía que disculparse.
-Voy a ir avisando a mi madre de que la veo en nada. -me picó.

**

Estaba preparándome para salir a cenar cuando sonó mi móvil. "Lau" pude leer en la pantalla.

-¡Annnnn!
-Holaaaa. -reí.
-¿Qué tal todo bonita?
-Genial, ¿y vosotros que tal estáis por ahí?
-Muy muy bien también. Te llamaba porque como espero que te acuerdes mi cumpleaños es la próxima semana.
-Me acuerdo, me acuerdo. -reímos.
-Iba a celebrarlo en casa con vosotras, pero me dije ¿porqué no un fin de semana en alguna casa rural con más amigos? Y he decidido que será así.
-Perfecto, puedes contar conmigo desde ya.
-Puedes traer también a tu novio el rubio.. Carlos se llamaba ¿no?
-¿Cómo? -dijo asombrada.
-Ya me contó tu hermano que eres una pillina y acabaste con Rubén por él.
-Ah sisi. -reí nerviosa y falsamente.

¿Mato a mi hermano ya? Bocachancla. Sólo le he dicho que lo había dejado con Rubén, si le llego a decir que es porque cree que entre Carlos y yo habrá algo le inventa que estamos casados y tenemos trillizos. Ten hermanos para esto.

-Traele, habrá más chicos.
-Está de gira, pero le preguntaré si puede venir. -respondí intentando salir del paso.
-Vale, os espero.
-Adiós, te quiero. -colgué.

Y ahora me acababa de meter en un lío, había dicho a mi amiga que Carlos era mi novio. Bien Andrea, acabas de lucirte, a ver que les vas a decir cuando aparezcas allí sola.

-Lizeth, necesito tu ayuda. -suspiré entrando a su habitación.
-Dime.
-Acabo de decirle a una amiga que mi novio es Carlos y me ha pedido que lo lleve a su cumpleaños. Estoy metida en un lío.
-¿Cómo? -abrió sus ojos como platos y le expliqué con lujo de detalles la conversación con Laura. -Tiene fácil solución.
-¿Cuál? -dije nerviosa.
-Pedirle a Carlos el favor, y pasar un fin de semana fingiendo que sois novios. -se encogió de hombros.
-Ni loca pienso hacer eso, además Carlos no aceptaría. Buscaré cualquier otra solución, inventaré alguna excusa o algo.

Terminamos de arreglarnos y salimos hacia el restaurante. Una vez llegamos todos estaban en la mesa, saludamos y Lizeth se apresuró para sentarse entre David y Sofía, y a mi me quedó el sitio entre Blas y Carlos. Este último estaba centrado completamente en su móvil y para nada en las conversaciones del resto.

El buen rollo reinaba en la mesa y me lo estaba pasando realmente genial hasta las palabras de mi amiga.

-Por cierto Carlos, Andrea quería pedirte un favor. -la fulminé con la mirada. -¿Se lo dices o se lo digo? -me preguntó y yo no me inmuté. Le contó todo y cuando esperaba un no, el rubio aceptó.

Salimos del restaurante una vez habíamos cenado y los chicos decidieron irse a una discoteca cercana, pero yo me caía del sueño y junto a Carlos que decidió acompañarme, volví a casa.

-¿Nos pillarán? -preguntó de repente.
-¿Quién?
-Tus amigos cuando estemos fingiendo ser pareja.
-No sé, tendremos que hacerlo lo mejor posible. -le sonreí. -Realmente no tenías que hacerlo, podría haber inventado cualquier excusa absurda y ya.
-Será divertido, ¿no crees? -rió y asentí acompañándole.
-No te vayas a pasar ni un poquito eh, te aviso desde ya. -bromeé.
-Seré tu novio. -se encogió de hombros picándome.
-Ni hablar, sólo serás un amigo haciéndome un pequeño favor. -reímos.

Y después de esto creo que no recuerdo más que dormirme en el sofá encima de algo, o más bien de alguien.

The perfect kind of crazy. (Carlos Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora