Andrea.
Volví a la mesa sin mi postre. Efectivamente ese idiota iba con aires de superioridad. La intuición femenina no me solía fallar a menudo.
-¿Tú no ibas a por algo de postre? -preguntó Noelia
-Sí, pero el imbécil del rubio ese me lo ha quitado de las manos. -le señalé.
-¿Te refieres a Marco?
-¿Marco? ¿Ese es su nombre?
-No, sí, no sé, en este campamento todos le llaman así. Lleva viniendo 4 años y cada uno escoge a alguien a quien deja en ridículo y avergüenza para divertirse.
Seguramente estaban exagerando, pero creo que este verano la supuesta víctima era yo.
**
Teníamos dos horas de descanso y yo aproveché para tumbarme en el césped y escuchar mi música favorita.
Pasado un buen rato abrí los ojos rápidamente al notar la presencia de alguien. Me quité los auriculares y me dispuse a irme de allí, debo admitir que su presencia me incomodaba demasiado.
-¿Ya te vas Andreita?
-Preferiría que no me llamases así.
-A mí me gusta, somos amigos ¿no?
-Me temo que no, Marco. -le desafié.
-Ya veo que eres algo distinta a las chicas de otros años.
Ignoré sus palabras y me fui de allí, tener que hablar con él hacia que me pusiese nerviosa.
**
Ya llevo casi una semana en este campamento, la verdad es que para nada me estoy aburriendo tanto como creía que iba a hacerlo, cada día hay algo nuevo con que entretenerse.
-Oye Andrea, nosotras vamos a pasear, ¿te vienes?
-No, voy a darme una ducha, nos vemos luego. -sonreí.
-Está bien. -asintieron conformes.Me dirigí a mi habitación para elegir cualquier conjunto cómodo del armario y una vez me decidí, entré al baño y recogí mi pelo, habiéndome desnudado me dispuse a entrar en la ducha.
-Ahhhhhhhhh! -grité.
Quizás me hubiesen oído hasta en la Conchinchina o incluso más lejos. Había una rata paseándose hipertranquila por la ducha de la cabaña. En estos momentos no podía sentir más que asco, asco y más asco aún.
Casi tapándome los ojos con una mano la cogí de la fina cola con la otra y la tiré lo más rápido que pude por la ventana. Sí, adoro los animales, pero no esta especie de ser vivo.
**
Llegamos al comedor para cenar y nos sentamos en la que ya era prácticamente nuestra mesa.
Iba a sentarme en la que ya tenia asignada también como mi silla cuando vi que en el asiento reposaba un folio doblado por la mitad. Lo abrí con curiosidad y en él había un dibujo de ¿una rata? ¿un ratón? No sabría bien definir que era exactamente, la verdad que quién lo hubiese dibujado... Observé detenidamente el papel que tenia en mis mano y en la esquina inferior derecha estaba firmado por un tal Carlos. ¿Carlos? ¿Quién es Carlos?**
Sonó el despertador, ya eran las 9. Fuimos a desayunar y más tarde nos reunimos con el resto de chicos del campamento junto a los monitores.
-A ver chicos, hoy os hemos traído al lago porque tenemos previsto hacer una carrera en canoa por parejas. -nos informó una de las monitoras.
Estábamos todos en grupo escuchando con atención las indicaciones que nos daban, cuando Marco acompañado de otro chico se instaló junto a mí.
Estaba demasiado concentrada en comprender las explicaciones que de repente noté un codazo. Mala suerte la mía al estar tan increíblemente cerca de la orilla del lago, y cómo no, mala suerte también de la persona que estaba a mi lado, la cuál me había empujado. Le cogí del brazo para intentar sostenerme en tierra firme pero solamente conseguí que los dos cayésemos al río en milésimas de segundo.
-¡Carlos! ¿Qué haces ahí con esa? Sal ahora mismo. -gritó una rubia chillona.
Un momento... ¿Carlos? ¿Este era Carlos?
Salí del lago empapada y me dirigí a mi cabaña, necesitaba quitarme esta ropa llena de porquería cuando alguien me cogió del brazo e intentó detenerme.
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Aquí os dejo el segundo capítulo de mi fanfic. He visto que algunas votáis pero que prácticamente nadie me deja comentarios con su opinión, ¿os gusta lo poquito que llevo escrito? Contadme que os parece porfis, os lo agradecería mucho. Gracias a todos los que leéis. ❤
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The perfect kind of crazy. (Carlos Auryn)
Fanfiction-¿Sabes algo? Creo que somos el tipo perfecto de locura, y eso me encanta.